Actualidad científica

La presencia del virus del papiloma humano en la epidermis induce los carcinomas de piel

martes, 16/10/12 –

BARCELONA, 16 (EUROPA PRESS)
La expresión de oncoproteínas del virus del papiloma humano en células madre de la región de la epidermis donde se regenera el pelo induce al desarrollo de carcinomas de la piel, según pone de relieve un estudio realizado por el Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (Idibell).
La investigación refuerza la idea de que el origen de determinados carcinomas de piel reside en las células madre con una función alterada, si bien la infección con algunos tipos de virus del papiloma tendría que verse reforzada con la exposición al sol y ciertas situaciones de inmunodeficiencia.
Los investigadores han testado este hecho en ratones, a los que al lograr que expresaran oncoproteínas del virus del papiloma en la epidermis se inducía el “desarrollo espontáneo” de carcinomas en la piel.
“Es importante conocer cuál es el origen celular de los tumores para focalizar sobre los mecanismos y vías que están específicamente alterados en esta población celular y que podría ser responsable del desarrollo de carcinomas”, ha indicado la investigadora autora del estudio, Purificación Muñoz.
El Idibell se plantea ahora investigar qué vías de señalización están implicadas en la expansión y migración de estas células madre a otras regiones de la epidermis, donde participan en el desarrollo de los carcinomas.
(EuropaPress)

EFE/LONDRES Un laboratorio belga ha logrado desarrollar una glándula de tiroides a partir de células madre de ratón y trasplantarla con éxito a uno de estos roedores, informó hoy la revista científica británica “Nature”.

Aunque este avance podría allanar el camino a los trasplantes de órganos humanos creados con células madre para tratar el hipotiroidismo, no es una aplicación que pueda considerarse a corto plazo, explicó a Efe Francesco Antonica, investigador y coautor del artículo.

En su trabajo, Antonica y sus colegas del laboratorio Sabine Costagliola de Bruselas utilizaron células madre embrionarias de ratón y las diferenciaron en células tiroideas, que constituyeron un tejido capaz de producir hormonas.

A continuación, los investigadores trasplantaron con éxito la glándula resultante a ratones que carecían de tiroides y observaron que producía hormonas con normalidad, lo que la ha convertido en la primera glándula funcional de este tipo desarrollada en el laboratorio.

“El tejido desarrollado in vitro fue capaz de producir hormonas tiroideas de una manera definitiva, eficiente y regulada, y curar así el hipotiroidismo” que sufrían estos roedores, relató Antonica.

Este logro “supone un punto importante en la investigación con células madre para tratar el hipotiroidismo”, consideró el investigador.

En concreto, este trabajo abre la vía a tratamientos con células madre contra un tipo de hipotiroidismo causado por mutaciones genéticas que impiden o dificultan el desarrollo de la tiroides, un trastorno que produce síntomas como cansancio crónico, debilidad, piel seca, intolerancia al frío, estreñimiento y aumento del peso corporal.

Otra de las aplicaciones clínicas a largo plazo sería el trasplante de tiroides a pacientes de cáncer a los que se les haya extirpado esta glándula.

Los expertos del laboratorio Sabine Costagliola investigan ya un protocolo en humanos, que se ha beneficiado de la reprogramación celular, procedimiento que le ha valido el Premio Nobel de Medicina de este año al médico japonés Shinya Yamanaka.

Gracias a este descubrimiento, el grupo de científicos belgas considera reprogramar células de la piel humanas en células madre que a su vez se convertirían en tiroideas, y prescindir así del uso de células madre embrionarias en su investigación.

Sin embargo, Antonica recuerda que aún hay que superar una serie de dificultades como conseguir diferenciar las células madre sin utilizar ningún tipo de manipulación genética, por lo que no cree que órganos humanos creados de esta forma puedan trasplantarse en un futuro próximo.

Según el Comité Nobel, los trabajos de los galardonados revolucionaron completamente la comprensión de cómo las células y los organismos se desarrollan.

