Por: Gotthelf Susana Judith y Fonseca Maria De Jesus Mendes Da. Rev Fed Arg Cardiol. 2012; 41(2): 96-102.
La prevalencia de hipertensión arterial en la infancia es del 1-3% en la infancia y llega al 10% en la adolescencia. El peso corporal guarda una relación directa con la presión arterial, y su asociación con la presión elevada se ha documentado en diferentes grupos de edad. Se confirma la presencia de un problema actual de salud en los adolescentes: la hipertensión arterial, íntimamente relacionada al aumento de peso. Los tres indicadores de obesidad analizados mostraron asociación significativa respecto a la presencia de la enfermedad.
Obesidad e hipertensión arterial en la infancia.
La obesidad está alcanzando porcentajes epidémicos tanto en los países desarrollados como en los emergentes o en vías de desarrollo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de mil millones de individuos sufren sobrepeso en el mundo, de los cuales casi trescientos millones pueden ser considerados obesos.
En la actualidad la evidencia científica y epidemiológica demuestra e identifica al sobrepeso y la obesidad como factores de riesgo para el desarrollo de enfermedades crónicas denominadas “no transmisibles”, tales como la hipertensión arterial, la diabetes mellitus tipo II, la dislipemia, etc.
Un aspecto últimamente estudiado es la relación que cabe entre sobrepeso, obesidad e hipertensión arterial fundamentalmente en edades tempranas de la vida como la niñez y la adolescencia, donde la prevalencia de las mismas en este grupo etáreo en particular se incrementa progresiva y paralelamente al aumento de las puntuaciones del índice de masa corporal. Por lo tanto, la hipertensión arterial es ya una realidad constatable hasta en un 30% de los niños obesos.
Precisamente en los últimos años se demostró que la presencia de los factores de riesgo mencionados en la niñez ya se asocian a cambios ateroscleróticos en la pared de los vasos arteriales y en este sentido la OMS llamó la atención acerca de la importancia de la medición rutinaria de la presión arterial, la talla y el peso en niños y adolescentes para la detección temprana de la hipertensión arterial y la obesidad.
La clasificación del “Fourth Report on the Diagnosis, Evaluation, and Treatment of High Blood Pressure in Children and Adolescents” (considera presión arterial normal alta a lecturas reiteradas entre valores comprendidos en los percentilos 90 y 95 para edad y sexo, e hipertensión arterial a valores iguales o superiores al percentilo 95 en al menos tres visitas consecutivas.
Aunque la incidencia general de hipertensión arterial en niños es baja, en número creciente son hoy identificados como portadores de factores de riesgo genéticos ó metabólicos para desarrollar futura hipertensión arterial, lo que hace necesario que estos factores de riesgo sean conocidos y manejados por el médico a temprana edad, para aplicar medidas cuando todavía el niño está normotenso, previniendo la aparición de hipertensión arterial o finalmente retardándola lo más posible. Véase el trabajo publicado.
Resulta entonces de fundamental interés conocer la prevalencia de la misma como así también la relación con otros factores de riesgo cardiovascular en este grupo etáreo, para establecer una óptima estrategia preventiva y terapéutica tal como queda demostrado en el trabajo publicado en este volumen de la Revista de la Federación Argentina de Cardiología: “Hipertensión Arterial y su asociación con variables antropométricas en adolescentes escolarizados de la ciudad de Salta”, donde precisamente se describe la estrecha relación entre hipertensión arterial y la obesidad infantil.
(Fuente: Revista Argentina de Cardiología)
Un estudio demuestra que la microalbuminuria y las cifras de presión arterial sistólica nocturna pueden evidenciar un control deficiente de la enfermedad.
El equipo de la Unidad de Hipertensión y Riesgo Vascular del Hospital del Mar ha realizado un estudio donde determina cuáles son los parámetros de mayor utilidad para valorar la presencia de lesión orgánica y el riesgo de patología grave asociadas a hipertensión arterial.
Las conclusiones del estudio, publicado en la revista Hypertension, apuntan a que las cifras de presión arterial sistólica nocturna en combinación con la medida de la excreción de albúmina en orina pueden ser marcadores de riesgo y pronóstico de patología asociada directamente a la hipertensión arterial.
La hipertensión arterial es un problema sanitario de primer orden en todo el mundo. Al tratarse de una enfermedad asintomática y que suele pasar desapercibida, la percepción de riesgo o enfermedad por parte de los que la padecen es inexistente.
Es imprescindible un buen control de las cifras de presión arterial para evitar lesiones orgánicas asociadas. Previamente a la aparición de la lesión orgánica (infarto agudo de miocardio, insuficiencia renal avanzada, etc.), se produce un paso intermedio que se denomina lesión orgánica subclínica.
