La histoplasmosis es la micosis endémica más común que afecta a los humanos y es causada por el hongo dimórfico Histoplasma capsulatum. Este hongo habita en suelos contaminados con guano de murciélagos y excretas de aves. La exposición inicial a H. capsulatum es por vía respiratoria y una vez que las microconidas son inhaladas llegan a los alvéolos y se diseminan fácilmente en el interior de los macrófagos por el sistema reticuloendotelial.
La histoplasmosis se considera una enfermedad cosmopolita, se presenta con mayor frecuencia en ciertas áreas del continente americano. Las zonas de los ríos Ohio, Mississippi y Missouri en EE. UU. son las de mayor endemicidad. Aunque con menor frecuencia, también se han descrito aislamientos del hongo en África, Asia y Europa.
En Cuba, la enfermedad se presenta en forma de brotes en todas las regiones. Se considera una enfermedad ocupacional asociada a algunos grupos de riesgo y ocupa el cuarto lugar en orden de frecuencia entre las micosis oportunistas en las personas infectadas con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH). Los pacientes inmunocomprometidos desarrollan formas diseminadas de la enfermedad por infección reciente o reactivación de una infección previa; de no ser tratadas, estas formas tienen un mal pronóstico, generalmente fatal. El cuadro clínico de la histoplasmosis diseminada se asemeja al producido por infecciones de otros orígenes, lo que dificulta su diagnóstico presuntivo.
Fuente: Rev. Cub. Med. Tropical Vol 66 No1 (2014)
La histoplasmosis es la micosis endémica más común que afecta a los humanos y es causada por el hongo dimórfico Histoplasma capsulatum. Este hongo habita en suelos contaminados con guano de murciélagos y excretas de aves. La exposición inicial a H. capsulatum es por vía respiratoria y una vez que las microconidas son inhaladas llegan a los alvéolos y se diseminan fácilmente en el interior de los macrófagos por el sistema reticuloendotelial.
La histoplasmosis se considera una enfermedad cosmopolita, se presenta con mayor frecuencia en ciertas áreas del continente americano. Las zonas de los ríos Ohio, Mississippi y Missouri en EE. UU. son las de mayor endemicidad. Aunque con menor frecuencia, también se han descrito aislamientos del hongo en África, Asia y Europa.
En Cuba, la enfermedad se presenta en forma de brotes en todas las regiones. Se considera una enfermedad ocupacional asociada a algunos grupos de riesgo y ocupa el cuarto lugar en orden de frecuencia entre las micosis oportunistas en las personas infectadas con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH).5 Los pacientes inmunocomprometidos desarrollan formas diseminadas de la enfermedad por infección reciente o reactivación de una infección previa; de no ser tratadas, estas formas tienen un mal pronóstico, generalmente fatal. El cuadro clínico de la histoplasmosis diseminada se asemeja al producido por infecciones de otros orígenes, lo que dificulta su diagnóstico presuntivo.
La histoplasmosis es la micosis endémica más común que afecta a los humanos y es causada por el hongo dimórfico Histoplasma capsulatum. Este hongo habita en suelos contaminados con guano de murciélagos y excretas de aves. La exposición inicial a H. capsulatum es por vía respiratoria y una vez que las microconidas son inhaladas llegan a los alvéolos y se diseminan fácilmente en el interior de los macrófagos por el sistema reticuloendotelial.
La histoplasmosis se considera una enfermedad cosmopolita, se presenta con mayor frecuencia en ciertas áreas del continente americano. Las zonas de los ríos Ohio, Mississippi y Missouri en EE. UU. son las de mayor endemicidad.2 Aunque con menor frecuencia, también se han descrito aislamientos del hongo en África, Asia y Europa.
En Cuba, la enfermedad se presenta en forma de brotes en todas las regiones. Se considera una enfermedad ocupacional asociada a algunos grupos de riesgo y ocupa el cuarto lugar en orden de frecuencia entre las micosis oportunistas en las personas infectadas con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH).Los pacientes inmunocomprometidos desarrollan formas diseminadas de la enfermedad por infección reciente o reactivación de una infección previa; de no ser tratadas, estas formas tienen un mal pronóstico, generalmente fatal. El cuadro clínico de la histoplasmosis diseminada se asemeja al producido por infecciones de otros orígenes, lo que dificulta su diagnóstico presuntivo.
Fuente: Rev Cub Med Tropical Vol 66, No 1 (2014)
Cada 24 de marzo se celebra el Día Mundial contra la Tuberculosis, en jornada que tiene como objetivo formar conciencia en las personas de todo el mundo sobre la amenaza internacional que representa esta enfermedad contra la salud. Es un día para reconocer, también, la colaboración de todos los que luchan contra esta afección transmisible que se puede curar, controlar y, con esfuerzos y recursos suficientes, eliminar eventualmente.
