En enero del 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el brote de la enfermedad por el nuevo coronavirus 2019 (COVID-19) como una emergencia de salud pública de importancia internacional. La OMS afirmó que existe un riesgo alto de diseminación de la enfermedad por COVID-19 a otros países en todo el mundo. En marzo del 2020, tras una evaluación la OMS decidió que COVID-19 puede ser caracterizado como una pandemia.
La OMS y las autoridades de salud pública de todo el mundo están actuando para contener el brote de COVID-19. Sin embargo, este momento de crisis está generando estrés en la población. Estas consideraciones de salud mental fueron elaboradas por el Departamento de la OMS de Salud Mental y Uso de Sustancias, como mensajes dirigidos a diferentes grupos clave para apoyar el bienestar psicosocial y la salud mental durante el brote de COVID-19.
Población general
- La enfermedad por el coronavirus 2019 (COVID-19) ya ha afectado, y es probable que siga afectando, a la población de muchos países, en numerosos lugares del mundo. Este virus no debe asociarse con ningún grupo étnico ni nacionalidad. Demuestre empatía hacia todas las personas afectadas, dentro de un país dado o procedentes de cualquier país. Recuerde que las personas que están afectadas por COVID-19 no han hecho nada malo, no tienen culpa y merecen nuestro apoyo, compasión y amabilidad. Cada persona puede contribuir a reducir los riesgos a nivel individual, familiar, comunitario y social.
- No se refiera a las personas que tienen la enfermedad como “casos de COVID-19”, las “víctimas”, las “familias de COVID-19” o los “enfermos”. Se trata de “personas que tienen COVID-19”, “personas que están en tratamiento para COVID-19”, “personas que se están recuperando de COVID-19” y que, una vez superada la enfermedad, seguirán adelante con su vida, su trabajo, su familia y sus seres queridos. Es importante separar a la persona de tener una identidad definida por COVID-19, para reducir el estigma.
- Minimice el tiempo que dedica a mirar, leer o escuchar noticias que le causen ansiedad o angustia. Busque información únicamente de fuentes confiables y principalmente sobre medidas prácticas que le ayuden a hacer planes de protección para usted y sus seres queridos. Busque actualizaciones de la información una o dos veces al día, a horas específicas. El flujo repentino y casi constante de noticias acerca de un brote epidémico puede hacer que cualquiera se sienta preocupado. Infórmese sobre lo que en realidad está sucediendo, no escuche los rumores y la información errónea. Recopile información a intervalos regulares, del sitio web de la OMS, el sitio web de la OPS y de las plataformas de las autoridades nacionales y locales de salud, a fin de ayudarle a distinguir los hechos de los rumores. Conocer las informaciones fiables pueden ayudar a minimizar el miedo.
- Protéjase a usted mismo y brinde apoyo a otras personas. Ayudar a otros que lo necesitan puede ser beneficioso, no solo para la persona que lo recibe sino también para quien lo ofrece. Por ejemplo, llame por teléfono a sus vecinos o a las personas en su comunidad que puedan necesitar asistencia adicional. Trabajar juntos como una sola comunidad puede ayudar a crear solidaridad al abordar juntos COVID-19.
- Busque oportunidades de amplificar las historias e imágenes positivas y alentadoras de personas de su localidad que tuvieron COVID-19, por ejemplo, historias sobre las personas que se recuperaron o que cuidaron a un ser querido durante la recuperación y que estén dispuestas a hablar sobre esta experiencia.
- Reconozca la importancia de las personas que cuidan a otros y de los trabajadores de salud que se están ocupando de las personas con COVID-19 en su comunidad. Reconozca asimismo el papel que desempeñan para salvar vidas y mantener seguros a sus seres queridos.
Trabajadores de salud
- En el caso de los trabajadores de salud, sentirse bajo presión es una experiencia que usted y muchos de sus colegas probablemente estén viviendo; de hecho, es muy normal sentirse así en la situación actual. El estrés y los sentimientos que lo acompañan no son reflejo, de ninguna manera, de que usted no puede hacer su trabajo o de que sea débil. Atender su salud mental y su bienestar psicosocial en estos momentos es tan importante como cuidar su salud física.
