septiembre 2009 Archives

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MADRID.- Como todos los resultados que se dan en investigación básica, los datos que nos muestra un nuevo estudio deberían ser tomados con cautela por quienes más desean una cura para la diabetes, los propios enfermos. Sin embargo, la prudencia no empaña un logro que puede abrir la puerta a un mejor conocimiento de esta enfermedad e incluso al desarrollo de terapias a partir de la piel de cada paciente.

Hace un año, un investigador, George Daley, consiguió transformar fribroblastos (células de la piel) de pacientes diabéticos en células pluripotenciales. Sin embargo, el estudio que hoy publica la revista ‘Proccedings of the National Academy of Sciences’ (PNAS), da un paso más al lograr que esas células pluripotenciales (iPS) den lugar a otras similares a las células beta, las que producen en el páncreas insulina.

La buena noticia viene de la mano de Douglas Melton, uno de los máximos representantes de la investigación en terapia celular, que está empeñado en desentrañar la madeja de la diabetes tipo 1, enfermedad que padecen sus dos hijos, Emma y Sam. Y parece que el hilo se va soltando.

El equipo de Melton, del Departamento de Células Madre y Biología Regenerativa, de la Universidad de Harvard, en Cambridge (EEUU), tomó una biopsia de la piel de dos personas con diabetes tipo 1, de 11 y 27 años de duración respectivamente. A los fibroblastos obtenidos de esas muestras se les insertaron, mediante retrovirus, tres factores de reprogramación: OCT4, SOX2 y KLF4 y se evitó emplear el c-MYC, con mayor potencial cancerígeno.

Una vez cultivados, las células de la piel fueron reprogramadas a otras similares a las embrionarias, las iPS. A éstas se les aplicó un protocolo para diferenciarlas en diferentes tejidos, y finalmente en otras células como las beta del páncreas.

Por último, los investigadores comprobaron que estas células eran activas frente a diferentes niveles de glucosa. Frente a una mayor concentración de glucosa, las células beta creadas liberaban más cantidad de péptido C (sustancia que se produce cuando las células beta procesan la proinsulina) que cuando estaban expuestas a un menor nivel de glucosa.

Modelo de estudio

Una de las limitaciones que tienen los científicos a la hora de encontrar una cura para la diabetes es la falta de un buen modelo de estudio. El inicio de la enfermedad se da antes de que puedan aparecer los síntomas en los pacientes, así que ellos no sirven para analizar cómo comienza esta alteración. El ratón es el animal que se utiliza para investigación, sin embargo, no se pueden trasladar todos los resultados al organismo humano. De ahí que las células creadas sean valoradas tan positivamente, ya que pueden ayudar a comprender la raíz de las causas que generan la patología.

“Estas células ofrecen un material de inicio para poder contar con un modelo de la enfermedad y para probar diferentes protocolos de diferenciación”, señalan los autores. No obstante, estos investigadores exponen las limitaciones de estos resultados para poder aplicarlos en humanos. Por un lado, la eficiencia de esta técnica es baja por lo que habrá que seguir trabajando para mejorar el proceso. Además, de momento las células iPS no se pueden inyectar en personas porque no son seguras.

A pesar de las limitaciones, los autores se muestran positivos al considerar que este logro permitirá un buen modelo de estudio de la enfermedad y estas células también podrán ser utilizadas para comprobar en ellas cómo funcionan distintas moléculas que en un futuro puede servir para desarrollar nuevos fármacos.

