Investigaciones cubanas

El cáncer de esófago es uno de los tumores más agresivos, con una supervivencia global inferior al 20 % a los 5 años. Su incidencia está en aumento en los últimos años, a expensas fundamentalmente de aquellos que se localizan en la unión gastroesofágica, por su asociación con la metaplasia de Barrett.  Si bien el carcinoma epidermoide de esófago está claramente asociado al tabaquismo y al alcoholismo, la asociación con el Virus del Papiloma Humano (VPH) es aún controversial. El primer reporte sobre la asociación del virus y carcinoma epidermoide la hizo el Syrjanen en 1988. El VPH es un virus DNA epitelio trópico, cuyo ciclo de vida está inseparablemente ligado al proceso de diferenciación del epitelio pluriestratificado de la piel y membranas mucosas.

En esta revisión se reportó positividad en el 22,9 % de los 11 485 casos de carcinomas escamocelulares analizados por hibridización in situ y en el 15,2 % de los 2 020 casos de carcinomas de células escamosas analizados por reacción en cadena de la polimerasa. Existen muy escasos estudios que confirmen la correlación virus del papiloma humano/cáncer de esófago, en el mundo y en Cuba, por lo que aún resulta un tema controversial.

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Cáncer de esófago y Virus del Papiloma Humano: breve mirada al tema. Dra. Odalys Durruthy Wilson; Dr. Juan Carlos Piña Napal ; Dr.CM Jorge Santana Álvarez. Rev. Arch med Camagüey Vol16n(5)2012

Los investigadores MA. Carlos Aragonés-López y MD. MS. Jorge Pérez-Ávila, del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí, y  ScD. Mary C. Smith Fawzi y PhD. MPH. Arachu Castro, del Department of Global Health and Social Medicine, Harvard Medical School, han publicado un artículo sobre los resultados de un estudio del efecto de la terapia antirretroviral (TAR) en la calidad de vida de los cubanos con VIH/sida.

Para el análisis realizó un estudio transversal incluyendo una encuesta de salud a una muestra representativa de 1592 cubanos que recibieron TAR en el año 2004. Luego de la aplicación de los modelos estadísticos seleccionados a los resultados de los 354 participantes (73 mujeres y 281 hombres), se obtuvo que  las puntuaciones de las actividades funcionales mostraron medias de más de 80 sobre 100 y el dolor interfería más en mujeres que en hombres. Cuando el diagnóstico del VIH se produjo después de 2001, la probabilidad de experimentar dificultades para realizar el trabajo y la presencia de dolor se incrementó en comparación con el diagnóstico en años anteriores. Las personas tratadas con indinavir mostraron una mayor percepción de salud general y una mayor mejoría. Aunque los cubanos que reciben tratamiento antirretroviral mantienen una alta calidad de vida, se observaron diferencias significativas por sexo y momento de diagnóstico.

La evaluación del índice de calidad de vida puede servir como indicador de resultado de salud y permite identificar disminuciones potencialmente relacionadas con los efectos secundarios del TAR.

Carlos Aragonés-López, Jorge Pérez-Ávila, Mary C. Smith Fawzi, and Arachu Castro.  Quality of Life of People With HIV/AIDS Receiving Antiretroviral Therapy in Cuba: A Cross-Sectional Study of the National Population. American Journal of Public Health. e-View Ahead of Print. Marzo 15, 2012.