En La Habana se celebró este viernes 21 de marzo la actividad por este día, bajo el lema Terminemos con la tuberculosis, diagnóstico y tratamiento para todos para generar un mayor nivel de conciencia respecto de la epidemia mundial de tuberculosis y de los esfuerzos para acabar con la enfermedad.
En la jornada participaron Marla Oiz, Representante del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, el Dr. Antonio Marrero, jefe del Programa de tuberculosis del MINSAP, la Dra. Rosaida Ochoa, directora de la Unidad Nacional de Promoción de Salud y Prevención de Enfermedades, la Dra. Yanira Llerena, jefa del Programa de tuberculosis en La Habana, entre otros.
En 1982, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Unión Internacional Contra la Tuberculosis y las Enfermedades Respiratorias patrocinaron el primer Día Mundial contra la tuberculosis, con el fin de educar al público sobre las devastadoras consecuencias económicas y de salud causadas por la enfermedad, su efecto en los países en desarrollo y su impacto continuo y trágico en la salud global.
No obstante, en nuestro país desde 1962 existía el Programa Nacional de Control de la tuberculosis, y según datos ofrecidos por la Dra. Yanira Llerena, desde 1971 hasta 1991 se mostró una tendencia descendente como expresión del resultado de la lucha contra esta enfermedad.
Entre 1992 y 1994, según afirmó, la incidencia incrementa y para contrarrestar esta situación epidemiológica en 1993 se realiza una revisión del Programa, lo cual permitió un mayor control. La Dra. Llerena agregó que las cifras del 2013 indican que el país cerró con 6,9 enfermos por cada 100 mil habitantes, por lo cual reafirmó que existen las condiciones para cumplir con el programa de la OMS y la OPS y erradicar o disminuir la incidencia de la enfermedad.
Resalta Cuba avances en su lucha contra la tuberculosis
Fuente: Unidad Nacional de Promoción de Salud y Prevención de Enfermedades.
La histoplasmosis es la micosis endémica más común que afecta a los humanos y es causada por el hongo dimórfico Histoplasma capsulatum. Este hongo habita en suelos contaminados con guano de murciélagos y excretas de aves. La exposición inicial a H. capsulatum es por vía respiratoria y una vez que las microconidas son inhaladas llegan a los alvéolos y se diseminan fácilmente en el interior de los macrófagos por el sistema reticuloendotelial.
La histoplasmosis se considera una enfermedad cosmopolita, se presenta con mayor frecuencia en ciertas áreas del continente americano. Las zonas de los ríos Ohio, Mississippi y Missouri en EE. UU. son las de mayor endemicidad. Aunque con menor frecuencia, también se han descrito aislamientos del hongo en África, Asia y Europa.
En Cuba, la enfermedad se presenta en forma de brotes en todas las regiones. Se considera una enfermedad ocupacional asociada a algunos grupos de riesgo y ocupa el cuarto lugar en orden de frecuencia entre las micosis oportunistas en las personas infectadas con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH). Los pacientes inmunocomprometidos desarrollan formas diseminadas de la enfermedad por infección reciente o reactivación de una infección previa; de no ser tratadas, estas formas tienen un mal pronóstico, generalmente fatal. El cuadro clínico de la histoplasmosis diseminada se asemeja al producido por infecciones de otros orígenes, lo que dificulta su diagnóstico presuntivo.
Fuente: Rev Cub Med Tropical Vol 66, No 1 (2014)
Se presenta el caso clínico de un paciente de 19 años de edad, quien había sido ingresado en la provincia de Cienfuegos bajo el diagnóstico de derrame pleural paraneumónico. Se le administraron antibióticos de amplio espectro que le produjeron una ligera mejoría clínica, de modo que fue egresado. Debido a la persistencia de los síntomas respiratorios y el derrame pleural – observado a través del estudio radiográfico — fue admitido en el Servicio de Neumología del Hospital General Docente Dr. Juan Bruno Zayas Alfonso de Santiago de Cuba, y allí se determinó que el afectado presentaba coinfección de tuberculosis pleural con el virus de inmunodeficiencia humana/sida, para lo cual se le indicó la categoría 1 del tratamiento establecido a los efectos.