- Cuídese mucho en estos momentos. Pruebe y adopte estrategias útiles de respuesta, como descansar y hacer pausas durante el trabajo o entre turnos, alimentarse saludablemente y en cantidad suficiente, realizar actividad física, y mantenerse en contacto con la familia y los amigos. Trate de no adoptar estrategias de respuesta inadecuadas como el consumo de tabaco, alcohol u otras drogas. A largo plazo, esto podría empeorar su bienestar mental y físico. Se trata de una situación única y sin precedentes para muchos trabajadores, en especial si nunca antes habían participado en respuestas similares. Las estrategias que en otras ocasiones le han ayudado a manejar el estrés pueden ser útiles también en este momento. Usted probablemente sepa cómo aliviar el estrés y no debe dudar en mantenerse psicológicamente bien. Esta no es una carrera de velocidad, es una maratón a largo plazo.
- Es posible que algunos trabajadores de salud perciban que su familia o su comunidad no quieren tenerlos cerca debido al riesgo, al estigma o al temor. Esto puede contribuir a que una situación ya complicada resulte mucho más difícil. De ser posible, mantenga la comunicación con sus seres queridos; para lograrlo, pueden resultar útiles los medios digitales que ofrecen una buena manera de mantener el contacto. Recurra a sus colegas, al gerente de su establecimiento o a otras personas de confianza para recibir apoyo social, ya que es posible que sus colegas estén viviendo experiencias similares a la suya.
- Utilice maneras adecuadas para intercambiar mensajes con las personas que tienen discapacidades intelectuales, cognitivas o psicosociales. Si usted es líder de un equipo o gerente en un establecimiento de salud, utilice formas de comunicarse que no dependan exclusivamente de la información escrita.
- Sepa cómo brindar apoyo a las personas que se han visto afectadas por COVID-19 y cómo vincularlas con los recursos disponibles. Esto es especialmente importante para quienes requieran apoyo psicosocial y de salud mental. El estigma asociado con los problemas de salud mental podría causar cierta renuencia a buscar atención tanto por COVID-19 como por los trastornos de salud mental. La Guía de intervención humanitaria mhGAP proporciona orientación clínica para abordar los trastornos de salud mental prioritarios y ha sido pensada para abordar las condiciones de salud mental prioritarias en situaciones humanitarias y se dirige a trabajadores de salud en general.
Líderes de un equipo o gerentes de un establecimiento de salud
- Mantener una buena salud mental y lidiar con el estrés del personal durante la respuesta ayudará a que estén mejor preparados para cumplir sus funciones. Tenga en cuenta que esta situación no va a desaparecer de la noche a la mañana y que debe enfocarse en la capacidad ocupacional a largo plazo en lugar de las respuestas reiteradas a crisis a corto plazo.
- Asegúrese de mantener una comunicación de buena calidad y de brindar actualizaciones precisas de la información a todo el personal. Haga que el personal rote entre las funciones que crean un nivel alto de estrés y las que causan menos estrés. Haga que los trabajadores sin experiencia trabajen de cerca con sus colegas más experimentados. Los compañeros ayudan a brindar apoyo, vigilar el estrés y reforzar los procedimientos de seguridad. Inicie, promueva y compruebe los descansos en el trabajo. Establezca horarios flexibles para los trabajadores que estén directamente afectados o que tengan familiares afectados. Asegúrese de brindar tiempo para que los colegas se den apoyo social entre ellos, si es recomendable, de manera virtual.
- Si usted es líder de un equipo o gerente de un establecimiento de salud, identifique los medios adecuados para brindar servicios psicosociales y de apoyo para la salud mental, aprovechando las modalidades virtuales; además, asegúrese de que el personal sepa que estos servicios están a su disposición. Los gerentes y los líderes de los equipos también están expuestos a condiciones estresantes similares a las de su personal y, posiblemente, a una mayor presión debido al nivel de responsabilidad de su cargo. Es importante que se hayan adoptado las disposiciones y estrategias anteriores tanto para los trabajadores como para los gerentes, y que estos puedan demostrar estrategias de autocuidado para mitigar el estrés, que puedan servir de ejemplo a los demás.
- Brinde orientación a las personas que prestan el primer nivel de respuesta, como enfermeras, conductores de ambulancias, voluntarios, personas que detectan los casos, maestros y líderes comunitarios, así como a los trabajadores de los sitios de cuarentena, acerca de la manera de prestar apoyo emocional y práctico básico a las personas afectadas, por medio de orientación como la primera ayuda psicológica.
