enero 2012 Archives

En una técnica similar a la de los factores de crecimiento, un grupo de investigadores estadounidense ha desarrollado un sello microvascular que permite mejorar el crecimiento y el flujo vascular mediante el aprovechamiento de células vivas.

Un grupo de investigadores de la Universidad de Illinois, en Urbana-Champaign (Estados Unidos), ha desarrollado lo que ha denominado como sello microvascular, una venda que promueve la angiogénesis al mismo tiempo que redirige los vasos sanguíneos en la dirección exacta en la que deben ir.

La venda está impregnada de células vivas, en función de un patrón definido, libera factores de crecimiento alrededor de la herida y ocasiona el crecimiento de los vasos sanguíneos en el sitio afectado.

El sistema, de casi un centímetro de diámetro, está construido con capas de un hidrogel denominado glicol de polietileno -un polímero aprobado por la Administración de Alimentos y Fáracos (FDA) estadounidense y utilizado en laxantes y productos farmacéuticos- y alginato de metacrilato -material comestible similar a la gelatina-. La venda permite la fuga de pequeñas moléculas y corrige el flujo de las más grandes, como ocurre con los factores de crecimiento.

En este contexto, los investigadores han observado muchas aplicaciones potenciales para el sello, como dirigir el crecimiento de vasos sanguíneos alrededor de una arteria bloqueada, aumentar la vascularización de los tejidos con circulación deficiente y normalizar los vasos sanguíneos que alimentan el tumor para mejorar la entrega de medicamentos anticancerosos.

Funciones y objetivo
De acuerdo con los investigadores, mejorar el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos en un patrón coordinado después de una cirugía también ayudaría a reducir el tiempo de recuperación y la cantidad de tejido cicatricial. Según Hyunjoon Kong, profesor de Química e Ingeniería Biomolecular, “cualquier tipo de tejido que se desea reconstruir, incluyendo huesos, músculos o piel, es altamente vascularizado”.

Pese a que otros laboratorios han intentado realizar trabajos parecidos incrustando factores de crecimiento en materiales aplicados a heridas con el objetivo de dirigir el crecimiento de vasos sanguíneos, se trata del primer sello que incorpora células vivas, gracias a lo cual se “facilita que las células liberen factores de crecimiento de manera más sostenida y selectiva que otros métodos”, ha dicho Kong.
enero 1/2012 (Diario Médico)

En una técnica similar a la de los factores de crecimiento, un grupo de investigadores estadounidense ha desarrollado un sello microvascular que permite mejorar el crecimiento y el flujo vascular mediante el aprovechamiento de células vivas.

Un grupo de investigadores de la Universidad de Illinois, en Urbana-Champaign (Estados Unidos), ha desarrollado lo que ha denominado como sello microvascular, una venda que promueve la angiogénesis al mismo tiempo que redirige los vasos sanguíneos en la dirección exacta en la que deben ir.

La venda está impregnada de células vivas, en función de un patrón definido, libera factores de crecimiento alrededor de la herida y ocasiona el crecimiento de los vasos sanguíneos en el sitio afectado.

El sistema, de casi un centímetro de diámetro, está construido con capas de un hidrogel denominado glicol de polietileno -un polímero aprobado por la Administración de Alimentos y Fáracos (FDA) estadounidense y utilizado en laxantes y productos farmacéuticos- y alginato de metacrilato -material comestible similar a la gelatina-. La venda permite la fuga de pequeñas moléculas y corrige el flujo de las más grandes, como ocurre con los factores de crecimiento.

En este contexto, los investigadores han observado muchas aplicaciones potenciales para el sello, como dirigir el crecimiento de vasos sanguíneos alrededor de una arteria bloqueada, aumentar la vascularización de los tejidos con circulación deficiente y normalizar los vasos sanguíneos que alimentan el tumor para mejorar la entrega de medicamentos anticancerosos.

Funciones y objetivo
De acuerdo con los investigadores, mejorar el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos en un patrón coordinado después de una cirugía también ayudaría a reducir el tiempo de recuperación y la cantidad de tejido cicatricial. Según Hyunjoon Kong, profesor de Química e Ingeniería Biomolecular, “cualquier tipo de tejido que se desea reconstruir, incluyendo huesos, músculos o piel, es altamente vascularizado”.

