Embajador británico visita CIGB para conocer avance de proyectos conjuntos en la lucha contra la COVID-19
nov 7th, 2020. En: COVID-19, NotiWeb. 0 comentarios.
Cuba y Reino Unido compartieron la tarde de este viernes algo más que la lluvia. Hasta el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) llegó el embajador británico en La Habana, Antony Stokes, para conocer sobre el avance de cinco proyectos que cuentan con apoyo del Reino Unido para la lucha contra la COVID-19 en la isla caribeña.
En una de las instituciones pioneras de la ciencia cubana lo recibieron el director general del CIGB, doctor Eulogio Pimentel y el del Centro de Neurociencias de Cuba (Cneuro), doctor Mitchel Valdés-Sosa, nacido en Chicago y quien compartió con el embajador algunas palabras en inglés.
“Estamos aprovechando la oportunidad de la crisis. La crisis puede ser la ocasión para impulsar el trabajo y la cooperación entre instituciones y gobiernos. Me alegra mucho que, como embajada del Reino Unido, podamos apoyar esta colaboración sobre proyectos específicos en diferentes aspectos de la lucha contra la pandemia, y a la vez, aprovechar la cooperación bilateral e internacional entre los países”, dijo Stokes, después de recibir de mano de los científicos una actualización sobre los cinco proyectos conjuntos.
El CIGB, cuyo producto líder único en el mundo es el Heberprot-P para úlceras de alto grado por el pie diabético, desarrolla tres de ellos en áreas de investigación asociadas al ensayo clínico del inmunopotenciador CIGB2020, el desarrollo de pruebas serológicas para la detección de antígenos, y el efecto del antiviral CIGB300 en pacientes positivos al nuevo coronavirus.
Según informó Gerardo Guillén, director de investigaciones biomédicas del centro, el primero de ellos es una vacuna para potenciar la respuesta inmune innata, es decir, la defensa que tiene el organismo ante la invasión de cualquier patógeno, y se encuentra en fase I/II de estudio clínico.
El segundo, un producto que en principio se desarrolló para tratar el cáncer cervicouterino, de pulmón y leucemia, es el antiviral CIGB300. Este ya ha demostrado muy buenos resultados en la disminución de lesiones y la inflamación en pulmones en pacientes con COVID-19 y se prepara para pasar a fase II e investigar más resultados de su efectividad.
Por último, el CIGB con el apoyo británico, avanza en la búsqueda de sistemas diagnóstico del nuevo coronavirus más económicos que las pruebas PCR. Trabajan en ello el Centro de Ingeniería Genética de Sancti Spíritus, las instituciones hospitalarias y el Centro de Inmunoensayo.
“El PCR, explicó Guillén, es extremadamente caro. Cuesta entre 30 y 50 dólares una determinación y la epidemia, o se tiene controlada por mucho diagnóstico, o con aislamiento. Este último no puede ser eterno por el daño a la economía, así que es necesario conseguir mucho diagnóstico. Pero este es imposible a nivel de PCR, porque no es costeable”.
“Por tanto, añadió, es necesario el desarrollo de estos sistemas que son mucho más económicos para estudiar poblaciones y llegar a realizar decenas de miles de muestras diarias, que garanticen una vigilancia epidemiológica permanente y amplia en todo el país”.
El Programa Internacional del Ministerio de Asuntos Exteriores, Mancomunidad y Desarrollo (FCDO, por sus siglas en inglés) ha financiado estas investigaciones, apoyando en la adquisición de múltiples reactivos y materiales necesarios para asegurar su avance.
Todos estos productos, precisó Pimentel, se promueven para su uso en la Isla y su comercialización a nivel internacional. El embajador se mostró muy interesado en futuros acuerdos comerciales y en atraer más inversiones a BioCubaFarma. Allí conoció que el CIGB, por ejemplo, exportó el año pasado a 36 países y en 2020, a pesar de haberse detenido bastante el comercio mundial, lo hizo a 28 naciones.
Los otros dos proyectos que llevan a cabo la embajada y el Cneuro, se relacionan con los diagnósticos y tratamientos que reducen el daño cerebral ocasionado por el SARS-CoV-2 y la utilización de asistencia respiratoria no invasiva en los pacientes.
