Resumen
ANTECEDENTES:
La hipertensión y la inactividad física son factores de riesgo de accidente cerebrovascular. No se ha evaluado el efecto de los ejercicios cardiorrespiratorios (CRF ). Se evaluó la incidencia de ictus en pacientes con hipertensión arterial según la(CRF ) a y los cambios en la (CRF Ver más….
En comparación con los hombres que tenían una peor forma física, los que tenían la mejor condición física presentaban la mitad del riesgo de fallecer. Para los hombres con una condición física baja, el riesgo de morir era un 18 por ciento más bajo. Y los hombres que entraban dentro de la categoría de una forma física moderada tenían un riesgo un 36 por ciento menor de fallecer, según el estudio. Ver más….
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la hipertensión arterial (HTA) es el principal factor de riesgo de mortalidad mundial y el sedentarismo se sitúa en cuarta posición, tras el tabaquismo y la hiperglucemia
Con motivo de la conmemoración, el pasado fin de semana, del Día Mundial de la Actividad Física y del Día Mundial de la Salud, la Fundación Española del Corazón (FEC) quiere recordar que dos de los principales factores de riesgo, la hipertensión y el sedentarismo, son en cierta medida evitables con acciones tan cotidianas como reducir el consumo de sal y realizar al menos 30 minutos de actividad física al día.
“La enfermedad cardiovascular es la primera causa de defunción en el mundo y la hipertensión, su principal factor de riesgo, seguida por el tabaquismo, la hiperglucemia y el sedentarismo. Según datos aportados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), un tercio de la población mundial la padece y más de nueve millones de personas acabarán muriendo por sus efectos directos, lo que supone el 13% del total de defunciones”, avisa el Dr. Enrique Galve, presidente de la Sección de Riesgo Vascular y Rehabilitación Cardiaca de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).
En nuestro país, son 11 millones de personas (el 40%) las que padecen esta enfermedad, de las que un tercio no saben que están enfermas y otro tercio, aunque están tratadas, están mal controladas.
Debido a los efectos perjudiciales de esta patología y al incremento de la prevalencia en los últimos años, la OMS ha decidido dedicar la conmemoración del Día Mundial de la Salud del domingo 7 de abril a la hipertensión, con el objetivo de reducir el número de infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares.
La práctica de actividad física y la reducción del consumo de sal, principales remedios contra la hipertensión
El pasado sábado también se conmemoraba el Día Mundial de la Actividad Física, cuyo objetivo es que todo el mundo realice al menos 30 minutos de actividad física al día, ya sea practicando algún deporte o cambiando nuestra rutina diaria, como ir andando al trabajo, usar las escaleras en lugar del ascensor,…
La OMS también se ha mostrado preocupada tras conocer el alto índice de sedentarismo que existe en la población, ya que ya es considerado como el cuarto factor de riesgo de las enfermedades no transmisibles y al que se le atribuyen el 6% de las muertes mundiales.
“Precisamente, la práctica de actividad física es una de las medidas de prevención para luchar contra la hipertensión y las enfermedades del corazón”, destaca el Dr. Galve.
Existen diversos estudios, como el publicado por el American Journal of Public Health (doi:10.2105/AJPH.2004.055889) y realizado por el Departamento de Epidemiología de la Universidad de Minnesota en Minneapolis, que tras analizar la actividad física y la presión arterial de casi 4000 adultos de entre 18 y 30 años, demostró que los participantes que realizaron ejercicio en un promedio de cinco veces a la semana y gastaron 300 calorías por cada sesión de ejercicio, disminuyeron en un 17% el riesgo de sufrir hipertensión arterial en comparación con los que se mantuvieron menos activos.
Este estudio también demostró que menos cantidad de actividad física seguía siendo beneficiosa, ya que aquellos que fueron aumentando su actividad física desde el comienzo del estudio disminuyeron el riesgo en un 11% por cada 1500 calorías gastadas durante el ejercicio semanal.
“Otro aspecto también muy relevante para controlar las cifras de presión arterial es la reducción de la ingesta de sal. La OMS recomienda un consumo máximo de 5 gramos de sal al día, mientras que en España consumimos casi 10 gramos de promedio”, alerta el Dr. Galve.
Se calcula que 2,3 millones de personas fallecen cada año por complicaciones relacionadas con la sal y que en España podrían evitarse hasta 20 000 ictus y 30 000 afectaciones cardiacas cada año, según el Ministerio de Sanidad Servicios Sociales e Igualdad.
“Poco a poco los países se están dando cuenta de este problema y están incorporando campañas de reducción en el consumo de sal, como la que está llevando a cabo desde 2010 la AESAN en nuestro país. Aun así, el problema principal radica en la cantidad de sal que ya contienen los productos envasados, cerca del 80% de la ingesta diaria”, se lamenta el Dr. Galve.
“De todas formas, los ciudadanos sí que podemos aplicar medidas como cocinar sin sal, retirar el salero de la mesa o comprar los productos que sean bajos en sal.
Reducir el consumo de alcohol, evitar el tabaco y seguir una dieta saludable son otras medidas que nos ayudarán a prevenir las enfermedades del corazón”, recomienda el doctor.
(Fuente: vademecum.es – tomado del boletinaldia) [Actualizado: 31 de mayo 2013]
El ejercicio y las terapias alternativas podrían ayudar a reducir la presión arterial
Un informe sugiere que algunos métodos podrían funcionar junto con la terapia tradicional, aunque no sustituirla.