Pese a que otros laboratorios han intentado realizar trabajos parecidos incrustando factores de crecimiento en materiales aplicados a heridas con el objetivo de dirigir el crecimiento de vasos sanguíneos, se trata del primer sello que incorpora células vivas, gracias a lo cual se “facilita que las células liberen factores de crecimiento de manera más sostenida y selectiva que otros métodos”, ha dicho Kong

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JANO.es · 04 Enero 2012 10:14

Nature Communications (2012); doi:10.1038/ncomms1611
Los autores de la investigación restauran la población de esta clase de células tras observar que, en los músculos de los roedores con progeria, se hallaban en menor cantidad.

Un grupo de ratones criados para envejecer de forma temprana por científicos de la Universidad de Pittsburgh, mejoraron su estado de salud y vivieron de dos a tres veces más de lo previsto tras recibir una inyección de células madre de músculos de ratones jóvenes y sanos. El hallazgo ha sido publicado en Nature Communications.
Investigaciones previas habían constatado que en una variedad de tejidos de edad avanzada se producía una disfunción de las células madre, pero no estaba claro si esta disfunción contribuía al envejecimiento o era resultado del mismo, según explican los doctores Johnny Huard y Laura Niedernhofer. Huard es profesor en el Departamento de Cirugía Ortopédica y de Microbiología y Genética Molecular en la Facultad de Medicina de Pittsburgh, y director del Centro de Investigación de Células Madre en el Hospital de Pittsburgh, mientras que Niedernhofer es profesora en el Departamento de Microbiología y Genética Molecular en la Universidad de Pittsburgh y en el Instituto del Cáncer de la misma universidad.
“Nuestros experimentos muestran que los ratones con progeria -envejecimiento prematuro- viven más tiempo después de una inyección de células madre de animales jóvenes y sanos”, afirma Niedernhofer, quien añade que “la disfunción de las células madre es una de las causas probables de los cambios que se producen con el envejecimiento.”
El equipo de investigadores examinó una población de células madre de los músculos de los ratones con progeria, y observó que, en comparación con los de los roedores normales, estas células eran menores en número y presentaban un deterioro de la capacidad para regenerar el músculo dañado.

“Queríamos comprobar si podíamos ‘rescatar’ a estos animales, por lo que inyectamos células madre de ratones jóvenes y saludables en el abdomen de ratones de 17 días de edad con progeria”, explica Huard, quien añade: “Por lo general, los ratones con progeria mueren alrededor de los 21 días de edad, pero los animales tratados vivieron mucho más tiempo – algunos, incluso más allá de los 66 días”.

Un examen más detallado mostró un crecimiento de nuevos vasos sanguíneos en el cerebro y los músculos, a pesar de que las células madre no habían emigrado a otros tejidos después de ser inyectadas en el abdomen. “Creemos que las células sanas crean un ‘ambiente’ que ayuda a corregir la disfunción en tejidos dañados y afectados por la vejez”, conjetura Niedernhofer.

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BMC Medicine 2011, 9:136 doi:10.1186/1741-7015-9-136
Published: 22 December 2011
Yves Henrotin
Bone repair failure is a major complication of open fracture leading to nonuninon of broken bone extremities and movement at the fracture site. This results in an important disability for patients. The role played by the periosteum and bone marrow progenitors in bone repair is now well documented. In contrast, limited information is available on the role played by myogenic progenitor cells in bone repair. In a recent article published in BMC Musculoskeletal Disorders, Liu et al. have compared the presence of myogenic progenitor (-myo D lineage cells) in closed and open fracture. They showed that myogenic progenitors are present in open, but not closed fractures, suggesting that muscle satellite cells may colonize the fracture site in the absence of intact periosteum. Interestingly, these progenitors expressed sequentially a chondrogenic and, thereafter, an osteoblastic phenotype suggestive of a functional role in the repair process. This finding opens new perspectives for the research of orthopaedic surgical methods which could maximize myogenic progenitors access and mobilization to augment bone repair. Please see related article: http://www.biomedcentral.com/1471-2474/12/288

Por David Douglas

NUEVA YORK (Reuters Health) – En un estudio retrospectivo realizado en Alemania, la infusión de células madre de la médula ósea después de la embolización de la vena porta (EVP) selectiva estuvo asociada con mejores resultados de una hepatectomía derecha extendida.