En concreto, mostraron la forma en que células diferenciadas, especializadas, se programan nuevamente para constituir células inmaduras, capaces de desarrollarse en cualquiera de las que forman los diversos tejidos del cuerpo.

John B. Gurdon descubrió en 1962 que la especialización celular, el proceso mediante el cual una célula embrionaria se convierte en un cardiomiocito o un hepatocito, es reversible.

En un experimento ahora clásico, recuerda la Academia sueca, Gurdon reemplazó el núcleo celular inmaduro de un huevo de rana por el núcleo de una célula intestinal madura.

El huevo modificado se desarrolló como un renacuajo normal, evidenciándose así que el ADN de una célula madura aun tiene toda la información necesaria para desarrollar todos los tipos de líneas celulares presentes en una rana.

Por su parte, Shinya Yamanaka descubrió en 2006 la forma en que células maduras de rata pueden reprogramarse para convertirse en células madre inmaduras mediante la introducción de solo unos pocos genes.

De esa manera, explica el comité Nobel, mediante el trabajo en nuevas líneas de investigación sobre células madre se abren muy prometedoras oportunidades para el futuro tratamiento de numerosas enfermedades hoy incurables.

Como efecto colateral, también se hace necesario rescribir los libros de texto.

Sir John B. Gurdon nació en 1933 en Dippenhall, Reino Unido. Se doctoró (PhD) por la Universidad de Oxford en 1960. Actualmente trabaja en el Instituto Gurdon en Cambridge.

Shinya Yamanaka nació en Osaka, Japón, en 1962. Obtuvo su doctorado (PhD) por la Universidad de la ciudad de Osaka en 1993. En estos momentos es profesor en la Universidad de Kyoto y está afiliado al Instituto Gladstone.

ls/mv

Este nuevo paso lo han dado científicos japoneses de la Universidad de Kyoto y abren una nueva puerta a la aparición de tratamientos para combatir la fertilidad femenina. Si algún día se extendiera a humanos podría ayudar a las mujeres que han agotado sus óvulos fértiles, por edad, o por un tratamiento agresivo como la quimio o la radioterapia en el cáncer.

Hasta la fecha se había conseguido con espermatozoides, pero aún no con óvulos.

El equipo del investigador Mitinori Saitou utilizó dos tipos de células madre de ratón hembra: células madre embrionarias (CME), que provienen de embriones en fase inicial y tienen el potencial de convertirse en cualquier tipo de tejido embrionario y células madre (iPS), obtenidas a partir de tejidos adultos, como la piel.

Consiguieron reprogramarlas hasta convertirlas en unas células germinales, las cultivaron con células de ovario de ratones hasta conseguir un «ovario reconstituido» que fue trasplantado posteriormente a un ovario de ratón donde maduraron y se desarrollaron los ovocitos. Después el proceso fue similar al de un tratamiento de fecundación «in vitro» convencional: se aislaron los ovocitos se fecundaron con esperma de ratón en el laboratorio y se implantaron en una hembra.
Tomado de ABC.es

En este estudio los científicos han demostrado que el epigenoma de las células obtenidas en cultivo se asemeja “considerablemente” a las células musculares y óseas presentes de forma espontánea en la naturaleza, pero no son totalmente idénticas.

De hecho, dichas células producidas en el laboratorio no poseen el epigenoma tumoral de los tumores derivados de los tejidos del músculo y del huevos –rabdomiosarcoma y osteosarcoma–, lo que confirma su seguridad desde el punto de vista biológico.

La investigación “demuestra la utilidad de la epigenética para determinar el grado de madurez y bioseguridad de los tejidos diferenciados usados en medicina regenerativa”, ha asegurado Esteller en el comunicado

Este pequeño mamífero africano “parece que puede regenerar el tejido de la oreja de la misma forma que a una salamandra le vuelve a crecer una extremidad perdida por el ataque de un predador”, señaló Seifert en un comunicado.

“La piel, los folículos capilares y el cartílago, todo, se regenera”, afirmó el investigador, quien destacó que no sucede así en otros mamíferos, en los que, por lo general, el “tejido de una cicatriz se forma para llenar el hueco generado por una herida”.