 

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El uso de anticuerpos en lugar de altas dosis de quimioterapia puede reducir los efectos tóxicos a corto y largo plazo relacionados con los trasplantes de médula ósea con células madre en niños, y garantizar mayores tasas de éxito.
Así lo argumenta el doctor Persis Amrolia, del Hospital Infantil Great Ormond Street de Londres, en un artículo que publica la revista The Lancet, en el que recomienda lo que define como un régimen de acondicionamiento de baja intensidad para preparar a los menores que van a recibir un trasplante de estas características.
Los niños con inmunodeficiencias primarias sufren defectos genéticos en sus sistemas inmunitarios que les convierten en altamente vulnerables ante las infecciones y otras complicaciones, y sin un trasplante de médula la mayoría están condenados a morir.
Los trasplantes con células madre son la solución para curar a estos menores, cuya preparación tradicional para la operación incluye tratamientos de quimioterapia y radioterapia -a veces ambos combinados- para prevenir el rechazo del trasplante.
Estos tratamientos pueden producir daños graves en el hígado, el estómago y los pulmones del paciente, así como problemas de crecimiento e infertilidad en el futuro.
La mortalidad como resultado de estas técnicas de preparación es especialmente alta entre los bebés menores de un año y entre los menores que ya sufren problemas hepáticos o respiratorios, según el estudio realizado en el citado hospital infantil de Londres.
El Great Ormond Street ya lleva una década preparando a los niños que van a recibir un trasplante de médula con una quimioterapia menos agresiva, pero ahora ha confirmado con los buenos resultados de los llamados “anticuerpos monoclonales” para limpiar la médula del enfermo y crear un espacio seguro para las células del donante.
Esta técnica emplea anticuerpos que invaden únicamente las moléculas CD45 y CD52 -responsables del rechazo del organismo al trasplante- y que no afectan a otros tejidos del cuerpo del paciente, lo que permite también evitar los efectos tóxicos de la quimioterapia.
Según se explica en la revista The Lancet, el nuevo tratamiento fue aplicado en 16 niños que estaban demasiado enfermos para ser sometidos a un trasplante de médula clásico, con una media de edad de 11 meses, y el resultado fue muy prometedor.
Solo se registraron dos casos de alta toxicidad en los pacientes, y el malestar y la pérdida de pelo asociada a las altas dosis de quimioterapia no aparecieron con los anticuerpos monoclonales.
El daño en hígado, estómago y pulmones fue mucho menor que con el tratamiento clásico, y los pacientes se recuperaron dos veces más rápido que los tratados con radio o quimioterapia.
Tres años después del tratamiento preparatorio con anticuerpos y del posterior trasplante, 13 de los 16 pacientes tratados (el 81%) seguían con vida, habían superado su enfermedad, y se espera que vivan con normalidad en el futuro.
Amrolia señaló que “al tratarse de un acercamiento experimental, solo lo empleamos en los niños más enfermos, en aquellos que consideramos que no resistiría un trasplante con quimioterapia”.
“Teniendo en cuenta lo enfermos que estos niños estaban antes del trasplante, los resultados son sorprendentes”, dijo el doctor, quien precisó que de momento “este enfoque probablemente no es lo suficientemente sólido para permitir el trasplante en pacientes con otras enfermedades genéticas o con leucemia”.
El desafío -añadió- es ahora desarrollar técnicas similares para tratar estas enfermedades.
The Lancet: http://www.thelancet.com

Fuente: Londres, septiembre  2/2009 (EFE) Editores:
Lic. Edita Pamias González
Lic. Mónica Vega Botana
Lic. Aleida Figueroa Silverio
Lic. Heidy Ramírez Vázquez
Lic. Ada B. Ruiz Jhones
Lic. Sandra Rodríguez García