- Identifique y gestione las necesidades urgentes de salud mental y neurológica (por ejemplo, confusión, psicosis, ansiedad grave o depresión) en los establecimientos de atención de emergencia o atención de salud general. Considere implementar de forma virtual acciones de salud mental, así como capacitaciones al personal de salud general para que pueda brindar intervenciones básicas de apoyo psicosocial y en salud mental (véase la Guía de intervención humanitaria mhGAP).
- Asegúrese de que se disponga de medicamentos psicotrópicos genéricos esenciales para las personas que lo necesiten. Las personas que tienen trastornos crónicos de salud mental o ataques epilépticos necesitarán acceso ininterrumpido a su medicación, y se debe evitar la discontinuación repentina.
Para quienes tienen niños bajo su cuidado
- Ayude a los niños a encontrar maneras positivas de expresar sus sentimientos, como el temor y la tristeza. Cada niño tiene su propia manera de expresar sus emociones. Algunas veces, la participación en una actividad creativa, como jugar y dibujar, puede facilitar este proceso. Los niños se sienten aliviados si pueden expresar y comunicar sus sentimientos en un entorno seguro y de apoyo.
- Mantenga a los niños cerca de sus padres y la familia, si se considera que esto es seguro y, en lo posible, evite separarlos de las personas con las que viven. Si es necesario separar a un niño de su cuidador principal, asegúrese de que haya un cuidado y seguimiento alternativo adecuado. Además, compruebe que durante los períodos de separación se mantenga el contacto regular con padres, cuidadores y otros niños, por ejemplo, por medio de llamadas telefónicas o de video u otra comunicación adecuada para la edad (por ejemplo, uso de las redes sociales según la edad del niño), que podrían hacerse dos veces al día.
- En la medida de lo posible, mantenga las rutinas familiares en la vida cotidiana o cree nuevas rutinas, en especial si los niños tienen que permanecer en la casa. Organice actividades interesantes y apropiadas para la edad, incluidas las actividades de aprendizaje. De ser posible, aliente a los niños a que sigan jugando y socializando con otros, aunque solo sea dentro de la familia cuando se haya recomendado limitar el contacto social.
- Durante las épocas de crisis y estrés, es común que los niños muestren más necesidad de estar cerca de sus padres y de recibir más atención. Hable sobre COVID-19 con los niños y apóyese en información franca y adecuada para la edad. Si sus hijos tienen preocupaciones, abordarlas juntos podría disminuir la ansiedad. Los niños observarán los comportamientos y las emociones de los adultos para buscar señales que les indiquen cómo manejar sus propias emociones en los momentos difíciles.
Para adultos mayores, cuidadores y personas con trastornos de salud subyacentes
- Las personas mayores, en especial si están aisladas y tienen algún deterioro cognitivo o demencia, pueden volverse más ansiosas, enojadas, estresadas, agitadas y retraídas durante el brote o mientras están en cuarentena. Suministre apoyo práctico y emocional por parte de familiares, cuidadores y profesionales de la salud.
- Transmita datos sencillos acerca de lo que está pasando y suministre información clara sobre la manera de reducir el riesgo de infección, en palabras que las personas con o sin deterioro cognitivo puedan entender. Repita la información cada vez que sea necesario. Las instrucciones deben comunicarse de manera clara, concisa, respetuosa y paciente; es posible que también resulte útil transmitir información por escrito o por medio de imágenes. Haga que la familia y otras redes de apoyo participen en aportar información y ayúdeles a practicar las medidas preventivas (por ejemplo, lavado de las manos, etc.).
- Si usted tiene una afección de salud subyacente, asegúrese de tener acceso a todos los medicamentos que esté usando actualmente. Active sus contactos sociales para que, de ser necesario, le brinden asistencia.
- Esté preparado y sepa de antemano dónde y cómo obtener ayuda práctica si la necesita, como la manera de llamar a un taxi, recibir comida o solicitar atención médica. Asegúrese de tener al menos dos semanas de toda la medicación regular que pueda necesitar.
- Aprenda ejercicios físicos simples que pueda realizar a diario en su casa, en cuarentena o en aislamiento para mantener la movilidad y reducir el aburrimiento.
- Mantenga la rutina y los horarios habituales en la medida de lo posible o ayude a crear nuevas rutinas u horarios, incluido el ejercicio regular, la limpieza y las tareas domésticas diarias, y otras actividades como cantar y bailar. Mantenga contacto regular con sus seres queridos (por ejemplo, por teléfono o de otra manera).