Además, a este tipo de ratón también le vuelve a crecer el tejido de otras partes del cuerpo tras sufrir una herida, aunque no de una manera tan completa como sucede con el tejido de la oreja. “Regenera los folículos capilares y la piel, pero el músculo de debajo de la piel no se regenera”, precisó.
No obstante, este hallazgo “puede representar un nuevo modelo para la curación y regeneración del tejido de seres humanos”, puso de relieve el científico.

Seifert estaba estudiando la curación sin cicatrices en animales anfibios cuando un colega le dijo que un pequeño roedor africano parecía tener un mecanismo de defensa por el que podía “amputarse una parte del cuerpo para escapar de los predadores”.

Este mecanismo de “autonomía” es ya conocido en “lagartijas y salamandras”, pero es muy raro en los mamíferos y hasta ahora hemos visto sólo unos pocos roedores que pueden deshacerse de la cola”, explicó en un comunicado.
Lo que realmente llamó la atención del ratón espinoso africano a Seifert fue la capacidad de curación de sus heridas, tras someter al pequeño roedor a una biopsia realizada mediante perforación en las orejas.
“Los resultados fueron asombrosos”, destacó el científico de la Universidad de Florida, quien resaltó el hecho de que la biopsia mostraba que los “diversos tejidos del oído volvían a crecer mediante la formación de estructuras de tipo blastema”, el mismo proceso biológico que una salamandra utiliza para regenerar una extremidad amputada.