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 El Universal/EU

La medicina regenerativa, con sus sorprendentes posibilidades, es presentada a menudo como un cambio de paradigma: de una medicina que sustituye o alivia los síntomas, a otra que fomenta la capacidad del cuerpo de curarse a sí mismo.
Recientemente, el ejército estadounidense anunció que invertirá 250 millones de dólares para crear nuevos instrumentos que le permitan regenerar la piel y los miembros perdidos de los soldados.
Los resultados de estas investigaciones están trayendo a la luz respuestas increíbles, que el ejército norteamericano planea tener listos para usar en el campo de batalla en algunos años, especulan no más de ocho. A continuación te presentamos algunos de los proyectos más importantes y avanzados.
Regeneración de piel usando células madre. Se trata de una tecnología particularmente útil para quienes sufrieron quemaduras graves. El ejército de los Estados Unidos ahora quiere expandir las posibilidades de esta tecnología haciendo una pistola que permitiría rociar la herida, acortando de manera dramática los tiempos de curación de heridas.
Aplicación de polvo de vesícula de cerdo para regenerar miembros perdidos. Estas partículas puede restablecer dedos enteros, con las uñas inclusive. Sin embargo, aún se está investigando cómo podría utilizarse para quienes perdieron miembros enteros.
Órganos para imprimir. Se trata de una especie de impresora cuyo “cartucho” estaría relleno con una mezcla de nutrientes y factores de crecimiento para diferentes tipos de tejido. El dispositivo “imprimiría”, capa tras capa, los órganos.
Esta tecnología también serviría para la piel, ya que un transplante en medio del campo de batalla sería un poco complicado, pero igual podría ser revolucionaria. Por el momento se ha llegado a obtener una “impresión” de un corazón de rata, por lo cual aún le falta desarrollarse un poco a esta tecnología.

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Investigadores hallaron células madre epiteliales que se hallan en la glándula prostática y que puede explicar alguna forma de este tipo de cáncer para finalmente ofrecer nuevos modos de tratar la enfermedad. Los hallazgos son solo experimentales, dado que estas células madre fueron encontradas en ratones. El estudio se publica en la reciente edición de la revista Nature.
Los resultados también muestran un potencial de nueva fuente de tumores prostáticos, denominada células luminales, que segregan varios compuestos en la próstata.
“El papel de las células madre en el desarrollo de este cáncer ha sido tema de discusión por muchos años”, indicó en un comunicado la doctora Helen Rippon, de la organización benéfica británica Prostate Cancer.
Lo más importante es que esta nueva célula madre no depende de los andrógenos -las hormonas sexuales masculinas que controlan el crecimiento prostático- para sobrevivir y crecer. Esto brindaría una pista de por qué el cáncer de próstata suele volverse resistente a los tratamientos diseñados para regular estos andrógenos en los estadios avanzados de la enfermedad. Este conocimiento mejorado sería un paso hacia adelante en la comprensión de cómo podríamos ayudar a evitar que la enfermedad se desarrolle en los hombres”, dijo Rippon, quien no participó en el estudio.
Michael Shen y colegas del Centro Médico de la Columbia University, nombraron a las nuevas células madre como “CARN”. Normalmente regeneran parte del tejido que cubre el interior de la glándula, que produce el semen. Pero esas células pueden formar tumores si se desactivan ciertos genes que apuntan a detener el crecimiento fuera de control.
Shen expresó que los investigadores antes de este hallazgo creían que los tumores aparecían a través de otra cubierta de las células prostáticas, llamadas células basales.
Investigaciones previas sugieren que el cáncer de próstata se origina en las células madre basales y que durante la formación cancerosa esas células se diferencian en las luminales.
“En cambio, las CARN representarían un origen luminal del cáncer prostático”, agregó Shen. Los tumores de próstata son el segundo cáncer más común en los hombres, al causar 254 mil muertes al año en todo el mundo.
Nature: >http://www.nature.com/nature/index.html

Fuente: Washington, septiembre  12/2009 (Reuters)

Titulares

Prueban compuestos contra tumores del sistema nervioso 

Hallan vínculo entre células madre y cáncer de próstata 

Vinculan deficiencias cerebrales con trastorno de atención 

La obesidad se debe combatir desde dos direcciones: conducta y biología 

Demuestran que clonazepam y ácido valproico dificultan memoria y aprendizaje 

Datos de la vacuna contra la gripe A (H1N1) son alentadores  

Vacuna de MedImmune contra la gripe A (H1N1) lista para fines de septiembre 

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El estatal Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) de Brasil anunció hoy que aprobó créditos por 6,6 millones de reales (unos 3,7 millones de dólares) para financiar dos proyectos destinados al desarrollo de tecnologías de cultivo y manipulación de células madre para terapias celulares.

