Nueva mascara para el tratamiento de heridas en la cara
WASHINGTON.- Un grupo de científicos norteamericanos anunció la creación de “Biomask”, una máscara que busca mejorar los tratamientos en heridas en la cara producidas por guerras, mejorando las posibilidades de recuperación al regenerar el tejido dañado, en vez de que simplemente cicatrice.
Biomask está siendo desarrollado por ingenieros de la Universidad Texas Arlington, especialistas en medicina regenerativa de la Universidad Northwestern, y expertos del Brooke Army Medical Center y el Army Institute or Surgical Research.
Según informa Wired, el 85% de las heridas producidas en combate afectan a las extremidades y a la cara, y actualmente los tratamientos a este tipo de lesiones apuntan a la sanación pero no a la recuperación total. Por ejemplo, las heridas de cara suelen dejar cicatrices, deformaciones y pérdida de algunas funciones motoras.
Por eso Biomask apunta a la regeneración de tejido. La máscara cuenta dos estructuras principales. La capa dura exterior, que tiene una serie de componentes eléctricos, y la capa interior, que a su vez tiene tres capas: un máscara flexible que se adapta a la cara del paciente, una serie de actuadores que mantienen la máscara fija y finalmente una red de microtubos y válvulas que aplica los medicamentos, ya sean analgésicos o terapia de células madres.
Gracias al sistema de monitoreo de la herida que trae incorporado, la máscara puede enfocar sus esfuerzos en las zonas más afectadas de la cara y a medida que sanan, atender las otras. Los científicos detrás del proyecto esperan que Biomask esté operando en hospitales militares en 2017.
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Células madre para el corazón
El equipo dirigido por Marbán evaluó a 25 pacientes cuyo promedio de edad era de 53 años y que habían sufrido un infarto (todos ellos fueron tratados en el Cedars-Sinai Heart Institute y en el Hospital Johns Hopkins, en Baltimore). De éstos, ocho recibieron la atención “estándar”, mientras que 17 recibieron infusiones de células madre derivadas de cardioesfera (CDC), es decir, células madre del tejido cardíaco del propio paciente.
El procedimiento consistió en retirar fragmentos del tamaño de una pasa del músculo cardíaco del paciente, utilizando para ello un catéter con anestesia local. Este tejido se utilizó como suministro de células madre cardíacas. En un segundo procedimiento, cada paciente recibió una infusión de entre 12 y 25 millones de sus propias células madre.
Los pacientes que recibieron la infusión de células madre vieron disminuir el tamaño de su cicatriz hasta en un 24%, mientras que en el grupo de control no se produjo reducción alguna en el tamaño de la cicatriz. Los cambios en el volumen diastólico final, el volumen sistólico final y la fracción de eyección del ventrículo izquierdo, no mostraron diferencias entre los grupos a los 6 meses.
Sucesos adversos
Cuatro pacientes (el 24%) en el grupo de células madre sufrieron acontecimientos adversos graves, en comparación con el grupo control (13%), aunque de esos cuatro eventos sólo uno se hallaba relacionado con el tratamiento.
Según los autores, “este descubrimiento desafía la creencia de que el músculo cardíaco es irrecuperable. Además, muestra que la infusión intracoronaria de CDC, después de un infarto de miocardio, es segura”.
En un comentario vinculado, el doctor Chung-Wah Siu y el profesor Hung-Fat Tse, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Hong Kong, agregan que “estos hallazgos sugieren que este enfoque terapéutico es factible y tiene el potencial de proporcionar una estrategia de tratamiento para la regeneración cardíaca tras un infarto de miocardio”.
Febrero 14/2012 (JANO)
Raj R Makkar , Rachel R Smith , Ke Cheng , Konstantinos Malliaras , Louise EJ Thomson , Daniel Berman. Intracoronary cardiosphere-derived cells for heart regeneration after myocardial infarction (CADUCEUS): a prospective, randomised phase 1 trial.The Lancet, 14 Feb 2012
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Gracias a la ingeniería tisular, puede recuperarse el hueso perdido
La falta de hueso bucal impide a los pacientes que han perdido sus dientes recibir implantes, al no tener donde fijarlos. Sin embargo, una nueva técnica permite reconstruir esta parte de la boca y, de esta manera, tal y como explica el doctor Arturo Bilbao, presidente de la Sociedad Española de Cirugía Oral y Maxilofacial (SECOM).
Este experto, que participa en el III Curso de Regeneración y Reconstrucción Ósea en cirugía prepotésica avanzada, que se celebra entre este viernes y el sábado en Madrid, señala que gracias a la ingeniería tisular, puede recuperarse el hueso perdido a partir de las células mesenquimales extraídas del tejido adiposo de los propios pacientes mediante su estimulación en la formación de hueso.