Medicina Regenerativa
28 Septiembre 2012
Células madre contra el Alzheimer
Archivado en: Actualidad científica — medregenerativa @ 12:07 Editar
Los revolucionarios hallazgos del estudio de la Universidad Nacional de Seúl y RNL Bio Stem Cell Tecnology Institute sugieren el primer avance verdadero para prevenir el Alzheimer y ayudar a millones de pacientes y familias.
SEÚL, Corea del Sur, 26 de septiembre de 2012 – PRNewswire: En el primer estudio de su clase, esta semana investigadores de la principal universidad de Corea y el RNL Bio Stem Cell Technology Institute anunciaron los resultados de un estudio que sugiere una posibilidad sorprendente: las células madre adultas no solo tienen un efecto positivo en las personas que padecen la enfermedad de Alzheimer, sino que también pueden prevenir la enfermedad. Usando células madre adultas derivadas de la grasa humana [término científico: adMSCs, o células madre mesenquimales humanas provenientes de la adiposa], los investigadores lograron la regeneración en los cerebros de los modelos animales con la enfermedad Alzheimer. Por primera vez en la historia, los investigadores utilizaron las células madre para identificar el mecanismo clave para tratar la enfermedad de Alzheimer, y demostraron cómo lograr eficacia así como prevenir los síntomas del Alzheimer con las células madre adultas, un “santo grial” de los científicos biomédicos durante décadas.
La enfermedad de Alzheimer, la forma más común de la demencia (la pérdida de la función cerebral), es la sexta causa principal de la muerte, y afecta a 1 de cada 8 personas – más que el cáncer del seno. Hasta 2010, 35,6 millones de personas en el mundo tenían la enfermedad de Alzheimer, pero está previsto que esta cifra aumente el doble cada 20 años. Se calcula que el coste total del Alzheimer es de US $ 604 mil millones en todo el mundo, de los cuales un 70% corresponde a los Estados Unidos y Europa. Para hacernos una idea, el cuidado para las personas con Alzheimer cuesta más que los ingresos de Wal-Mart (US$414 mil millones) y Exxon Mobil (US$311 mil millones), según el Informe Mundial Británico sobre el Alzheimer de ADI. El costo del Alzheimer ocupa el primer puesto en la lista de los economistas de salud de desórdenes del envejecimiento que podrían hacer naufragar economías nacionales enteras, y que a menudo arruinan no solo las vidas de los pacientes sino de sus familiares también.
Según los resultados de este primer estudio importante, el Alzheimer pronto puede convertirse en una enfermedad prevenible, o aun cosa del pasado. De igual importancia, la administración humana segura de la clase de células madre adultas utilizadas en este experimento ha sido establecida en varios artículos y ensayos clínicos aprobados por el gobierno.
LA INVESTIGACION
El estudio fue co-liderado por Yoo-Hun Suh, profesor de la Universidad Nacional de Seúl, y el Dr. Jeong-Chan Ra, director del RNL Bio Stem Cell Technology Institute (SCTI).
Los investigadores y sus equipos inyectaron células madre en ratones genéticamente diseñados para exhibir los síntomas principales y fisiología de la enfermedad de Alzheimer. Lograron determinar que estas células madre humanas, provenientes del tejido adiposo, se comportan de manera muy especial cuando se inyectan en la vena de la cola de los ratones sujetos de la investigación. Las células migraron por la barrera hematoencefálica, considerada por muchos imposible de cruzar por las células madre adultas, y entraron en el cerebro. De hecho, las células con etiqueta fluorescente, fueron observadas para la distribución en los sujetos y el equipo encontró que las células infundidas migraron por los cuerpos incluyendo el cerebro, con excepción del órgano olfatorio, y, por consiguiente pudieron confirmar que las células infundidas por vía intravenosa pueden alcanzar el cerebro cruzando la barrera hematoencefálica.
Varias veces durante un periodo de tres a 10 meses, con intervalos de dos semanas, el equipo introdujo por vía intravenosa las células madre adiposas en los ratones modelos del Alzheimer. Los ratones que recibieron las células mostraron mejoras significativas en todos los sentidos: la capacidad de aprender, la capacidad de recordar, y las señales neuropatológicos. Por primera vez, y aun mas importante, los ratones modelos del Alzheimer mostraron la medición de IL-10, conocido por su protección antiinflamatoria y neurológica.
El equipo también encontró que las células madre restauraron la capacidad de aprender entre los sujetos modelos del Alzheimer, con una reducción significativa de las lesiones neuropaticas. Esto se verificó con el empleo de exámenes utilizados en la enfermedad de Alzheimer: las evaluaciones de comportamiento. Durante las evaluaciones, se encontró, de manera sorprendente, que el efecto terapéutico de las células madre en la enfermedad de Alzheimer era tremendo. Esto fue notado asimismo en el análisis patológico. La clave, sin embargo, fue la prevención: los científicos mostraron que las células madre, cuando se infunden en los ratones con Alzheimer, redujeron la beta amiloide y APP-CT, que se sabe que causa la destrucción de las células cerebrales, dando lugar a la demencia y la enfermedad de Alzheimer. En el laboratorio, se veía que las células madre aumentaron la neprelisina, que hidroliza las proteínas tóxicas. Ningún otro compuesto o tratamiento ha sugerido tan enfáticamente el potencial de prevenir, así como detener, esta epidemia de la demencia incurable que hace sufrir a los pacientes y sus familias
Detener la enfermedad de Alzheimer, y. mucho mas, prevenirla, es el enfoque de miles de investigadores en todo el mundo. Comentando su descubrimiento pionero, el Profesor Yoo-Hun Suh, quien lideró el estudio, dijo, “Es un descubrimiento revolucionario el hecho de que un método tan sencillo como la inyección intravenosa de las más seguras células madre adiposas autólogas, sin causar ningún rechazo inmune, ni problema ético, haya abierto una nueva puerta para conquistar la enfermedad de Alzheimer, una de las enfermedades más horrendas, caras e incurables de nuestros tiempos.” El líder del RNL Bio Stem Cell Research Institute, el Dr. Jeong-Chan Ra, también dijo, “Está más claro que nunca que es un imperativo ético que los gobiernos ofrezcan a los pacientes con enfermedades incurables el derecho de participar no solo en estudios como este sino también en terapias con potencial obvio, una vez que hayan sido ensayados en cuanto a seguridad el número de veces por lo menos que nuestra tecnología”. Ambos científicos hicieron hincapié en que el verdadero avance en su investigación compleja es la prevención del inicio de los síntomas.
En otra parte del estudio se verificó que las células madre, específicamente, injertadas en el cerebro provocaron la división celular y la diferenciación neuronal de las células progenitoras neurales endógenas alrededor del hipocampo y sus células circunvecinas y aumentaron en gran medida la estabilidad de las dendritas y las sinapsis. Las células madre también contribuyeron varios factores antiinflamatorios y de crecimiento neural, y en especial aumentaron la expresión de IL-10. Una vez más, esto suprimió la apotosis de las neuronas del cerebro, el efecto preventivo contra la enfermedad de Alzheimer.
El Dr. Ra de RNL Bio observó que, “RNL Bio ya ha finalizado los ensayos clínicos aprobados por el gobierno que confirman la eficacia de las células madre de RNL Bio en la gestión y tratamiento de otras enfermedades, incluyendo la osteoartritis, la isquemia de extremidades, y la atrofia hemifacial progresiva (enfermedad de Romberg)”.
Este estudio fue publicado en un número reciente de la renombrada revista médica norteamericana, PLOS ONE. Las imágenes, los planes para esfuerzos futuros, y el impacto en esta enfermedad aplastante se discutirán por científicos que examinan los detalles de este estudio revolucionario, en una conferencia de prensa el 27 de septiembre en Seúl