“Nuestro objetivo primario es mejorar el volumen del hígado antes de extirparlo por una enfermedad maligna”, dijo el autor principal, doctor Wolfram Trudo Knoefel, de la Universidad de Dusseldorf.

Con su equipo, había demostrado que la infusión de células madre de la médula espinal CD133 positivas en la vena porta eleva la proliferación hepática, comparado con la EVP solamente.

Ahora, para determinar los efectos en los resultados, el equipo revisó información de 40 pacientes de su hospital. La mayoría tenía tumores hepáticos.

A 11 pacientes los preacondicionaron con EVP y células madre de medula ósea CD133 positivas; 11 recibieron un tratamiento previo con EVP solamente, y en los 18 restantes no se aplicó tratamiento prequirúrgico alguno (grupo de control).

No se registraron complicaciones asociadas con los procedimientos, según publica Annals of Surgery.

A los 14 días de la EVP, los pacientes tratados con las células madre tenían un mayor crecimiento promedio de los segmentos hepáticos II/III que el grupo tratado con EVP solamente (139 versus 63 mL).

Al séptimo día del posoperatorio, no se registraron diferencias generales entre los tres grupos, ni tampoco las características oncológicas o los parámetros funcionales.

Las principales complicaciones posquirúrgicas relacionadas con la resección fueron altas (el 46 por ciento). En la mortalidad a 30 días no hubo diferencias significativas entre los grupos.

El seguimiento duró unos 28 meses. La supervivencia promedio fue de 27 meses con la terapia combinada; de 20 meses con la EVP solamente, y de seis meses en el grupo de control.

En un análisis de variables múltiples, la ausencia de complicaciones graves, el nivel de coagulación al séptimo día de la cirugía y la expansión prequirúrgica del volumen futuro del tejido hepático remanente estuvieron positivamente asociados con la supervivencia general.

Una comparación post-hoc reveló que los pacientes que recibieron las células madre sobrevivieron significativamente más que el grupo de control, no así los pacientes pretratados con EVP solamente.

Aun así, antes de adoptar este enfoque, “hay que evaluar ciertas cuestiones de seguridad en una mayor cantidad de pacientes”, escribe el equipo.

“El enfoque exige mucha logística. Por lo tanto, hasta ahora se utiliza sólo en nuestro centro”, agregó Knoefel.

El equipo está entrenando personal de otros centros, pero “para que su aplicación sea de rutina, se necesitarán unos cinco años”, indicaron.

Loa autores aclaran que ni la EVP ni la infusión de células madre “estaría asociada con el crecimiento o la metástasis del tumor localizado” y concluye que “sería una herramienta adicional segura y promisoria que ofrece la posibilidad de realizar una resección oncológica con un resultado aceptable”.

FUENTE: Annals of Surgery, enero del 2012
Reuters Health

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Publicado: 07 ene 2012 | 13:09 MSK
Última actualización: 07 ene 2012 | 13:18 MSK

Científicos estadounidenses aseguran haber creado monos ‘quiméricos’ en el laboratorio tras unificar células madre de varias parejas en uno, dando así origen a animales cuyos tejidos están formados por células de varios embriones. Se llaman Roku y Hex, y ya se aseguraron una página en la historia al igual que la perra Laika, primer animal en el espacio, y Dolly, la famosa oveja clonada.

La creación de quimeras (nombre que viene del animal mitológico que tenía cabeza de león, vientre de cabra y cola de dragón) ya se había conseguido en roedores y otros mamíferos, pero nunca en primates.

La información detallada sobre cómo fueron concebidos los monos quiméricos se encuentra en un artículo publicado en la revista de ciencias Cell por un grupo de investigadores encabezado por Shoukhrat Mitalipov, que trabaja para la Universidad de Ciencia y Salud de Oregon (Estados Unidos).

“Las células no se han fusionado, pero permanecen juntas y trabajan para crear órganos”, describe Mitalipov, quien agregó que “las posibilidades para la ciencia son enormes”.

Lo que más sobresale en este trabajo es haber logrado aplicar esta técnica en primates. El genoma de esta especie en particular fue descifrado en 2007 y se determinó que el 93% de su ADN es igual al del ser humano. Es por ello que esta noticia sobre el nacimiento de Roku y Hex ya se ha convertido en fuente de preguntas sobre las implicaciones que este nuevo método podría tener para los humanos.