La tuberculosis pleural es la complicación más frecuente de la tuberculosis del adulto, especialmente en niños mayores, adolescentes y adultos jóvenes, aunque puede ocurrir en cualquier edad. Como complicación de una primoinfección suele presentarse en personas de cualquier grupo etario y puede ser contralateral al complejo primario. En ocasiones es la única manifestación de una tuberculosis o la expresión de una diseminación hematógena, en cuyo caso puede ser bilateral.
Examen físico
- Mucosas: normocoloreadas y húmedas.
- Tejido celular subcutáneo: no infiltrado.
- Aparato respiratorio: expansibilidad torácica disminuida en el hemitórax derecho. No se percibió tiraje. Murmullo vesicular abolido en el tercio inferior del campo pulmonar derecho y crepitantes por encima de este. Frecuencia respiratoria de 22 respiraciones por minuto.
- Auscultación cardíaca: ruidos cardíacos rítmicos y no se percibían soplos. Frecuencia cardíaca de 89 latidos por minuto.
- Abdomen: blando depresible y no doloroso a la palpación. Sin tumoración palpable, ni visceromegalias. Presentaba ruidos hidroaéreos, que eran normales.
- Sistema nervioso central: sin alteraciones.
- Peso: 64 kg.
- Talla: 170 cm..
Exámenes complementarios
Hemoglobina: 108 g/L
Hematócrito: 0,33 L/L
Eritrosedimentación: 27 mm/L
Leucocitos: 8,6 x 109/L Polimorfonucleares: 0,60 Linfocitos: 0,40
Bilirrubina total: 9,6 U/L Directa: 1,0 U/L Indirecta: 8,6 U/L
Transaminasa glutámicopirúvica: 17 U/L
Transaminasa glutámicooxalacética: 87 U/L
Fosfatasa alcalina: 300 U/L
Creatinina: 11 U/L
Proteínas totales: 81 g/ L
Albúmina: 32 g/L
Globulina: 49 g/L
Fósforo: 1,0 mm/L
Glucemia: 4,3 mmol/L
Inmunoglobulina G: 28,7 mg/dL
Inmunoglobulina M: 2,11 mg/dL
Inmunoglobulina A: 2,20 mg/dL
Proteína C reactiva: 3
Conteo de eosinófilos: 0,5 x 109/L
Conteo de neutrófilos: 7,1 x 109/L
Factor reumatoideo: negativo.
Antígeno de superficie: negativo.
Electroforesis de proteínas: aumento notable de la zona alfa, con aspecto policlonal.
Prueba de la tuberculina: 16 mm.
Inmunocomplejo circulante: 0,199.
Serología: no reactiva.
Carga viral: 6 990 000.
Virus de la inmunodeficiencia humana: positivo.
Líquido pleural: no se observaron bacilos ácidoalcohol resistentes (BAAR) ni se obtuvo crecimiento bacteriano.
Examen citoquímico de orina: ligeramente turbio y de color amarillo.
Prueba de Rivalta: positiva.
Conteo de células: 42 x 106/L (predominio de linfocitos).
Glucosa: 5,5 mmol/L
Proteínas: 64,5 g/L
Estudio radiográfico
- Rayos X de tórax (vista anteroposterior): radiopacidad homogénea en la base izquierda, con aspecto de derrame pleural de moderada cuantía. Cisuritis interlobar derecha. Acentuación de la trama hilio-basal derecha.
- Ecografía de bases pulmonares: derrame pleural de moderada cuantía (700 cc de líquido) en la base pulmonar izquierda.
- Ecografía abdominal: hígado, vesícula, vías biliares y páncreas de aspectos normales. Ambos riñones con buena relación seno-parénquima, sin dilatación ni imagen sugestiva de litiasis. Próstata con medida de 26 x 25 x 22 mm. Aumento del patrón gaseoso en el epigastrio, por lo que no se definieron adenomegalias.
- Rayos X luego de realizar toracocentesis: imagen de sol naciente en la base derecha, con lesiones inflamatorias asociadas.
- Tomografía axial computarizada (TAC) de tórax: no alteraciones mediastinales. Elevación del hemidiafragma derecho: derrame pleural derecho de pequeña cuantía. En la base pulmonar derecha se observaron imágenes hiperdensas lineales, como secuela de un proceso inflamatorio antiguo.
- Las muestras de esputo para la búsqueda de BAAR I y II (directo y con cultivo) resultaron negativas.
Coinfección de tuberculosis pleural con el virus de inmunodeficiencia humana y sida. Dr. Joaquín López González,MsC. Haidee Marrero Rodríguez, MsC. Ilena Silva Reyes, Dra. Marelis Veranes García y Dra. Liané Benítez Rodríguez. MEDISAN 2013; 17(11):8111