Un equipo de científicos ha logrado inhibir una proteína clave que hace que las reservas de células madres latentes se agoten
EFE / Madrid
Día 27/09/2012 – 02.04h reuters

Los resultados de la investigación proporcionan pistas sobre cómo los músculos pierden masa con el paso de los años. El estudio, en el que participaron investigadores del King’s College de Londres, la Universidad de Harvard y el Hospital General de Massachusetts, se centró en las células madre reparadoras que se encuentran en el interior de los músculos para averiguar por qué su capacidad se regeneración disminuye con la edad.

En cada músculo, llámese ligamento, o tendón, existe un depósito latente de células madre listo para activarse durante el ejercicio y reparar cualquier daño. Cuando es necesario, estas células se dividen en cientos de nuevas fibras musculares que reparan el músculo. Al final del proceso de reparación algunas de estas células también reponen la reserva de células madre latentes, a fin de que el músculo mantenga la capacidad de repararse a sí mismo una y otra vez.

Los investigadores llevaron a cabo un estudio en ratones de edad avanzada observando que el número de células madre latentes se reduce con la edad, lo que podría explicar la disminución de la capacidad del músculo para repararse y regenerarse a medida que envejece.

FGF2, la proteína clave
Al analizar los músculos de estos ratones el equipo encontró altos niveles de FGF2, una proteína que tiene la capacidad de estimular a las células a dividirse. Además, el FGF2 también podía despertar la reserva latente de células madre, incluso cuando no era necesario.

Esta activación continua agota las reservas de células madre latentes, así que cuando el músculo las necesita éstas son incapaces de responder adecuadamente. A raíz de este hallazgo, los investigadores trataron de inhibir FGF2 mediante la administración de un fármaco común que fue capaz de frenar esta diminución en los ratones. Albert Basson, coautor y profesor en el Kings College de Londres, señala que el estudio «ha revelado, por primera vez, un proceso que podría ser responsable de la pérdida de masa muscular debida al envejecimiento. Además, el hallazgo abre la posibilidad de que algún día podamos desarrollar tratamientos para hacer que los músculos viejos sean jóvenes de nuevo».

Otro autor del estudio, Andrew Brack, de la Universidad de Harvard, apunta que «de manera análoga a la importancia de la recuperación de los atletas que entrenan para un evento deportivo, ahora sabemos que es esencial que las células madre adultas descansen entre series de gasto muscular». El siguiente paso de los investigadores será analizar el envejecimiento muscular para comprobar si el mismo mecanismo en ratones podría ser responsable del agotamiento de las células madre en fibras musculares humanas.