Los créditos beneficiarán proyectos de investigación promovidos por la Red Nacional de Terapia Celular, vinculada al Ministerio de Ciencia y Tecnologia, informó hoy el brazo financiero del gobierno brasileño en un comunicado.

Los recursos a fondo perdido serán destinados al Centro de Tecnología para Terapia Celular de la Fundación Hemocentro de la ciudad de Ribeirao Preto y a la Pontificia Universidad Católica del estado de Paraná.

Los dos proyectos beneficiados tienen como objetivo el desarrollo de tecnologías de cultivo y manipulación de células madre para poder ofrecer estas células a los diferentes proyectos promovidos por la Red Nacional de Terapia Celular.

“De esa forma los dos proyectos promoverán el desarrollo de competencia y capacitación nacional en el nuevo campo terapéutico”, aseguró el banco de fomento al desarrollo del gobierno brasileño en su comunicado.

El centro de la ciudad de Ribeirao Preto pondrá a disposición de los investigadores células madre mesenquimales y la universidad de Paranácélulas madre mesenquimales y progenitoras endoteliares.

Las células mesenquimales figuran entre las más prometedoras para las terapias celulares debido a que tienen capacidad para transformarse en varios tipos de tejidos.

Las progenitoras endoteliares, por su parte, tienen papel relevante en la regeneración de tejidos.

El Centro de Tecnología para Terapia Celular de Ribeirao Preto realiza investigaciones en hematología y hemoterapia, y produce hemoderivados básicos y otros productos. Desde hace nueve años realiza investigaciones con células madre.

La Pontificia Universidad Católica de Paraná forma parte del Núcleo de Cardiomiopatia Celular y realiza estudios con células madre desde 1999, cuando experimentó células fetales de ratones en la regeneración de la función ventricular de corazones de animales com infarto.

“El BNDES está consciente de la importancia del campo de las terapias celulares para el desarrollo de la industria de salud en Brasil y por eso comparte com el Ministerio de Ciencia y Tecnología la responsabilidad de apoyar los centros de tecnología celular”, según el comunicado.

El Instituto Nacional de Terapia Celular (INTC), creado en 2007, centraliza las investigaciones con células madre realizadas por las diferentes universidades y centros brasileños que utilizan la tecnología en el tratamiento de enfermedades.

Los experimentos buscan regenerar tejidos afectados por enfermedades mediante la inyección de células madre que pueden convertirse en cualquier tipo de célula y reproducirse

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Sábado, 19/9/2009, 14:55 h. El País

 

Falta sangre; fabríquenla

Sólo Europa tendrá un déficit de 1,5 millones de litros de ‘oro rojo’ en 2050 debido al envejecimiento de la población – La sangre artificial tarda en llegar pero las células madre dan nuevas esperanzas

MÓNICA LÓPEZ FERRADO 19/09/2009

 

Los bancos de sangre no están precisamente rebosantes del llamado oro rojo. Tienen las reservas justas. De ahí que se resientan de forma seria cada vez que coinciden un cúmulo de accidentes o de cirugías que exigen grandes transfusiones, o cada vez que los donantes se van de vacaciones. Este mismo mes de septiembre el Banco de Sangre y Tejidos de Cataluña ha tenido que emprender una campaña especial para conseguir en cinco días unas 10.000 unidades de sangre (unos 5.000 litros). Si eso ocurre ahora y en un país como España, con una de las tasas de donación más elevada del mundo, ¿qué pasará cuando la población mundial envejezca, necesite más intervenciones y, por lo tanto, se requiera aún más sangre? Los científicos se afanan en crear compuestos sanguíneos artificiales para poder satisfacer la demanda.

