Deberíamos detenernos a pensar a qué normalidad queremos volver cuando pase la pandemia
Hace unos días, en una casa ubicada en una zona del centro de la capital llena de árboles, las personas despertaron ante la sonora alegría y diversidad del canto de los pájaros. ¿Por qué no los habían escuchado antes? Sencillamente porque no estaban. Hoy copan los frondosos laureles y flamboyanes de la cuadra, sin ruidos ni contaminación que los espante.
Deberíamos detenernos a pensar a qué normalidad queremos volver. Primero pensar en los vecinos cantores y en lo bueno que sería que cada mañana ocuparan el lugar del despertador del celular. Comienzan a brotar muchas otras normalidades a las que no debiéramos volver.
- La normalidad de los padres que nunca tienen tiempo para hacer las tareas con sus hijos, compartir sus juegos, sus temores y alegrías.
- La normalidad de la casa dormitorio donde terminan por sernos extraños la gente y las cosas.
- La normalidad del apurado café matutino y el hasta mañana cansado.
- La normalidad de la soledad de nuestros ancianos, de sus andares por interminables colas.
- La normalidad del caos vial, con almendrones y reguetón tronante y campante incluido.
- La normalidad de no tener tiempo para buenas conversaciones telefónicas con amigos y familiares.leer un buen libro, cuidar mis plantas.
- La normalidad de cocinar siempre igual porque las recetas con creatividad llevan tiempo.
- La normalidad de obviar elementales normas de higiene.
- La normalidad que nos impone el contacto físico indiscriminado como signo de nuestra identidad.
- La normalidad de, aunque sea enla mejilla, besar a un extraño.
- La normalidad de las personashablando en voz alta y sentados en las aceras, sin producir otra cosaque no sea molestias.
- La normalidad de invisibilizar a los héroes anónimos con los que convivimos.
- La normalidad dela urgencia y la improvisación, porque no hay tiempo para más.
Los impactos de las epidemias también se expresan en la estructura y la dinámica de las poblaciones. Aunque la actual contingencia sanitaria aún no ha llegado a su fin, ya se muestran los análisis sobre la relación entre la dinámica poblacional y la incidencia de la COVID-19 en varios países del mundo. Particularmente en Cuba, las provincias con mayor tasa de incidencia fueron: La Habana, Villa Clara, Matanzas y Ciego de Ávila, en ese orden.
Ante la desigualdad de este comportamiento se indagó sobre la posible relación de estas tasas con algunos indicadores demográficos como el grado de urbanización, la densidad poblacional y el grado de envejecimiento, así como con la edad y el sexo de las personas contagiadas.
De los análisis realizados hasta el momento de este informe se pueden adelantar algunos elementos conclusivos. En primer lugar, no existe una relación lineal entre los indicadores demográficos analizados y el comportamiento de la incidencia y la mortalidad por COVID-19. Estas estarán relacionadas siempre de manera compleja con variables de diversas naturalezas. Se hizo evidente la prevalencia masculina en las tasas de incidencia, en la letalidad de la enfermedad y en las tasas de mortalidad.
En la primera, debido a causas sociales asociadas a la mayor movilidad espacial del sexo masculino, desde su condición de proveedor de acuerdo con la división de roles por género dentro de la cultura machista que existe en Cuba. En la segunda, por razones biológicas, lo que influye finalmente en la mortalidad. En el caso de la densidad poblacional se hace más evidente en la provincia La Habana por su significativa diferencia (mayor) respecto al resto de las provincias, lo cual interviene en la mayor probabilidad de transmisión de la enfermedad.
El envejecimiento de la población no es un factor en sí de transmisión de la enfermedad, sino el envejecimiento biológico, por la comorbilidad y la inmunosenescencia, que hace a las personas de mayor edad ser más vulnerables y evolucionar de manera menos favorable ante la COVID-19, llegando incluso al fallecimiento.
Entre los factores sociales que tienen una influencia determinante en los niveles de incidencia de la COVID-19 se encuentran las medidas de contención puestas en práctica por el Gobierno del país y desde los Consejos de Defensa de cada provincia, con la participación intersectorial de los organismos e instituciones que pueden influir en este proceso; pero también influye el cumplimiento de estas por parte de las poblaciones de los diferentes territorios. Las medidas pueden hacerse más efectivas, sin pretensiones de absolutización, en la medida en que sea menor el tamaño de la población.
Dada la compleja situación epidemiológica que vive el país, así como el resto de las regiones del planeta, a raíz de la pandemia por el virus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad COVID-19, desde el mes de marzo del presente año un grupo de profesores y estudiantes de la Facultad de Geografía de la Universidad de La Habana, basadoen la experiencia acumulada en temas relacionados con el análisis espacial y la geografía médica,9se propuso apoyar, mediante las herramientas cartográficas y de análisis, las gestiones de las autoridades sanitarias y gubernamentales para minimizar acciones y recursos.
Fue entonces que comenzaron a formar parte del Grupo Nacional de Expertos creado por el Gobierno para enfrentar la epidemia.La investigación se estructuró en tres dimensiones o etapas, utilizando los Sistemas de Información Geográfica de acuerdo a un esquema metodológico diseñado para tales fines, a través del cual se pretendía buscar respuestas a algunas de las interrogantes de los epidemiólogos y especialistas: dimensión A (estudio de los grupos de riesgos de personas con 60 años y más, según prevalencia de enfermedades crónicas); dimensión B (identificar las áreas de salud más vulnerable), y dimensión C (estudio de la distribución espacio-temporal de la propagación de la enfermedad).
