Intervención artroscópica para regenerar el cartílago articular.
Enrique Mezquita. Valencia
La Unidad de Rodilla del Hospital General Universitario de Alicante, integrada en el Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología, maneja desde finales de 2010 células madre mesenquimales (CMM) en el ámbito de la ingeniería de tejidos. En el Congreso Nacional de la Sociedad Española de Cirugía Ortopédica y Traumatología del año pasado presentó sus experiencias en este campo y demostró, gracias al contaje del Servicio de Hematología del centro alicantino, la cantidad y calidad de las células extraídas del interior del fémur y la técnica de realizarlo por artroscopia. Esta iniciativa contrastaba con lo realizado hasta la fecha, centrado en la extracción de las CMM de las crestas ilíacas, que suponía una limitación en cantidad y calidad de las mismas para su utilización en traumatología.
Potencialmente, podrían ser empleadas en cualquier problema traumatológico que requiera la regeneración de los tejidos dañados
En este escenario, y tras un centenar de pacientes tratados con resultados clínicos muy satisfactorios, la unidad ha dado un paso más al objetivar la regeneración de cartílago articular de la rodilla de una persona joven tras realizarle la técnica, no existiendo ninguna publicación en la actualidad que documente este hecho.
En concreto, una artroscopia realizada al paciente tras once meses de su implantación ha permitido al Servicio de Anatomía Patológica confirmar por primera vez que el cartílago regenerado es hialino -el ideal para la vida de la rodilla-, lo que avala la validez de la obtención de cartílago normal a través de CMM extraídas del fémur.
Con las CMM se obtiene cartílago hialino, lo que puede recuperar pacientes con lesiones condrales jóvenes y mayores con incapacidad
Comprobación objetiva
Según han explicado a DM Simón Campos, Luis Martín y Luis Gutiérrez, responsable y miembros de la Unidad de Rodilla del General de Alicante, respectivamente, “este hecho supone la comprobación objetiva de que a través del uso de las CMM se puede obtener cartílago hialino y es una esperanza de recuperación para los pacientes con lesiones condrales jóvenes y de mediana edad y mayores con incapacidad”.
Se han desarrollado numerosas técnicas de reparación del cartílago lesionado, incluyendo abrasión, desbridamiento, microfracturas, cultivos de condrocitos, etc. y, aunque han demostrado ser beneficiosas, no han solucionado el problema de generación de cartílago hialino. En este contexto, la ingeniería tisular del cartílago proporciona una opción prometedora para la reparación del tejido gravemente dañado.
La ventaja de la creación de cartílago por parte de la Unidad de Rodilla se basa en la sencillez de la técnica: durante el curso de una artroscopia se procede a aspirar del interior del fémur las células madre. Posteriormente, sin necesidad de salir del quirófano, se realiza la ultraconcentración de las células y su posterior implantación en el defecto cartilaginoso del paciente.
Rápida preparación
Se trata de un método que no requiere más de 20 minutos de preparación y ningún coste añadido, ya que se extrae aprovechando una intervención quirúrgica artroscópica sobre cartílago, lesiones meniscales, etc. Respecto a los candidatos a la terapia, los especialistas han destacado que “son los pacientes con lesiones condrales focales extensas, patología artrósica que no es grave, lesiones meniscales, plastias del ligamento cruzado anterior, etc.”. En esta línea, han recalcado que “no existe una contraindicación específica para esta técnica, salvo los posibles problemas generales del paciente”.
El cartílago articular es un tejido avascular de bajo recambio y, por tanto, tiene una capacidad limitada de autorreparación cuando se daña por causas traumáticas o degenerativas. En consecuencia, la necesidad de nuevo tejido cartilaginoso para reparar el dañado es una cuestión capital.
La disponibilidad de grandes cantidades y su potencial de diferenciación condrogénica han convertido a las CMM en la principal esperanza terapéutica para la artrosis. Se utilizan como terapia celular directa para inducir la regeneración tisular y un efecto antiinflamatorio que contrarreste la historia natural de la artrosis. Según los especialistas, “podrían ser empleadas potencialmente en cualquier problema traumatológico para regenerar los tejidos dañados”.