 

Las células del cordón umbilical sólo fabrican hoy glóbulos ‘in vivo’

Los ensayos con hematíes sintéticos fracasan por sus efectos nocivos

Ahora, la mitad de las donaciones se utilizan para cubrir las necesidades de personas mayores de 60 años. En el 2050, la población mundial de ancianos se habrá duplicado. No sólo podrían requerir casi la totalidad de las donaciones, sino que al haber menos población joven también habrá menos donantes. Eso sin contar con situaciones imprevisibles que puedan incrementar la demanda, como guerras, desastres naturales u otros accidentes. Los expertos hablan de que en el año 2050 en Estados Unidos habrá un déficit de tres millones de donaciones al año. O lo que es lo mismo: faltarán 1,5 millones de litros de sangre. La situación será similar en Europa.

El fluido sanguíneo será, más que nunca, un bien buscado si no se encuentran sustitutos. En ello trabajan desde hace más de dos décadas muchos grupos de investigación de todo el mundo. Aunque los intentos por encontrar un sustituto al fluido de la vida vienen de antiguo.

Los resultados más prometedores llegan de la mano de las células madre. Son la gran promesa para muchas otras enfermedades, pero “si hay un campo en el que llegarán pronto los resultados es en éste”, afirma Juan Carlos Izpisúa, director del Centro de Medicina Regenerativa de Barcelona (CMRB) e investigador del Salk Institute. “Será donde podremos dar con la aplicación más inmediata porque la sangre, a diferencia de otros tejidos, no requiere una estructura tridimensional para ser funcional”, dice.

El grupo de Izpisúa trabaja en la creación de sangre artificial con células iPS (células madre) obtenidas a partir de células del cordón umbilical. Se trata de una compleja cadena de transformaciones celulares. Primero, estas células del cordón umbilical deben transformase en células madre. Después, estas células madre inducidas darían lugar a células progenitoras, que serían capaces de acabar diferenciándose en todas las células de la sangre: glóbulos blancos, glóbulos rojos, plaquetas y otros compuestos del plasma. El sueño de muchos científicos: la auténtica sangre artificial. Pero para poder recrear este proceso en el laboratorio y conseguir fluido sanguíneo completo, con todos sus componentes, aún falta mucho tiempo.

Para empezar, el proyecto está aún en fase muy experimental. De hecho, sus primeros resultados no se publicarán hasta finales de año, aunque son esperanzadores. Además, por el momento, Izpisúa afirma que la producción de células sanguíneas por este método sólo podría ser in vivo. Es decir, trasplantando estas células a la médula ósea de un ser vivo para que, una vez en su medio natural (la médula es la fábrica de sangre del cuerpo humano) se inicie el proceso de diferenciación en los diferentes tipos celulares que forman la sangre. Pero el gran reto va a ser conseguir que el proceso ocurra in vitro, en el laboratorio, y que estas células madre se diferencien y acaben dando lugar a todos los compuestos del fluido sanguíneo en un cultivo que emule a la perfección las condiciones de la médula ósea para que se pueda crear el fluido completo necesario para una transfusión y almacenarlo. Ese es el auténtico sueño de la sangre artificial.

El proyecto de Izpisúa es ambicioso. Hasta ahora, la mayoría de científicos se habían centrado en conseguir glóbulos rojos artificiales por diferentes vías. Cuando en los medios de comunicación se habla de investigaciones sobre sangre artificial, en realidad, se habla de investigaciones que se han centrado en conseguir hematíes artificiales o hemoglobina. Para muchos científicos, por el momento, centrarse en ellos resulta una línea de investigación más realista y con más posibilidades a medio plazo.