Los tratamientos alternativos, como la meditación trascendental, la biorretroalimentación y la respiración guiada parecen reducir la hipertensión en algunas personas, sugiere un nuevo informe.
Pero solo un método que no tiene que ver con la meditación, el ejercicio aeróbico, ha probado tener un impacto importante y es altamente recomendado.
El informe, de la Asociación Americana del Corazón (American Heart Association), también asegura que la investigación no respalda una reducción en la hipertensión con otras técnicas de relajación y meditación, el yoga o la acupuntura. Sin embargo, la calidad de la investigación sobre estas estrategias es limitada, añade el informe, lo que sugiere que todavía hay esperanzas de que tengan un efecto.
“En general, hay un nivel sorprendente de evidencia que respalda que algunas de las técnicas alternativas son efectivas, y sorprendentemente poca evidencia, o evidencia contradictoria, sobre las demás técnicas”, señaló el Dr. Robert Brook, profesor asociado de medicina de la Universidad de Michigan. “Estas técnicas alternativas son las hijastras descuidadas, y con frecuencia no reciben tanta atención ni financiación para la investigación, y no se toman tan en serio como otros métodos”.
Afirmó que hay dos cosas claras: los métodos alternativos no parecen ser nocivos, y no deben usarse para sustituir el seguimiento del consejo del médico sobre los medicamentos.
La Asociación Americana del Corazón publicó su informe para proveer directrices a médicos y a pacientes sobre los tratamientos para la hipertensión, señaló Brook. “Tradicionalmente, hablamos sobre la pérdida de peso, la dieta, la restricción de la sal y el ejercicio. Es difícil seguir esos consejos, y las personas no los siguen. Decidimos que había llegado el momento de revisar toda la investigación sobre las formas alternativas para reducir la presión arterial”.
El informe afirma que el ejercicio aeróbico, como caminar a paso vivo, tiene el mayor efecto sobre la hipertensión, y que cuenta con la investigación de más calidad como respaldo.
La biorretroalimentación, levantar pesas, la meditación trascendental y la respiración sincronizada (como respirar al mismo tiempo que una serie de tonos) puntuaron bien en términos de efectividad.
Cuando son efectivas, las técnicas pueden reducir la lectura de la presión arterial sistólica (la cifra superior) de 5 a 10 milímetros de mercurio (mmHg), una reducción modesta, aseguró Brook. Una lectura a partir de 140 es señal de problemas potenciales.
¿Cómo logran estas estrategias reducir la presión arterial? En algunos casos no está claro, dijo, aunque parece que el ejercicio mejora el funcionamiento de los vasos sanguíneos al hacerlos más anchos.
Samuel Sears, director de los programas de psicología de la salud de la Universidad de Carolina Oriental en Greenville, Carolina del Norte, dijo que el informe es importante pero que su enfoque obvia los “beneficios mentales” de los tratamientos alternativos. “Los pacientes buscan y pueden obtener unos beneficios más amplios con algunas de estas terapias, incluso beneficios psicológicos y una percepción de control sobre su afección”, comentó.
Entonces, ¿debe usted probar con estas estrategias?
La Dra. Kirsten Bibbins-Domingo, profesora asociada de medicina de la Universidad de California, en San Francisco, dijo que en general se consideran seguras. Sin embargo, “una confianza inadecuada en estos métodos podría resultar en retrasos en la búsqueda del tratamiento médico para la hipertensión”, advirtió. “Y muchas de estas intervenciones se asocian con gastos del bolsillo para los pacientes, algo que también hay que tomar en cuenta, sobre todo si en última instancia se muestra que estas intervenciones no son efectivas”.
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
(Fuente:Hypertension) [Actualizado: 25 de abril 2013]
Exercise blood pressure and the risk of future hypertension
Por: L Holmqvist, L Mortensen, C Kanckos, C Ljungman, K Mehlig y K Manhem. Journal of Human Hypertension (2012) 26, 691–695.
The aim of this prospective cohort study was to identify which blood pressure measurement during exercise is the best predictor of future hypertension. Further we aimed to create a risk chart to facilitate the evaluation of blood pressure reaction during exercise testing. A number (n=1047) of exercise tests by bicycle ergometry, performed in 1996 and 1997 were analysed. In 2007–2008, 606 patients without hypertension at the time of the exercise test were sent a questionnaire aimed to identify current hypertension. [publicada el 27 de noviembre de 2012.]
Relationship between a range of sedentary behaviours and blood pressure during early adolescence (en inglés)
Por: B Gopinath, L A Baur, L L Hardy4, A Kifley, K A Rose, T Y Wong y P Mitchell1. Journal of Human Hypertension (2012) 26, 350–356.
Muy pocos estudios han explorado los vínculos entre la actividad física, las conductas sedentarias y la presión arterial (PA) en la adolescencia temprana. El objetivo fue evaluar la asociación entre una serie de actividades sedentarias (tiempo de la televisión (TV), el uso del ordenador, el uso de los videojuegos y el tiempo invertido en la tarea o la lectura) y la presión arterial en niños en edad escolar. Elegibles estudiantes con edad superior a 7 años (2353/3144, con una edad media 12,7 años) de una muestra aleatoria por conglomerado de 21 escuelas de Sidney fueron examinados durante el período 2003-2005.
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