La histoplasmosis es la micosis endémica más común que afecta a los humanos y es causada por el hongo dimórfico Histoplasma capsulatum. Este hongo habita en suelos contaminados con guano de murciélagos y excretas de aves. La exposición inicial a H. capsulatum es por vía respiratoria y una vez que las microconidas son inhaladas llegan a los alvéolos y se diseminan fácilmente en el interior de los macrófagos por el sistema reticuloendotelial.
La histoplasmosis se considera una enfermedad cosmopolita, se presenta con mayor frecuencia en ciertas áreas del continente americano. Las zonas de los ríos Ohio, Mississippi y Missouri en EE. UU. son las de mayor endemicidad. Aunque con menor frecuencia, también se han descrito aislamientos del hongo en África, Asia y Europa.
En Cuba, la enfermedad se presenta en forma de brotes en todas las regiones. Se considera una enfermedad ocupacional asociada a algunos grupos de riesgo y ocupa el cuarto lugar en orden de frecuencia entre las micosis oportunistas en las personas infectadas con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH).5 Los pacientes inmunocomprometidos desarrollan formas diseminadas de la enfermedad por infección reciente o reactivación de una infección previa; de no ser tratadas, estas formas tienen un mal pronóstico, generalmente fatal. El cuadro clínico de la histoplasmosis diseminada se asemeja al producido por infecciones de otros orígenes, lo que dificulta su diagnóstico presuntivo.
El objetivo de esta investigación fue la realización de un estudio farmacoeconómico del tratamiento antirretroviral (ARV) con los medicamentos nacionales para el virus de la inmunodeficiencia humana/síndrome de inmunodeficiencia adquirida (VIH/sida) en Cuba, para determinar la eficiencia y valorar los impactos económico y social en términos de salud de esta terapia durante 2001-2006.
Se determinó la efectividad del tratamiento, medida por la mejoría clínica, inmunológica y virológica de los pacientes. Se estimaron los costos directos relevantes y se utilizó el análisis de minimización de costos para seleccionar la alternativa más eficiente con los esquemas ARV de los medicamentos nacionales durante su introducción y se estimaron los costos evitados del tratamiento en comparación con los medicamentos innovadores extranjeros.
Fuente: Portal de Infomed
Es bien reconocida la importancia del control de las infecciones de transmisión sexual (ITS) para reducir la frecuencia de la transmisión del VIH (1-4). Paradójicamente, el interés por las ITS no ha crecido en la proporción que supondría el reconocimiento de esa relación. Más aún, las respuestas institucionales ante las ITS han menguado frente a la gravedad de la epidemia de infección por VIH y sida, la cual está poniendo a prueba la capacidad de coordinación de los gobiernos, de los programas de salud y de las diversas organizaciones e instituciones nacionales e internacionales en todos los niveles.
Por otro lado, el énfasis excesivo en la expansión del tratamiento antirretroviral (ARV) podría estar quebrantando los esfuerzos por promover medidas preventivas para evitar la transmisión del VIH, que curiosamente coinciden con las medidas preventivas para evitar la transmisión de las ITS en general.
Según un estudio realizado en los Estados Unidos de América, la probabilidad de adquirir una ITS es mayor en las personas tratadas con antirretrovirales que en quienes no reciben este tratamiento (5). Cabe resaltar también que las lesiones dermatológicas que produce la sífilis facilitan la transmisión del VIH (3, 4). En países como Inglaterra, Francia, Estados Unidos y Alemania, la frecuencia de sífilis está aumentando principalmente en hombres que tienen relaciones sexuales con hombres (HSH). Son características comunes a todas estas infecciones las prácticas sexuales sin protección —incluido el sexo oral—, el vínculo a redes sociales o sexuales de alto riesgo, el uso de drogas durante el coito y la coinfección por VIH (6–10). Cabe considerar esta situación como un preludio de lo que puede suceder en América Latina y el Caribe.
Aunque existen varios factores, principalmente políticos y económicos, que explican por qué se produce esta disociación entre las ITS y la infección por VIH, ella casi sin duda tiene un impacto sumamente adverso en la población en general. Así, los HSH no reconocen la necesidad de acudir periódicamente a realizarse pruebas para la detección (tamizaje) de ITS (4), ni el hecho de que el riesgo de contraer una ITS persiste a pesar de estar en tratamiento con ARV. Tampoco parece del dominio común el hecho de que la sífilis puede transmitirse en la práctica del sexo oral.
La sífilis sigue teniendo un impacto negativo en la Región. La aparición de casos de sífilis congénita pone de manifiesto deficiencias de orden tanto estructural como técnico en los servicios de salud. El objetivo del presente escrito es exponer ante los profesionales de salud de la Región el problema de la sífilis materna y congénita; analizar los factores que contribuyen a la persistencia de la enfermedad; y sensibilizarlos para que emprendan acciones encaminadas a eliminar la sífilis congénita en América Latina y el Caribe.
Fuente: SCielo
La manera de expresar la sexualidad, es un referente que cobra matices diferentes respecto a la etapa de la vida por la que se transita. En la adolescencia -específicamente- varones y mujeres inician nuevas conductas sexuales, donde una que adquiere especial interés para la salud pública, la constituye la incorporación a la práctica de las relaciones sexuales coitales (RSC); toda vez que por lo general- estas se inician sin la debida preparación para negociar el uso de protección en las mismas, por lo que tienen una elevada vulnerabilidad ante la posibilidad de contraer una infección de transmisión sexual (ITS).
Las ITS se constituyen en uno de los eventos negativos que más altas tasas de prevalencia e incidencia muestran en las personas menores de 24 años. En los adolescentes sexualmente activos dichas infecciones son tres veces más frecuentes, que en las personas adultas.
En Cuba, a pesar de los esfuerzos dedicados a promocionar el uso del condón y estimular comportamientos sexualmente responsables para la prevención de las ITS y el VIH/sida, los resultados de algunas investigaciones muestran bajas frecuencias de adolescentes que conocen satisfactoriamente cómo prevenir estas infecciones. Solo se encontró un artículo, en el que se explora el conocimiento de adolescentes sobre los signos y síntomas que denotan la presencia de una ITS -en varones y en mujeres- y menos aún, estudios donde participan atletas adolescentes, que se instruyen en escuelas de deportes.
Fuente: Rev Cubana Salud Pública vol.39 supl.1 Ciudad de La Habana 2013