De hecho, estas pequeñas células rojas, achatadas, son las que se necesitan cuando hay una gran pérdida de sangre. Una de las principales funciones del oro rojo consiste en transportar el oxígeno por el cuerpo, liberarlo en los tejidos y recoger el dióxido de carbono. De ello se encarga, en concreto, la hemoglobina que transportan en su interior, y que es la molécula que da al glóbulo su color rojo. Esa falta de oxigenación es lo que puede conducir a la muerte. “En un litro de sangre, el 40% son glóbulos rojos, aproximadamente un 55% plasma y el resto otros componentes, como la plaquetas o los glóbulos blancos. Si pierdes glóbulos blancos también los hay en otros tejidos y, por lo tanto, continúan haciendo su función. Pero para la sangre la disminución de glóbulos rojos es crítica de forma inmediata”, explica Joan García, responsable de terapias avanzadas del Banco de Sangre y Tejidos de Cataluña, que también participa en un consorcio europeo recien creado, Red on Tap, para conseguir sangre a partir de células madre.

El Ejército norteamericano, por ejemplo, ha llevado a cabo diferentes proyectos para conseguir glóbulos rojos artificiales. Las guerras, por necesidad, han hecho avanzar el conocimiento sobre las transfusiones. Ya en el siglo XVII, Sir Christopher Wren, científico y arquitecto británico, tuvo la idea de utilizar vino e incluso opio como sustitutos de la sangre humana. Sus experimentos no acabaron bien. A las puertas del siglo XX, se describieron los grupos sanguíneos, y así se pudo entender mejor por qué las transfusiones de sangre en ocasiones tenían éxito y en otras eran fatales. Durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial las transfusiones de sangre se incorporaron al protocolo de cirugía.

En los últimos años, el Ejército estadounidense ha estado trabajando en la creación de compuestos sintéticos que emulan la hemoglobina. Hasta el momento, son quienes han llegado más lejos. Han ensayado con pacientes compuestos con perfluorcarbonos, un líquido sintético que puede transportar oxígeno u dióxido de carbono. También hemoglobina libre o encapsulada en liposomas en lugar de glóbulos rojos. Incluso se han probado compuestos de sangre de cerdo. Sin embargo, “los sintéticos no están dando los resultados que se esperaban”, afirma García. “Los efectos secundarios son muy importantes”, explica Luz Barbolla, hematóloga y gerente del Centro de Transfusión de la Comunidad de Madrid. Se han descrito infartos de miocardio e hipertensión, entre otros. Según los datos de los ensayos publicados en la revista JAMA, el riesgo de muerte de un paciente que haya recibido una transfusión con un sustituto es un 30% superior.

Muchos de estos problemas se deben a la complejidad para emular al glóbulo rojo. Tienen una forma achatada, como un donut sin agujero. Y aunque parezca simple, resulta más compleja que la de otras muchas células. “La estructura del glóbulo rojo es muy compleja. Su membrana posee cualidades que aún no ha sido posible imitar”, dice García.

Uno de los grupos que más promete se encuentra en Escocia. El servicio de salud británico, el Wellcome Trust -la mayor organización médica de carácter benéfico del mundo- y el Servicio Nacional Escocés de Transfusiones de Sangre han dado una buena inyección de recursos a un grupo de investigación de la Universidad de Edimburgo, ligado al Roslin Institute (el mismo que creó la oveja Dolly). Trabajan con células madre procedentes de embriones para conseguir hematíes. Según anunciaron recientemente en una entrevista en el rotativo británico The Independent, en 2012 esperan realizar las primeras transfusiones de prueba a voluntarios.

Más allá de conseguir el hematíe, para que la futura sangre artificial sea realmente útil en los bancos de sangre habrá que superar otros obstáculos de orden práctico. Uno de ellos, la caducidad. “La sangre, los glóbulos rojos, duran unos 42 días, no podemos almacenar grandes cantidades porque tendríamos que desecharla”, afirma Barbolla. Un fluido artificial eficaz deberá estar listo para dar respuesta en todo momento. Para eso no puede ser perecedero y debe poderse almacenar. “El hematíe se acaba rompiendo y soltando la hemoglobina”, explica Barbolla. Lo ideal sería un compuesto liofilizado que se pudiese disolver y aplicar al momento. En este ejercicio de ciencia ficción, Izpisúa, situándose en el terreno de las células madre, va más allá. “En los centros sanitarios podría llegar un momento en que tuviésemos células progenitoras a punto para poder diferenciarse en lo que necesitásemos en un momento dado”, dice [el equivalente a la fase 3 del gráfico].