En esencia, lo que lograron los científicos fue unir células embrionarias de 3 parejas distintas de monos de la raza rhesus, e implantarlas en madres para crear estos mellizos que, hasta ahora, se encuentran en perfecto estado de salud.

Se han encontrado en los animales células derivadas de los tres embriones originarios en todos los órganos, cosa que no se había logrado en trabajos anteriores donde se tomaban células en estado más avanzado, las cuales no se desarrollaban conjuntamente.

Este logro tiene una utilidad relativa ya que lo que tendría sentido sería crear un ser con las mejores características de sus múltiples progenitores, no una mezcla descontrolada de todas ellas.

Los investigadores sugieren que en un futuro, no muy próximo, se podría llegar a curar enfermedades genéticas e incluso sería factible emplearlo para ayudar a parejas infértiles usando sus genes para dar vida a su descendencia.

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Un estudio de la Facultad de Medicina de la Universidad de Pittsburg, Estados Unidos, probó que una sola inyección con estas células fue capaz de rejuvenecer a ratones envejecidos.

El hallazgo demuestra que la disfunción de las células madre es una de las causas de los fenómenos que se observan en el envejecimiento.

El trabajo consistió en obtener células madre de ratones jóvenes y para luego inyectarlas en ratones modificados genéticamente para que envejecieran en forma prematura, lo que implicaba que vivirían cerca de 21 días.

Los científicos inyectaron a estos animales con la solución de células madre “jóvenes”, en el día 17. Al respecto, los resultados fueron prometedores: vivieron más de 66 días, es decir, triplicaron su sobrevida. Además, los animales mejoraron su estado de salud general y mostraron músculos más sanos, grandes y firmes.

La investigación fue ideada para buscar una terapia para tratar la progeria, una enfermedad que causa envejecimiento prematuro, la cual no tiene tratamiento ni cura y afecta a 1 de cada 8 millones de recién nacidos. Pero los científicos se dieron cuenta de que la terapia también podía ser utilizada para detener el envejecimiento natural.

Johnny Huard, de la Universidad de Pittsburg y uno de las autores del estudio, explicó que cuando inyectaron las células madre en la zona abdominal de los ratones con progeria se retrasó significativamente la aparición de los síntomas asociados con la edad, como neurodegeneración, desgaste muscular y osteoporosis.

“Incluso se extendió la vida de los ratones con progeria hasta en tres veces”, dijo Huard.

Además, cuando se inyectó la solución directamente en los músculos de los ratones viejos, se observó que la distrofia muscular que tenían mejoró y que se regeneró el tejido dañado.

Huard explicó que aunque no tienen claro el mecanismo a través del cual las células madre sanas actúan en el organismo para prolongar la vida, lo más probable es que estas sean capaces de generar ciertas moléculas que hacen que otras células del organismo se sigan multiplicando, lo que invierte el proceso de envejecimiento.

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El objetivo de la medicina regenerativa es la obtención de células que puedan reemplazar tejidos que han sido dañados por diversos procesos patológicos. En este campo, un claro ejemplo sería el de la Diabetes Mellitus de Tipo I, ya que se conoce con exactitud el tipo de células diana que han sido dañadas (las células ß del páncreas), así como su función y localización. En consecuencia, son diversas las investigaciones que se han centrado en conseguir un protocolo que permita obtener células productoras de insulina a partir de células madre de diversos orígenes.

El primer problema al que se enfrenta la investigación es el de seleccionar el tipo de células madre a utilizar. A priori, las células embrionarias podrían constituir una buena fuente debido a su capacidad totipotente (capacidad para formar todos los tipos de células), pero los problemas éticos así como las complicaciones técnicas derivados de su uso dificultan su obtención. Consecuentemente, se ha optado por recurrir a las células madre adultas de tejidos fetales, concretamente a las células madre procedentes de tejidos extraembrionarios como el cordón umbilical, el amnios y el líquido amniótico y, entre otros, la placenta. Esta opción presenta ventajas significativas con respeto a las “fuentes clásicas” de obtención de células adultas. Asimismo, presentan una pluripotencialidad (capacidad para formar varios tipos de células, pero no todos) más amplia que la de las células provenientes de tejidos adultos, así como la posibilidad de disponer de una muestra en abundancia y de forma totalmente inocua y sin riesgo para el donante.

