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Usando un tipo de célula madre humana, investigadores de la Universidad de Johns Hopkins, en Estados Unidos, han creado en laboratorio un complemento tridimensional del tejido de la retina humana, que incluye células fotorreceptoras funcionales, capaces de responder a la luz, que es el primer paso en el proceso de conversión de los estímulos visuales en imágenes.

“Hemos creado básicamente una retina humana en miniatura en un plato (de petri) que no sólo tiene la misma organización estrucutral de la retina, sino que además puede de percibir la luz”, explica la directora del estudio, M. Valeria Canto-Soler, profesora asistente de oftalmología en la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, en un comunicado de dicho centro. Ver más…

Unos ratones ciegos han vuelto a ver después de que un equipo de investigadores de la Universidad de Oxford trasplantara células en desarrollo al interior de sus ojos y comprobase que estas podían volver a formar la capa completa de células sensibles a la luz en la retina.

Los videos filmados por los científicos del proyecto muestran como estos ratones, de vida nocturna, que antes no notaban en absoluto la diferencia entre luz y oscuridad, ahora se alejan de la luz y prefieren estar en la penumbra, al igual que los ratones con visión normal. Ver más…

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Hasta ahora, se creía que la visión era posible sólo gracias a la existencia de bastones y conos, unas células sensibles a la luz presentes en la retina. Un estudio reciente, sin embargo, ha revelado que otro tipo de células fotosensibles también presentes en la retina pero que se pensaba tenían otras funciones, podrían aportar cierto grado de visión a personas ciegas.

En experimentos realizados, se demostró que ratones que carecían de bastones y conos, pero que contaban con este otro tipo de células, efectuaron ciertas tareas de capacidad visual mejor que ratones que carecían de ellas. Los científicos explican que esta constatación supone una nueva esperanza para los invidentes.

¿Cómo es posible que veamos? La respuesta más común sería: gracias a que la retina del ojo contiene unas células fotorreceptoras que nos permiten detectar la luz y la oscuridad, las formas y los movimientos.

En el ojo humano hay, en total, alrededor de 120 millones de bastones y 7 millones de conos, que son los nombres que reciben dichas células fotorreceptoras. Hasta ahora se creía que, sin ellas, la visión, simplemente, no sería posible.

Sin embargo, un estudio reciente realizado por científicos de la Universidad Johns Hopkins, de Estados Unidos, y cuyos resultados han aparecido publicados en la revista Neuron, desafía esta creencia generalizada convirtiéndose, según los científicos, en una nueva esperanza para las personas con trastornos visuales severos e incluso ciegas.

Según publica dicha Universidad en un comunicado, los investigadores, liderados por el biólogo Samer Hattar, han descubierto que ratones cuyos ojos carecían completamente de bastones y conos aún pudieron ver, gracias a otras células fotosensibles presentes en sus retinas.

Con ellas, los animales distinguieron, no sólo la luz, sino incluso patrones e imágenes, aseguran los científicos.

Hasta el momento, se pensaba que estas otras células del ojo, conocidas como células ganglionares de la retina intrínsecamente fotosensibles (ipCGR), no participaban en la formación de las imágenes sino que servían para otras funciones, como “avisar” de que es hora de irse a dormir o de levantarse en función de los cambios de luz del día.

Asimismo, se sabía que las ipCGRs se activan en la retina en el primer o segundo día de vida, probablemente para ayudar a las células visuales a desarrollarse. Las ipCGRs, al igual que los bastones y los conos, están presentes en todos los mamíferos, incluidos los humanos, y no sólo en roedores.

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   Ducournau, que ha impartido una conferencia sobre las ‘Estrategias en el desprendimiento de retina’ en el 85 Congreso de la Sociedad Española de Oftalmología (SEO) que se celebra esta semana en Santander, anunció además que está realizando estudios para reconstruir la retina destruida mediante la implantación de células madre, un proceso que, actualmente, está llevando a cabo en cerdos con buenos resultados.

   Según explicó, en algunos casos de desprendimiento la retina reacciona fabricando células progenitoras que están siendo utilizadas para implantarlas en el cerdo con el fin de reconstruir esta parte del ojo.

   “Aún se tardará cinco o seis años para que esta técnica sea viable, pero creo que es el futuro”, explicó el especialista mundial en retina, quien precisó que, por el momento, el estudio se ha realizado en tres cerdos aunque, en su opinión, será necesario analizar los resultados en al menos 25 animales.

   El desprendimiento de retina es una patología frecuente a partir de los 40 años, su prevalencia es de 1 caso por cada 10.000 personas al año y provoca ceguera irreversible, por lo que es fundamental que la intervención se realice en la misma semana en la que el paciente comienza a sentir los síntomas (visión de una sombra periférica, una nube de puntos negros o estrellitas), destacó la organización del Congreso en nota de prensa.

CADA CASO ES ÚNICO

   Ducournau subrayó que “cada caso de desprendimiento es único y hay que adaptarse a él para que la cirugía ocasione el menor trauma posible” por lo que “se debe huir de la tentación de hacer las cosas de forma universal”, ya que no se puede aplicar una única técnica de forma sistemática.

   Por esta razón, el especialista recalcó la importancia de la experiencia para abordar esta grave patología. “El cirujano debe ser muy tenaz porque se enfrenta a la posibilidad del fracaso en cada intervención y ello hace que, en ocasiones, el médico entre en conflicto consigo mismo”, aseveró.

   El prestigioso oftalmólogo aseguró que en España se está produciendo un renacimiento de la especialidad de la retina de manera que existen “muchos buenos profesionales en esta materia tan específica”, y destacó la importancia de compartir experiencias como forma de ir mejorando en el abordaje de los desprendimientos.

   Explicó que el desprendimiento de retina se produce cuando el vítreo se despega de la retina provocando tracciones y desgarros en ésta, por lo que el objetivo de la intervención es pegar la retina y tapar dichos desgarros.

   Respecto a las causas, Ducournau señaló que aunque existen algunos casos en los que tienen un componente genético, el 95% de los desprendimientos se producen por causas desconocidas, aunque precisó que los pacientes que tienen miopía sufren más este problema.

   Existen tres tipos principales de desprendimiento de retina: regmatógeno, exudativo o traccional. El primero es claramente el más frecuente y se produce porque existe un agujero o desgarro en la retina a través del cual pasa líquido desde la cámara vítrea hacia debajo de la retina y la levanta.

   En el desprendimiento traccional, engrosamientos de la retina (que son realmente membranas inflamatorias fibrovasculares) tiran del resto de la retina y la levantan separándola de la coroides. Se asocian principalmente con retinopatía diabética avanzada y con traumatismos.

   El tipo exudativo es el menos frecuente, se produce por un paso de líquido desde la coroides hacia el espacio situado entre coroides y retina haciendo que la retina se separe de la coroides. Se producen principalmente en relación con tumores e inflamaciones.

Fuente: http://www.europapress

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