Otro de los retos de esta nueva sangre será encontrar un sustituto que sirva para todos los grupos sanguíneos, incluso los más raros. Cuanto más homogénea es una población, más facilidad tiene para autoabastecerse porque sus habitantes se parecen. Sin embargo, el aumento de la inmigración y, por lo tanto, la diversidad, ha complicado aún más la labor de los bancos de sangre. “Ahora tenemos una mayor diversidad antigénica y, por lo tanto, mayores problemas”, explica Barbolla. En el caso de la línea de investigación con células procedentes del cordón umbilical, Izpisúa augura que “dadas las características inmuno-privilegiadas del cordón, reprogramando unas 500 iPS se podrían cubrir los haplotipos del 60/70% de la población”.

Si el objetivo es satisfacer a una gran demanda mundial, no servirán unas pocas células diferenciadas en el laboratorio, sino que deberán conseguirse métodos de cultivos que, como auténticas macrofábricas, sean capaces de crear cantidades ingentes de fluido. Las cifras son astronómicas. Cada milímetro cúbico de sangre donada contiene unos cinco millones de glóbulos rojos, 5.000 blancos y 300.000 plaquetas. “El cuerpo genera 1.000 millones de glóbulos rojos cada hora. Es una máquina muy perfecta y eficiente que fabrica la sangre en la médula ósea. Es el modelo que queremos mimetizar”, afirma García.

Otro asunto será el precio. Con los métodos que se están investigando “fabricar una unidad de sangre (que contiene unos 450 mililitros) podría costar unos 4.000 euros”, explica García. “Ahora, una donación cuesta entre 150 y 200 euros, dependiendo de la comunidad autónoma”, continúa el experto. Un precio cada vez más alto, dado que los controles para evitar infecciones son cada vez más exhaustivos y sofisticados. Una sangre artificial podría asegurar que está absolutamente libre de patógenos.

Mientras la sangre artificial continúa en el territorio de la investigación básica, los expertos coinciden en que hay que continuar aumentando las donaciones, y educando a las generaciones futuras para que sean donantes, concluye Barbolla.

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SEVILLA, 22 Sep. (EUROPA PRESS) –

   El Banco Andaluz de Células Madre ha participado en un proyecto liderado por un equipo del Instituto Salk de California, con la colaboración de la Universidad de Michigan, en el que se han obtenido resultados destacados en el ámbito de la neurociencia.

   El trabajo demuestra que en las células madre neuronales, que se han obtenido desde células madre embrionarias, se encuentran activas unas secuencias de ADN móviles denominadas transposones y que con sus movimientos, a lo largo del genoma, se van duplicando, según informó hoy en una nota la Junta de Andalucía.

   Éstas se van insertando en distintas ubicaciones del genoma, pudiendo provocar alteraciones al modificar los genes adyacentes. Este proceso da lugar a un cerebro en el que no todas las células, necesariamente, poseen la misma información genética (“genoma mosaico”).

   El mecanismo de los transposones en las células madre neuronales puede estar involucrado, según el estudio de este grupo de investigadores, en determinadas enfermedades neuronales (como algunos tipos de cáncer del Sistema Nervioso Central) y en la generación de la diversidad neuronal.

   El estudio, dirigido por el grupo del doctor Fred H. Gage del Instituto de Salk de California y en el que ha participado el investigador José Luis García Pérez del Banco Andaluz de Células Madre, se ha publicado en ‘Nature’, una de las revistas más prestigiosas en el ámbito de la ciencia y la biomedicina a nivel mundial.