Es fundamental detectar este paso previo para poder instaurar medidas efectivas que eviten, atenúen o minimicen los efectos de la lesión establecida de órgano diana. Un buen marcador para conocer esta lesión subclínica es la microalbuminuria, que es más frecuente en pacientes con hipertensión resistente al tratamiento (un 20% del total de los hipertensos). Hay grupos de pacientes que, aparentemente, tienen un buen control de presión arterial y que no constan como resistentes, pero que también presentan microalbuminuria. En estos casos es importante hacer una monitorización ambulatoria de presión arterial de 24 horas, porque podría ser que de día estuviesen bien controlados pero no de noche.
Efectiva, sencilla, no invasiva y económica
Según explica la Dra. Anna Oliveras, jefe clínico del Servicio de Nefrología del Hospital del Mar, responsable de la Unidad de Hipertensión y Riesgo Vascular y una de las coordinadoras del registro nacional de hipertensos resistentes, el estudio completo para detectar la presencia de lesión subclínica asociada a hipertensión incluye muchas “pruebas analíticas, electrocardiogramas, ecografías del corazón, de las arterias carótidas, conocer la velocidad de onda del pulso, la presencia de insuficiencia renal, etc. y, en la práctica, hacer un estudio tan extenso, no es posible en todas partes”.
Poder detectar de forma efectiva, sencilla, rápida, no invasiva y económica esta lesión subclínica facilita la detección precoz de daño vascular, indicando la necesidad de extremar las medidas de tratamiento y de prevención adecuadas para evitar complicaciones graves y secuelas a los pacientes, así como gastos al sistema.
Este estudio, realizado con una muestra de más de 350 pacientes hipertensos resistentes, ha sido posible gracias al registro nacional de hipertensión resistente de España. Los hipertensos resistentes son aproximadamente un 20% del total. “Si tenemos en cuenta que en el año 2025 se estima que habrá un 60% más de hipertensos que actualmente y las cifras se situarán en torno a los 600 millones de pacientes afectados en todo el mundo, la repercusión de las consecuencias de la hipertensión son de enorme trascendencia”, explica la Dra. Oliveras, y añade: “En España, el 30% de la población tiene la presión elevada y la cifra prácticamente se duplica cuando nos referimos a pacientes de 65 años o más.
Poder disponer de herramientas económicas y fiables que nos indiquen qué enfermos tienen un riesgo de sufrir enfermedad orgánica grave derivada de esta hipertensión y, por lo tanto, qué enfermos tienen mal pronóstico, es fundamental para poder establecer las medidas adecuadas para atenuar y prevenir las graves secuelas de la hipertensión”.
(Fuente: Jano)
La ingesta de chocolate negro y disminución de factores de riesgo
Los efectos reductores de la presión arterial y de los lípidos (grasas en sangre) de chocolate negro podría ser un medio eficaz – y con mucho ahorro de dinero, máxime en los tiempos que corren y que se adivinan -para la prevención de eventos cardiovasculares en pacientes de alto riesgo, sugiere un nuevo estudio publicado este Mayo pasado en la prestigiosa revista British Medical Journal.
Los hallazgos encontrados en este estudio sugieren que la disminución de la presión arterial y efectos en los lípidos de chocolate negro podría representar una estrategia eficaz efectiva y rentable para la prevención de enfermedades cardiovasculares en personas con síndrome metabólico (pero no en diabéticos)
Los beneficios del chocolate debería ser, en general, una opción de tratamiento que- además- resulta agradable y sostenible (este término tan en boga hoy en todos los aspectos que rocen la “economía”).
La evidencia hasta la fecha sugiere que el chocolate tendría que ser NEGRO y de cacao, por lo menos 60-70%, o formulado para ser enriquecido con polifenoles.
El chocolate negro, se obtiene de las semillas de coca, es rico en polifenoles, en concreto los flavonoides que tiene marcados efectos antihipertensivos, antiinflamatorios, antitrombóticos y metabólicos, los cuales pueden contribuir a la protección cardiovascular.
Estudios anteriores habían demostrado que el consumo de chocolate negro reducía la presión arterial, pero habían sido relativamente pequeños, con pocos individuos valorados, y de corta duración: sólo hasta un máximo de 18 semanas.
Estos estudios también habían demostrado que el chocolate negro podía reducir el colesterol total (el mal denominado “colesterol malo”) y lipoproteínas de baja densidad de colesterol (LDL-C) y aumentar el colesterol de alta densidad o HDL-C (el mal denominado “colesterol bueno) y de las lipoproteínas, pero una vez más, estos cambios han sido exploradas sólo en ensayos a corto plazo.