Por otro lado, gracias a la investigación sobre cultivo de tejido, se puede cubrir el espacio vacío sin necesidad de introducir injertos de otras personas, señala este experto. En general, la pérdida de hueso se produce por una atrofia que puede venir precedida por tumores.
El presidente de la SECOM señala que esta nueva técnica, que aún esta siendo estudiada, se está evaluando en “centros autorizados” y que, por el momento, “no está disponible en la práctica habitual, es decir, en la clínica”.
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WASHINGTON (AP) — Durante 60 años, los médicos pensaron que las mujeres nacían con todos los óvulos que tendrían. Ahora científicos de Harvard desafían ese dogma y aseguran haber descubierto que los ovarios de las mujeres jóvenes guardan células madre muy inusuales capaces de producir nuevos óvulos.
Si se confirma el reporte del domingo publicado en la revista Nature Medicine, aprovechar esas células madre podría permitir algún día dar mejores tratamientos a las mujeres que son infértiles por enfermedad o simplemente porque están envejeciendo.
“Nuestro punto de vista actual de la edad ovárica está incompleto. Hay mucho más en el relato que simplemente dejar escapar poco a poco un acervo fijo de óvulos”, dijo el principal investigador Jonathan Tilly, del Hospital General de Massachusetts de Harvard, quien durante mucho ha seguido estas células en una serie de controvertidos estudios.
El trabajo anterior de Tilly provocó feroz escepticismo y expertos independientes pidieron ser cautelosos con los más recientes hallazgos.
Un paso clave es ver si otros laboratorios pueden verificar el trabajo. En caso de hacerlo, llevaría años de investigación adicional aprender a usar esas células, dijo Teresa Woodruff, jefa de preservación de fertilidad en la facultad de medicina Feinberg en la Universidad del Noroeste.
Sin embargo, una investigación así podría ayudar a dispersar algunos de los misterios más perdurables que rodean a cómo se forman y maduran los óvulos humanos.
Durante mucho tiempo, a los científicos se les enseñó que las mamíferas nacen con un suministro finito de células ovulares llamadas ovocitos, que se agotan cuando llegan a mediana edad. Tilly rechazó por primera vez esta idea en 2004 al reportar que los ovarios de una rata adulta resguardan algunas células madre capaces de producir óvulos. El científico dijo que hace poco, un laboratorio en China y otro en Estados Unidos también hallaron estas células en ratones.
Todavía existe un largo camino para mostrar que estos óvulos madurarán y serán viables, dijo David Albertini, director del Centro de Ciencias Reproductivas de la Universidad de Kansas.
Tilly argumenta que usar las células madre para cultivar óvulos en el laboratorio algún día ayudará a preservar la fertilidad de las pacientes con cáncer. Hoy, en diversos laboratorios como el Woodruff, congelan partes de ovarios de niñas antes de ser sometidas a radiación o quimioterapia. Y estudian cómo hacer madurar los óvulos que puedan ser utilizados en fertilización in vitro para cuando las niñas crezcan.
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El estudio, publicado en la publicación especializada Cell, relaciona la base celular de la formación de la memoria con el nacimiento de nuevas neuronas, siendo esto un hallazgo que podría crear nuevos objetivos farmacológicos para el tratamiento de trastornos de la memoria.
Los resultados también sugieren que un desequilibrio entre neuronas jóvenes y viejas en el cerebro podría alterar la formación normal de la memoria durante un estrés traumático y el envejecimiento.
“En los animales, las experiencias traumáticas y el envejecimiento, a menudo, disminuyen el nacimiento de nuevas neuronas en el giro dentado. En los seres humanos, estudios recientes han encontrado disfunciones en el giro dentado, relacionadas con la memoria, durante el envejecimiento normal”, afirmó el Premio Nobel de Medicina Susumu Tonegawa, uno de los autores del estudio y director del Centro RIKEN-MIT.
Tonegawa y su equipo de colaboradores probaron, en ratones, dos tipos de procesos de la memoria: la separación de patrones, proceso por el cual el cerebro distingue entre eventos similares, y la terminación de patrones, que se utiliza para recuperar contenido detallado de los recuerdos. Los neurocientíficos han pensado, durante mucho tiempo, que estos dos procesos opuestos y en conflicto se producen en diferentes circuitos neuronales.
Hasta el momento se creía que el papel del giro dentado –una estructura con notable plasticidad– en condiciones que van desde la depresión a la lesión cerebral traumática se encargaba de la separación de patrones, y que la región CA3 se ocupaba de la terminación de patrones. Sin embargo, los investigadores han descubierto que las neuronas del giro dentado pueden realizar ambos procesos, dependiendo de la edad de las células.