   Los investigadores han partido de la base de que cerca de la mitad del genoma humano está formada por secuencias repetidas sin función conocida, denominadas ADN basura. Dentro de este grupo, algunas secuencias son capaces de moverse dentro de nuestro genoma: los transposones, cuya movilidad puede generar diversos tipos de enfermedades humanas aunque, a día de hoy, no se les conoce función biológica. Con este hallazgo, sin embargo, se abre una vía a la investigación de las patologías neuronales y sus comportamientos.

EL BANCO ANDALUZ DE CÉLULAS MADRE

   Ubicado en el Parque Tecnológico de las Ciencias de la Salud de Granada, el Banco Andaluz de Células Madres es el nodo central del Banco Nacional de Líneas Celulares y una herramienta básica para la investigación colaborativa en Andalucía y, en concreto, para la actividad científica del Programa Andaluz de Terapia Celular y Medicina Regenerativa, uno de los tres programas principales de investigación recogidos en la Iniciativa Andaluza en Terapias Avanzadas de la Junta de Andalucía.

   Hasta el 23 de septiembre, la comunidad andaluza participa en Estados Unidos en la Cumbre Mundial de Células Madre, en la que se presentan las líneas estratégicas que se desarrollan en la región en este ámbito concreto.

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Escrito por UNAM   
Jueves, 24 de Septiembre de 2009 00:00
MÉXICO, DF. Científicos de Estados Unidos aseguran que han encontrado una nueva fuente de células madre que no requiere el uso de embriones humanos, ya que recoge las células del líquido amniótico que rodea al embrión.
El trabajo científico con células madre es considerado la llave maestra para el tratamiento de varias enfermedades hasta ahora incurables.
La investigación científica de lo que -según algunos- podría ser el mayor descubrimiento médico en décadas ha sido hasta ahora retrasada por las implicaciones éticas y legales de hacer crecer artificialmente las células madre embrionarias de lo que algunas personas creen podría crecer un feto humano viable.
Pero después de siete años de investigación médica, los científicos de la universidad de Wake Forest en Carolina del Norte dicen que han podido cultivar cantidades utilizables de células madres del líquido amniótico que rodea a un feto, sin ocasionar daño al feto mismo.
“Se ha sabido por décadas que tanto la placenta como el líquido amniótico contienen múltiples tipos de células progenitoras del embrión en desarrollo, incluyendo grasa, hueso y músculo”, dijo el líder del equipo de investigación, Anthony Atala, en un comunicado emitido por la universidad.
“Nos hicimos la pregunta ¿existe la posibilidad de que dentro de esta población de células podamos capturar verdaderas células madre? La respuesta es sí”, agregó Atala.
El potencial que ofrecen estas células madre es similar al que ofrecen las células madre embrionarias, afirman los científicos, y por ello podrían ser utilizadas para crear tejido muscular, óseo, vasos capilares, nervios y células hepáticas, según el equipo.
“Esperamos que estas células provean un recurso valioso para la reparación de tejidos y para la regeneración de órganos”, dijo Atala según el comunicado.
Mucho investigadores creen que las células madre eventualmente abrirán la puerta a tratamientos exitosos de una amplia variedad de problemas, incluyendo heridas de la médula espinal, y los males de Alzheimer, Parkinson y Lou Gehrig.
El estudio de los científicos de Wake Forest es publicado por la revista profesional Nature Biotechnology.
El profesor de patología en la Universidad de Cambridge, Chris Smith, dijo que este método podrían poner fin al polémico uso de células madre embrionarias.
“Uno de los principales problemas con las células madre embrionarias es que uno debe destruir o potencialmente dañar el embrión en desarrollo para recolectar las células madre”, explicó Smith.
“Pero en este caso, como son células que están flotando libremente en el líquido amniótico, se desprenden del embrión en desarrollo y permanecen allí. Son fáciles de recolectar y no existe un gran riesgo o gran amenaza para el bebé”, dijo Smith.

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