“Debido a los crecientes y recientes avances científicos, las células madre provenientes de tejido de cordón se han situado en el centro de atención de la biomedicina al abrir una vía esperanzadora para el tratamiento de múltiples enfermedades como por ejemplo la diabetes tipo I”.

Ensayos clínicos prometedores

Uno de los ensayos clínicos en esta materia, el del equipo dirigido por el Dr. Kuo Ching Chao1, obtuvo células mesenquimales a partir de la Gelatina de Wharton (tejido gelatinoso del cordón umbilical) con el objetivo de reemplazar los islotes pancreáticos no funcionales. Para ello realizó un cultivo en un medio específico llamado NCM (Neural Conditioned Medium). El resultado mostró 4 estadios de diferenciación que fueron evaluados a través del estudio de la expresión de genes específicos de células ß pancreáticas, mostrando en uno de los estadios una producción significativa de insulina. En el estudio se inyectaron estas células diferenciadas a unas ratas a las que previamente se había inducido químicamente diabetes insulino-dependiente. Tan sólo tres días más tarde, las ratas comenzaron a controlar sus valores de azúcares en sangre y superaron con éxito los tests de tolerancia a la glucosa.

De forma similar, el equipo del Dr. Hwai-Shi Wang2, también empleó células mesenquimales obtenidas a partir de tejido de cordón umbilical para obtener células con capacidad secretora de insulina. En este caso, se estudió la producción de otro componente llamado Péptido C como medida de evaluación y las células fueron implantadas en ratones NOD (estirpe de ratones modificados genéticamente para desarrollar diabetes insulinodependiente). De este modo, se comprobó que estos ratones adquirían la capacidad de controlar sus valores de glucosa en sangre tras el implante de estas células diferenciadas.

Investigaciones de este tipo han permitido demostrar la posibilidad de extraer células humanas, de diferenciarlas ex vivo y de reimplantarlas en un organismo (inicialmente ratones) para corregir una patología. Asimismo, también cabe destacar que estos animales de experimentación no precisaron medicación inmunosupresora para evitar el rechazo al trasplante de células humanas (llamado xenotrasplante), lo que sugiere una baja capacidad inmunogénica de estas células.

Recientemente, un estudio del Dr. Bhandari3 y su equipo probó que la obtención de células productoras de insulina a partir de células mesenquimales de tejido de cordón se podía realizar de forma eficaz y más rápida que en otros estudios anteriores en los que se necesitaban al menos 4 fases de diferenciación y que suponían una demora de varias semanas. En esta última investigación se consiguió obtener células productoras de insulina que reaccionaban a la estimulación por glucosa, en tan sólo una semana.

“Un equipo de investigación dirigido por el Dr. Bhandari obtuvo recientemente células productoras de insulina que reaccionaban a la estimulación por glucosa, en tan sólo una semana”.

Debido a los crecientes y recientes avances científicos, las células madre provenientes de tejido de cordón se han situado en el centro de atención de la biomedicina al abrir una vía esperanzadora para el tratamiento de múltiples enfermedades como por ejemplo la diabetes tipo I. Sus ventajas en cuanto a su origen fetal (edad y pluripotencialidad) y su obtención (extracción inocua, indolora y sin riesgo) las sitúan como grandes candidatas para la medicina regenerativa. La conservación de una muestra de sangre y tejido del cordón umbilical constituye, actualmente, una oportunidad única y la manera más sencilla de disponer de una reserva de células madre cuyo enorme potencial de futuro sólo alcanzamos a imaginar.

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BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA

1. Chao KC, Chao KF, Fu YS, Liu SH (2008) “Islet- Like clusters derived from mesenchymal stem cells in Wharton’s Jelly of the human umbilical cord for transplantation to control type 1 diabetes” PLoS ONE 3(1): e1451. doi:10.1317/journal.pone.0001451

2. Hwai-Shi Wang, Jia-Fwu Shyu, Wen-Sheng Shen, Hsin-Chi Hsu, Torng-Chien Chi, Chie-Pein Chen, Seng- Wong Huang, Yi-Ming Shyr, Kam-Tsun Tang, Tien-Hua Chen (2010) “Transplantation of insulin-producing cells derived from umbilical cord stromal mesenchymal stem cells to treat NOD mice” Cell Transplantation, vol.20 pp. 455-466. doi: 10.3727/096368910X522270 E-ISSN 1555-3892

