Investigadores estadounidenses encontraron una nueva fuente de células madre, destaca la edición más reciente de la revista especializada Experimental Biology and Medicine. Frans Kuypers, Vladimir Serikov y colegas del Children’s Hospital and Research Center en Oakland, California, informan que la placenta ofrece gran cantidad de células madre.
Hasta ahora sólo se sabía que el cordón umbilical de los recién nacidos contiene células madre. De hecho, algunos padres lo hacen congelar después del nacimiento de los hijos para poder utilizarlo en una eventual emergencia en años o décadas. Según el equipo en Oakland, la placenta brinda incluso más células madre que el cordón umbilical.
Los médicos esperan tratar en el futuro con las células madre una serie de afecciones. Se pueden emplear en el tratamiento de enfermedades hematológicas, como la leucemia, talasemia y drepanocitosis.
La Sociedad contra el Cáncer de Estados Unidos, indica que en este país no existe la ayuda correspondiente para al menos 16 mil niños cada año, ya que no se encuentran donaciones de células compatibles. Las células madre aún no están programadas para sus funciones posteriores en el cuerpo y pueden ser transformadas en cualquier tipo de célula, precisaron.
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El investigador Salvador Martínez destaca que la técnica utilizada es segura tras intervenir a once pacientes con esclerosis lateral amiotrófica
ROSANA RIBES
Hace ocho años un equipo de investigadores de la Universidad Miguel Hernández comenzaba la primera fase de un ensayo clínico, pionero en el mundo, para buscar un tratamiento contra la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) mediante el trasplante de células madre adulta. El estudio lo iniciaron con ratones y seis años después empezaron a aplicarlo a once pacientes seleccionados.
Actualmente sólo quedan que tres enfermos cumplan un año desde que se sometieron al trasplante, -tiempo necesario para realizar un evaluación-, pero los resultados con los primeros afectados «son muy satisfactorios; las intervenciones demuestran la ralentización en el progreso de la enfermedad y ningún paciente va a peor», destacó ayer el investigador Salvador Martínez.
El ensayo consiste en trasplantar células madre de la propia médula ósea del paciente en la médula espinal, por lo que se requiere de anestesia general y sólo los afectados que presentan una buena función respiratoria pueden participar. «Estamos demostrando que la intervención no causa daños, que es una técnica segura; todo un éxito», resaltó Martínez, quien añadió que han pedido intervenir a más pacientes.
Javier Cabo, presidente de la Fundación Diógenes para la investigación de la ELA, señaló el gran avance que se está logrando, pero aprovechó el acto para reclamar también más atención hacia la enfermedad: «Pedimos al Consell ayuda y atención para poder vivir con dignidad, que no se muestre indiferentes con los enfermos de ELA». Y es que los afectos necesitan una atención multidisciplinar donde estén integrados médicos de familia, logopedas y fisioterapeutas, entre otros profesionales.
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EP | MADRID Actualizado Jueves, 18-06-09
Las trompas de Falopio desechadas tras las intervenciones podrían ser una fuente de células madres, según un estudio del Centro de Investigación del Genoma Humano de la Universidad de Sao Paulo en Brasil que se publica en la revista “Journal of Translational Medicine”.
El estudio muestra, por primera vez, que las trompas de Falopio humanas tienen abundantes células madre mesenquimales que tienen el potencial de convertirse en una variedad de tipos celulares.
Las células madre mesenquimales obtenidas de los cordones umbilicales, la pulpa dental y el tejido adiposo, que son todos tejidos biológicos que se desechan, se pueden diferenciar en células musculares, grasas y de cartílago. Los científicos, dirigidos por Mayana Zatz y Tatiana Jazedje, aislaron y evaluaron el potencial de diferenciación de las células madre mesenquimales procedentes de trompas de Falopio desechadas. En el estudio, las trompas de Falopio se obtuvieron de procedimientos de histerectomía y de otros tipos ginecológicos de mujeres fértiles en sus años reproductivos que no habían pasado por terapia hormonal en los tres meses anteriores a la cirugía.
Los investigadores descubrieron que las células madre de la trompa de Falopio podían aislarse y desarrollar in vitro con facilidad y que podían diferenciarse en células musculares, de grasa, de cartílago y óseas. Los cromosomas de las células no mostraban anomalías.
Según explica Jazedje, “además de proporcionar una posible fuente adicional para la medicina regenerativa, estos descubrimientos podrían contribuir a la ciencia reproductiva en su conjunto”. La investigadora concluye que “el uso de fragmentos de tejido humano que suelen desecharse en los procedimientos quirúrgicos no presenta problemas éticos”.
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