El centro, que cuenta con hitos en la ciencia cubana en el mapeo cerebral y en las investigaciones sobre el Alzheimer, ha mantenido relaciones históricas con académicos de la Universidad de Oxford, y con científicos en las ciudades de Edimburgo y Manchester.
Aún es una incógnita cuáles serían las secuelas que deja la COVID-19 en el cerebro humano, así que esta investigación, que durará dos años, y contará con el acceso a datos del UK-Biobank, trabajará para optimizar el diagnóstico y tratamiento de posibles alteraciones.
Su director, Valdés-Sosa, destacó que se trata de una investigación que contará con sujetos convalecientes de la enfermedad y con personas que hayan sido contactos de positivos.
“En el mundo hay muchos estudios de pacientes con COVID-19. Aquí se estudian personas que fueron aisladas por ser contactos y que no la padecieron finalmente. Evaluar el efecto del estrés y la preocupación de haber sido contacto es un detalle interesante”, dijo.
Sobre el uso de ventilación no invasiva, el proyecto incluye el entrenamiento a ingenieros y el ensamblaje en Cuba. “Nunca nuestras salas de cuidado intensivo han visto sobrepasadas sus capacidades. Pero es preferible prepararse para lo peor”, señaló el director del Cneuro, institución que trabaja además en la fabricación de ventiladores invasivos de emergencia.
“Me impresiona mucho lo que hacen estas dos instituciones en materia de investigación”, fue la respuesta del embajador británico ante la exposición de los científicos cubanos. Stokes se interesó también por el impacto que ha tenido la pandemia en el trabajo de estos meses.
En el caso del Cneuro, detalló Valdés-Sosa, hemos tenido que redireccionar nuestro trabajo. Utilizamos, por ejemplo, la tecnología 3D, que empleábamos en prótesis, para producir componentes para terapia intensiva y elementos de las pruebas PCR.
Pimentel, a su vez, dijo que el CIGB ha intentado “ver cualquier amenaza como una oportunidad” y durante este periodo han ejecutado seis ensayos clínicos relacionados con la COVID-19 y recién presentaron a la entidad reguladora su primer candidato vacunal contra esta enfermedad.
Luego de actualizarse sobre el desarrollo de los proyectos conjuntos, el embajador resaltó el interés de “un grupo de empresas y de negocios en Reino Unido que quieren hacer más en Cuba y fortalecer nuestros vínculos comerciales”.
En agosto BioCubaFarma y la compañía británica, SG Innovations Limited, anunciaron el lanzamiento de una nueva empresa, BioFarma Innovations, centrada en acelerar el desarrollo y la accesibilidad en Europa y la Mancomunidad Británica de medicamentos innovadores y líderes a nivel mundial.
Para el embajador británico en La Habana la longevidad de la población cubana, muy similar a la europea, es un símbolo del éxito del sistema de salud. Ambos países comparten, a nivel médico, muchas enfermedades similares. No es de extrañar entonces que la embajada del Reino Unido en la Isla y dos de las instituciones pioneras en la biotecnología cubana, hayan firmado el pasado octubre estos cinco proyectos de colaboración.
Cuba y Reino Unido compartieron desde el inicio de la pandemia algo más que una población longeva. La ayuda de la isla caribeña en el regreso seguro de cientos de pasajeros del crucero británico MS Braemar, algunos positivos a la COVID-19 cuando esta era realmente una enfermedad desconocida, fue solo el comienzo.
Meses después varios territorios británicos de ultramar solicitaron asistencia médica a Cuba y 59 profesionales de la salud viajaron a Islas Turcas y Caicos, Anguila, Montserrat e Islas Vírgenes Británicas, contribuyendo a fortalecer los esfuerzos locales para responder a la pandemia.
Tomado de: Cubadebate – 6 noviembre 2020
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Comentarios realizados
yosbel duarte @ 3:18 am
Un aplauso a los médicos cubanos
Joven cubana @ 11:58 pm
Orgullosa de ser médico!!!