Entre las conclusiones aportadas por este estudio, se ven evidencias de que en la provincia La Habana existen áreas de salud por patologías de riesgos en población de 60 años y más, según la dimensión A, con valores elevados, las que se asocian con los municipios más envejecidos del territorio, entre ellos Plaza de la Revolución, Centro Habana y Diez de Octubre, fundamentalmente.
También se observó que los factores que pueden favorecer el contagio a nivel de áreas de salud (B) en la provincia La Habana se asocian con aquellas ubicadas en los municipios centrales, que son a su vez las que presentan las mayores densidades de población, hacinamiento y mayor cantidad de centros generadores de aglomeraciones de personas; por lo que representan un riesgo a la transmisión de la enfermedad, de existir un caso positivo sintomático o asintomático.
Un retorno a la normalidad deberá incluir reajustes en esferas sociales y económicas que permitan revertir esta problemática identificada.
Volver a la normalidad impondrá también preparar a los niños para ese momento. Esa vuelta a la normalidad va a requerir un proceso de readaptación, dado que habrán transcurrido varios meses y eso para la niñez implica, un acostumbramiento relativo a otra forma de vivir la cotidianidad.
No son pocos los niños que ya vienen expresando que desean seguir en la casa, sin volver al círculo infantil, a la escuela yal resto de las actividades normales. El niño ya se ha adaptado a las circunstancias actuales.
Habrá que ayudarlo a recordar sus vivencias positivas sobre la vida en las condiciones naturales, especialmente las que han tenido un acento emocional positivo y poner el énfasis en que, al estar en casa, no se puede disfrutar de todo eso. También será necesario explicarle, acorde a su nivel de comprensión, el porquédel modo de funcionamiento de la sociedad y que todas las personas, incluidos los niños, deben ajustarse a ello, con independencia de sus gustos o deseos.
Vea la información completa en el boletín Infopob No. 4
Fuente: Plataforma COVID Cubadata
Comentarios realizados
Eduardo @ 7:31 pm
Queremos que llegue:
La normalidad de poder salir a disfrutar una playa con la familia y amistades.
La normalidad de que los niños puedan salir a jugar béisbol después que termine su escuela.
La normalidad de no tener que andar todo el tiempo con pedazo de trapo tapando nuestra cara como si fuéramos bandidos.
La normalidad de salir a las calles y conocer a nuestras amistades, porque entre nasobucos, gorras y gafas no se conoce a nadie.
La normalidad de ir al trabajo con la seguridad de no llegar enfermo y contagiar a tu familia.
Ese el la normalidad que muchos queremos
Rosa Ivon Rodriguez Jimenez @ 8:53 pm
Bien ilustrado el momento y el futuro.De estos dificiles momentos mantener lo nuevo como lo frecuente, positivo y aquellas cosas tan vitales que la urgencia de nuestros dias ha hecho olvidar como pueden ser el apego a la familia con respeto y cariño,la atencion a los niños en juegos y deberes, al fin sentirse como familia.
reading @ 1:50 pm
Me gustó mucho este artículo y muy educativo. Saludos a todos
.
Yris @ 12:52 am
Cuándo hablaban de “volver a la normalidad” pensaba en lo poco de normal que tienen esas costumbres, o mejor dicho, malas costumbres, es como dice un dibujo animado “volver a la anormalidad”,tendremos que adaptar a los inadaptados a como sea, buscar fórmulas para la inocencia de los niños usando su nasobuco todo el día en clase, con la maestra dando las clases también con nasobuco y más que a los niños habrá que exigirle a los padres y a los maestros, esos que tienen la obligación de dar el ejemplo.
Yadira García @ 6:29 pm
Le pido al general de Ejército de la región oriental. Al ministro de las FARC con todo el respeto q se merecen porfavor devuelvanle el pase a los soldados del servicio militar porfavor y en este mes.
(Al q corrige los comentarios no dejes de publicarlo y q lo vean los expertos)
Tania Izquierdo Pamias @ 6:30 pm
@Yadira García: A eso sí no le puedo dar respuesta. Debe averiguar a quienes dirigirse para este tema.
Leyanet Rodriguez Arias @ 10:41 am
Pienso mucho en esa normalidad , me gustaría mucho q sea saludable para todos, sueño con volver a ver mis niños en el circulo infantil y en la escuela sin tener q estar preocupada de si se quitó el nasobuco o simplemente si su seño o maestra lo lleva puesto todo el día y así poder darle el ejemplo q necesita. Deseo mucho volver al trabajo pero como madre estoy en el deber y la obligación de cuidar mis niños en casa ,y pienso.. . !que privilegiadas las madres cubanas q aun sin trabajar podemos disfrutar de un salario y dedicarnos a nuestros hijos en casa! Esto solo se ve en este país . Muchas gracias a la revolución , al presidente y a ti… MI CUBA BELLA
Belkys @ 5:45 pm
Será una normalidad pos-pandemia. Adaptada a la actualidad que nos toca vivir para seguir encontrándonos con nuestros seres queridos y amigos.
reading @ 2:26 am
@Eduardo: Si compañero y muchas más normalidades pero si las personas no ponen de su parte lo que llegaremos son a anormalidades