Los investigadores evaluaron la separación de patrones en ratones que habían aprendido a distinguir entre dos habitáculos similares: uno seguro y otro que producía una descarga poco agradable en las patas.
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Una nueva técnica para insertar células madre en tejidos dañados podría permitir en un futuro la regeneración de órganos y reducir la dependencia de las donaciones, según publica hoy la revista británica “The Lancet”.
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El doctor Porfirio Hernández, coordinador del Grupo Nacional de Medicina Regenerativa, del Ministerio de Salud Pública, señaló a Granma que si bien el uso de tan avanzado proceder aún está en fase de ensayos clínicos con estrictos criterios de selección, los resultados son prometedores y similares a los obtenidos en países desarrollados, al evitar en la mayoría de los enfermos algún tipo de amputación de envergadura.
Precisó que los estudios referidos a las aplicaciones de células madre se hacen ya en diez provincias. La Habana encabeza la relación de más casos atendidos con 1 564, seguida por Pinar del Río (1 028); Matanzas (388); Villa Clara (263) y Artemisa (177).
Después de Angiología, el mayor número de pacientes tratados por la llamada terapia celular regenerativa pertenece al campo de la Ortopedia y la Traumatología. Al finalizar el 2011 sumaban 1 261 los beneficiados por los implantes en esa especialidad.
Según informó el doctor Hernández, Cuba tiene logros que constituyen verdaderos aportes a la literatura científica internacional en esta esfera, como es la mejoría experimentada en individuos con linfedemas crónicos de los miembros inferiores, y la respuesta favorable que se obtuvo en un menor aquejado de fibrosis pulmonar idiopática, en quien el tratamiento basado en el injerto de células madre evitó la necesidad de hacer un trasplante de pulmón.
Las células madre son aquellas capaces de experimentar divisiones ilimitadas y dar origen a distintos tipos de células que existen en el cuerpo. Tienen la propiedad de regenerar tejidos dañados por enfermedades, traumas o envejecimiento, y pueden obtenerse de la médula ósea, sangre periférica, córnea, cerebro, pulmón, endometrio, y de otros órganos y tejidos.
Orfilio Peláez
pelaez@granma.cip.cu
Un tratamiento de células madre permite a los receptores de trasplantes sobrevivir sin terapia de supresores del sistema inmunitario
(CNN) — Los riñones de Lindsay Porter estaban hinchados y cubiertos de quistes cuando se los quitaron hace dos años. Juntos pesaban alrededor de siete kilogramos.
Su área abdominal estaba tan distendida que “parecía una mujer embarazada de nueve meses, y la gente me preguntaba cuándo me aliviaba”, dijo Porter.
Mientras se preparaba para un trasplante para tratar su enfermedad renal poliquística, Porter, de 47 años, tenía sentimientos encontrados; alivio de haber encontrado un donante, combinado con resignación. Esperaba un riñón y una vida llena de medicamentos supresores del sistema inmunitario, que lo debilitan pero son indispensables para que las defensas naturales del cuerpo no ataquen al nuevo órgano como si fuera un intruso.
“Obtienes un nuevo y resplandeciente riñón, y luego te dan medicamentos que eventualmente lo destruirán”, dijo Porter.
Pero ese escenario podría cambiar, si los resultados de un nuevo estudio piloto son replicados en un mayor número de pacientes. El estudio, publicado el miércoles en la revista Science Translational Medicine, presenta a ocho pacientes con trasplante de riñón, incluida Porter, quien recibió una terapia de células madre que permitió que las células inmunitarias del donante y el receptor coexistieran en el mismo cuerpo.
El efecto, en varios pacientes, fue engañar al sistema inmunitario que las recibe para que reconozca como suyo al riñón donado.
Cuando funciona, los pacientes se vuelven una rareza médica llamada quimera.
“El quimerismo es una condición donde dos poblaciones diferentes de células genéticas se encuentran en el cuerpo, y ambos tipos de células son tolerados”, dijo el médico Anthony Atala, director del Instituto de Medicina Regenerativa en el Centro Médico Baptista de Wake Forestm, quien estuvo involucrado en el estudio.
“Este ha sido el santo grial de los trasplantes de órganos durante más de la mitad de un siglo”, dijo el médico Joseph Leventhal, un cirujano de trasplantes en el Hospital Northwestern Memorial y coautor del estudio.
Para evitar los problemas que se presentan con un donante y un receptor que no coinciden, los investigadores en la Universidad Northwestern y en la Universidad de Louisville recolectaron células madre de médula ósea del donante del riñón. Estas células madre son sometidas a un proceso de 18 horas en el laboratorio para remover células problemáticas que puedan ser rechazadas.
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