Para determinar los posibles efectos a largo plazo de consumir chocolate negro cada día, así como el coste-efectividad de esta estrategia, se han usado técnicas de modelización estadística, en particular un modelo de Markov para los estados de salud:
“vivos sin enfermedad cardiovascular”, “vivos con enfermedad cardiovascular,
“muertos de enfermedad cardiovascular “,”muertos por otras causas ” y la decisión: Sin chocolate negro [universo control], o con chocolate negro [universo con tratamiento]) fueron añadidos al estudio/ensayo previo.
Con cada ciclo anual, se utilizaron algoritmos de predicción de riesgo y tablas de vida de la población para estimar el consumo de chocolate oscuro diariamente durante 10 años sobre pacientes con síndrome metabólico (Hipertensión arterial, Obesidad, Hiperlipemia, Alteraciones en la producción u acción de la Insulina…y más).
El estudio utilizó datos de 2013 participantes con Obesidad, Diabetes, así como estudio de “Estilos de vida” en los sujetos que tenían síndrome metabólico, pero no tenían un diagnóstico de enfermedad cardiovascular o diabetes franca, y que- además- no estaban recibiendo medicación antihipertensiva.
Los pacientes valorados eran relativamente jóvenes (edad media, 53,6 años) y se consideraban de alto riesgo cardiovascular: tenían una presión arterial sistólica de 141,1 mm de Hg, el nivel medio de colesterol total de 6,1 mmol / L, con una media de hemoglobina A1c de 34,4 mmol / L, y una circunferencia media de la cintura igual o mayor de 100,4 cm.
Se concluyó que en todos los pacientes que habían comido chocolate negro diariamente durante una década, 70 eventos no fatales cardiovasculares, incluido el accidente cerebro vascular no fatal e infarto de miocardio no fatal por cada 10.000 habitantes, así como 15 muertes cardiovasculares relacionados por cada 10.000 habitantes se habían evitado. Y eso es muy buena noticia. Para cualquier persona concienciada… ¡digo yo!
Respecto a la estimación de coste-efectividad incremental, la proporción fue de 52.500 dólares por cada año de vida salvada, cuando solo 42 dólares por persona y por año se han gastado con la estrategia de prevención de administrar chocolate negro en la ingesta habitual de estos sujetos.
Incluso en el caso en que sólo el 80% de los individuos con síndrome metabólico consumiesen a diario chocolate negro durante 10 años, la prevención de sólo 55 eventos cardiovasculares no fatales y 10 eventos fatales por cada 10.000, todavía se debería considerar una estrategia de intervención eficaz y coste-efectiva.
Es decir, una estrategia de prevención de chocolate negro de 42 dólares por persona y año en una población de alto riesgo sería rentable, basado en la, comúnmente aseveración aceptada universalmente, que el umbral arbitrario, de 50,000 dólares por año de vida salvada.
Por tanto y en mi opinión, los 42 dólares por cada año y paciente podrían dedicarse- por ejemplo- a la subvención de publicidad, campañas de educación, promover la ingesta de Chocolate Negro en esta población de alto riesgo.
Y, podía seguir hablando de tan benefactor, agradable y barato producto: El chocolate Negro. Por ejemplo ¿Sabían que no solamente “no engorda” sino que es capaz de reducir peso?
Bueno, pues lo contaré.
A veces me pregunto (en realidad, con demasiada frecuencia) si no estarán harto relacionados estos tipos de estudios científico-médicos con el aumento o disminución en la producción de este tipo de productos en los países “civilizados”.
No sé…no sé. ¿Excedencia – Deficiencia en su producción?
Para mí que…si. Que las posibilidades de esta relación pueden ser enormes.
(Fuente: Eldiadigital.es)
Azithromycin and the Risk of Cardiovascular Death
Por: Wayne A. Ray, Ph.D., Katherine T. Murray, M.D., Kathi Hall, B.S., Patrick G. Arbogast, Ph.D., y C. Michael Stein, M.B., Ch.B. N Engl J Med 2012; 366:1881-1890May 17, 2012.
Azithromycin, a broad-spectrum macrolide antibiotic, has been reported to be relatively free of cardiotoxic effects. However, the closely related drugs erythromycin and clarithromycin can increase the risk of serious ventricular arrhythmias and are associated with an increased risk of sudden cardiac death.Furthermore, accumulating evidence suggests that azithromycin also may have proarrhythmic effects. There are at least seven published reports of patients with normal baseline QT intervals in whom azithromycin had arrhythmia-related adverse cardiac effects, including pronounced QT-interval prolongation, torsades de pointes, and polymorphic ventricular tachycardia in the absence of QT-interval prolongation.
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