células embrionarias

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 MADRID, 9 Jun. (EUROPA PRESS) –

   La aplicación clínica en tratamientos para humanos de las células madre embrionarias “no tiene futuro” porque su crecimiento es “muy difícil” de controlar y presentan todavía “muchos problemas” de compatibilidad con los pacientes, afirma el catedrático de Microbiología de la Universidad Complutense de Madrid y ex presidente del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), César Nombela.

   En declaraciones a Europa Press, el profesor Nombela señala que de los más de 3.000 estudios registrados en el mundo con células madre, “ni uno sólo se está realizando con células embrionarias; todos son con células madre adultas”. “Con embrionarias sólo hay alguna iniciativa para recoger líneas celulares de las ya existentes”, apunta este experto.

   “La información que se ha obtenido de ellas es fascinante, pero hay un problema ético de fondo, ya que la investigación debe respetar la vida humana desde el inicio embrionario”, subraya Nombela, que interviene este miércoles en un debate organizado por el CSIC sobre las distintas posibilidades que ofrecen las células madre.

   “En cambio –comenta este especialista– la investigación con células madre del adulto avanza a un ritmo vertiginoso y ya hay numerosas experiencias con células madre hematopoyéticas obtenidas de la medula ósea o del cordón umbilical e, incluso, con células madre obtenidas de la grasa”.

   Estos procedimientos “son mucho menos traumáticos”, indica, y a pesar de que su aplicación en tratamientos es todavía “limitada”, ya se han obtenido “resultados positivos en la restauración del sistema hematopoyético, en tumores, inmunodeficiencias, procesos inflamatorios intestinales y, además, se empiezan a plantear algunos tratamientos para el sistema nervioso central”.

   “Eso sí –insiste Nombela– siempre con células madre adultas, ya que es la vía más inmediata y segura de aplicar y la que debe constituir una gran prioridad para los investigadores de todo el mundo”.

   Por otra parte, asegura, la “gran novedad” que ha surgido en este campo en los últimos años es el tratamiento con células iPS. “Suponen una tecnología que permite, por modificación genética, revertir células diferenciadas del adulto a estados pluripotenciales, es decir, estados en las que las células se comporten de un modo parecido a las células de origen embrionario o a las células adultas con más troncalidad”, explica el ex presidente del CSIC.

   “Esta tecnología está avanzando a un gran ritmo –asevera– y se está perfeccionando con una velocidad enorme; no obstante, todavía es necesario ser prudente, ya que estas células aún no se ha probado en fase clínica y todavía requieren de unos años para su potencial aplicación en tratamientos humanos”.

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