3. Dilli Ran Bhandari, Kwang-Won Seo, Bo Sun, Min-Soo Seo, Hyung-Sik Kim, Yoo-Jin Seo, Jurga Marcin, Nicolas Forraz, Helene Le Roy, Denner Larry, McGuckin Colin, Kyung-Sun Kang (2011) “The simplest method for in vitro ß-cell production from human adult stem cells” Differentiation, vol.82, issue 3, pp.144-152. doi:10.1016/j.diff.2011.06.003Differentiation, vol.82, issue 3, pp.144-152. doi:10.1016/j.diff.2011.06.003

La Prensa

Ciudad de México.- Una alteración de médula espinal trae como consecuencia la pérdida de sensibilidad y/o movilidad, y las principales causas de lesiones medulares son por accidentes automovilísticos, accidentes deportivos, caídas, enfermedades como la poliomielitis o existencia de tumores, por lo que especialistas trabajan en su tratamiento.

El consejo científico de Bioeden México apunta que las células madre provenientes de las pulpa dental están siendo probadas y promovidas para la recuperación del aparato locomotor y la sección completa de la médula espinal.

La médula espinal es el canal de mensajes entre nuestro cerebro y diferentes partes del cuerpo, mide aproximadamente 45cm de largo y va desde la base del cerebro hasta el final de la cintura.

La terapia basada en el trasplante de células madre dentales se ha convertido en una gran promesa para el establecimiento de una estrategia terapéutica múltiple debido a la gran potencialidad con la cuentan al convertirse en tejidos del cuerpo: Osteoblastos (huesos), Miositos (músculo), Cardiomiositos (corazón), Adipositos (grasa corporal), Condroblastos (cartílago), Células Beta (páncreas) y Células Nerviosas (cerebro).

Se calcula que la incidencia anual de lesión medular en México es de 18.1 por millón de habitantes y resulta irreversible para la mitad de las víctimas. Afecta sobre todo a la población en edad laboral, ocurriendo con mayor frecuencia en hombres y en la población en edad productiva (16 a 35 años de edad), por lo que sus repercusiones recaen generalmente en el ámbito familiar.

Una lesión medular es el daño que recae directamente sobre la médula espinal y que conduce a la pérdida de algunas funciones y movimientos o bien de la sensibilidad. Dependiendo de la sección afectada es la gravedad de la lesión y por tanto de sus consecuencias. Estas pueden ir desde una paraplejia, donde la víctima pierde el movimiento de las extremidades inferiores, una hemiplejia, cuando se pierde movimiento de un lado del cuerpo, hasta una tetraplejia que es cuando se pierde la sensibilidad y movimiento del cuello para abajo.

Recientemente, el consejo científico de Bioeden México, pendiente de todos los protocolos y nuevos descubrimientos de uso de las células madre, presentó la más reciente investigación de las capacidades multipotenciales de las células madre provenientes de las pulpa dental, las cuales están siendo probadas y promovidas para la recuperación del aparato locomotor y la sección completa de la médula espinal, debido a sus múltiples mecanismos de neuro-regeneración.

Dicha investigación llevada a cabo en la Facultad de Medicina de la Universidad de Nagoya en Japón, constató que las células madre dentales trasplantadas en una sección de la columna vertebral de una rata, funcionaron positivamente, dando como resultado una considerable recuperación en las extremidades traseras y funcionamiento del aparato locomotor.

Las células madre dentales humanas poseen varias cualidades neuroregenerativas. En el caso de las lesiones medulares destaca la inhibición de la apoptosis (muerte celular) de las neuronas, astrocitos y oligodentrocitos (células que asumen funciones clave para la realización de la actividad nerviosa, además del sostén, unión y formación de mielina [sustancia aislante que acelera la conducción o impulso nervioso] en el sistema nervioso central) la cual se presenta durante la fase crónica de la lesión y que provoca daño irreversible además de la desmielinación (Proceso que afecta a las vainas mielíticas de las fibras nerviosas).

“Hemos demostrado que las cualidades neuroregenerativas de las células madre obtenidas de la pulpa dental, cumplen con muchos requisitos para la recuperación funcional después de una lesión medular. Por otra parte, las células madre dentales obtenidas de muelas de un adulto podrían usarse sin efectos adversos para la salud, por lo que las células madre dentales en general pueden ser un recurso celular excelente para el tratamiento de lesiones en la medula espinal”, menciona uno de los científicos del grupo.
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