Células madre ayudan a que ratones irradiados generen nuevas células cerebrales

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Un estudio podría ofrecer esperanza a los pacientes con cáncer cerebral, que a menudo sufren graves problemas cognitivos como resultado de los tratamientos con radiación.

TR, Miércoles, 20 de julio de 2011
Por Karen Weintraub
Traducido por Francisco Reyes (Opinno)
El tratamiento con radiación para el cáncer cerebral puede salvar vidas, aunque se puede llegar a pagar un precio terrible por él. La radiación que mata las células cancerosas también mata las células cerebrales, destruyendo recuerdos, menoscabando la inteligencia y provocando confusión.
Charles Limoli y sus colegas de la Universidad de California, en Irvine (Estado Unidos), han demostrado que las células madre podrían ayudar a revertir algunos de estos daños. En un nuevo estudio publicado en la revista Cancer Research, Limoli muestra que es posible hacer que se generen nuevas células cerebrales mediante la inyección de células madre neurales humanas en cerebros de ratones cuyas habilidades cognitivas habían sido dañadas por la radiación. Los ratones recuperaron habilidades perdidas después del tratamiento con células madre.

Las células madre han sido utilizadas desde hace tiempo para reparar los daños causados ​​por los tratamientos contra el cáncer. Por ejemplo, los trasplantes de médula ósea para la leucemia se basan en células madre para reponer las células sanguíneas. Sin embargo, Limoli afirma que su equipo es el único que utiliza células madre neurales para tratar síntomas en el cerebro.

Varios compañeros elogiaron su trabajo, calificándolo como una importante prueba de la idea de que las células madre humanas pueden reparar el daño neuronal.

“Los resultados son muy prometedores”, afirma Howard B. Lieberman, profesor de oncología de radiación y de salud ambiental en la Universidad de Columbia (EE.UU.). “Si los resultados siguen siendo tan positivos como los que se ha publicado en este documento, yo asumiría que el Dr. Limoli hará todo lo posible por tratar de pasar a las pruebas clínicas tan pronto como sea posible”.

El equipo de Limoli irradió tres grupos de ratones, y más tarde trató a dos de ellos con células madre neurales humanas. El tercero, un grupo de control, recibió una cirugía simulada, pero no se les implantaron células. Un mes después de los daños, el 23 por ciento de las células madre implantadas estaban activas en el cerebro del primer grupo de ratones. Después de cuatro meses, el 12 por ciento estaban todavía activas en el segundo grupo. Mediante el uso del etiquetado celular, el equipo de Limoli también demostró que habían crecido decenas de miles de nuevas neuronas y células astrocitos en los cerebros de los ratones tratados. Estos tuvieron un mejor rendimiento que los no tratados en las pruebas cognitivas, y recuperaron sus habilidades anteriores a la radiación, y su actividad proteínica sugiere que las células madre implantadas se integran en el cerebro, asegura Limoli, reemplazando a las células que han sido perdidas o dañadas.

Tanto Limoli como Lieberman indican que el tratamiento podría ser efectivo contra la “quimio cerebral”, un efecto secundario reportado con frecuencia por pacientes con cáncer de mama que afirman que su capacidad para concentrarse y pensar con claridad se ha visto afectada por la quimioterapia.

Rob Coppes, biólogo de radiación y células madre del University Medical Center Groningen (Holanda), afirma que le gustaría que Limoli probase cuánto tiempo duran los beneficios de las células madre. También espera que Limoli repita sus experimentos con células madre pluripotentes inducidas (células iPS), células madre adultas que se han convertido de nuevo a un estado similar al embrionario. Estas serían probablemente las células que los médicos utilizarían en los pacientes. Lo ideal sería que se extrajeran de los propios pacientes para evitar un rechazo inmunológico.

Será importante mostrar que los ratones -y, mediante ensayos posteriores, los seres humanos- no rechazan estas células, y también que las células madre no desencadenan nuevos casos de cáncer, según explica Coppes, que emplea células madre en su propio trabajo, relacionado con la regeneración de glándulas salivales.

Limoli tiene planes para llevar a cabo más trabajos con células madre neuronales y células iPS. También quiere averiguar cuál es el momento óptimo para trasplantar estas células en el cerebro.

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