Personas en aislamiento o cuarentena
- Siga conectado y mantenga sus redes de relaciones sociales. Incluso en las situaciones de aislamiento, trate en lo posible de mantener sus rutinas personales diarias o cree otras nuevas. Si las autoridades de salud han recomendado limitar su contacto físico social para controlar el brote, puede seguir conectado por medio del correo electrónico, las redes sociales, videoconferencias y teléfono.
- En los períodos de estrés, preste atención a sus propias necesidades y sentimientos. Ocúpese de actividades saludables que le gusten y que encuentre relajantes. Haga ejercicio regularmente, mantenga sus rutinas habituales de sueño y consuma alimentos saludables. Las instituciones de salud pública y los expertos de todos los países están trabajando en torno al brote para asegurar que todas las personas afectadas dispongan de la mejor atención posible.
- Un flujo casi constante de noticias acerca de un brote puede llevar a que una persona se sienta ansiosa o angustiada. Busque actualizaciones de la información y orientación práctica a ciertas horas del día, procedente de profesionales de la salud y del sitio web de la OMS; además, trate de no escuchar ni de dar seguimiento a los rumores que le hagan sentir incómodo.
Manténgase informado:
Encuentre la información más reciente de la OMS sobre dónde se está transmitiendo la COVID19 [en inglés]:
https://www.who.int/emergencies/diseases/novel-coronavirus-2019/situation-reports/
Consejos y guías de la OMS sobre la COVID-19 [en inglés]:
https://www.who.int/es/emergencies/diseases/novel-coronavirus-2019
Consejos y guías de la OPS sobre la COVID-19 https://www.paho.org/es/temas/coronavirus/enfermedad-por-coronavirus-covid-19
Cómo abordar el estigma social [en inglés]:
Nota informativa del IASC sobre el abordaje de la salud mental y otros aspectos psicológicos de la COVID-19 [en inglés]:
Fuente: Organización Panamericana de la Salud / Organización Mundial de la Salud
Publicado: mar 22nd, 2020. En: Actualidades
Queridos colegas: El mundo se enfrenta a una pandemia que cobra miles de vidas humanas diariamente. Nuestro país no escapa a sus estragos. Aun cuando contamos con la inobjetable fortaleza en que se constituyen nuestro sistema nacional de salud y la materialización de los principios que les dan vida, hay efectos reales en nuestra población, que se evidencian en temores, incertidumbres, elevados estados de tensión y por otro lado de manera paradójica, en una pobre percepción del riesgo, ausencia de los criterios de amenaza real y la subvaloración del ente patológico que azota ya a cientos de países.
Nuestro gobierno, sus más altos cargos, junto al MINSAP y sus profesionales, libran una importante batalla para preservar a Cuba de los efectos devastadores del COVID-19. Es épica la actuación de nuestros médicos, enfermeros, tecnólogos y estudiantes en la atención a los enfermos confirmados y de los cientos de sospechosos que se incrementan de manera preocupante.
Somos los psicólogos de la salud los especialistas que mejor preparados estamos parta lidiar con los efectos del estrés agudo que tal situación genera. Es por ello que les convoco desde la aparte que nos toca a trabajar junto a nuestro ministerio, las direcciones provinciales de salud y los gobiernos provinciales y municipales, en todo lo necesario que permita brindar apoyo psicológico a pacientes, familiares, a profundizar en la elevación de la percepción del riesgo, empleando todos los recursos que en el plano de la comunicación y la modificación de actitudes y conductas que nuestra ciencia y profesión brindan.
Trabajar en la atención psicológica a los profesionales que atienden directamente a los enfermos, legitimando y regulando sus emociones y tensiones e identificar tempranamente, síntomas de posible fatiga emocional. Evitar que el pánico se apodere de los enfermos, familiares, población y personal asistencial. Como pueden observar, no estamos pidiendo nada que no podamos realizar, tan solo significo lo que debemos hacer.
Espero que estas reflexiones, que se originan en la creación colectiva, puedan servir de guía a nuestra actuación, y se constituyan en motivo de orgullo humano y patrio. Una última cosa. Les exhorto a cuidarse a cuidarse y cuidar a sus familiares y a trabajar con amor infinito por los hermanos necesitados
Reciban un fuerte y sincero abrazo.
Prof. Dr. Alberto E. Cobián Mena
Presidente de la SCPS
27 de marzo de 2020
Fuente: SCPS
Publicado: mar 21st, 2020. En: Actualidades
El Grupo Nacional de Psicología ha elaborado, en coordinación con representantes de la Sociedad Cubana de Psicología de la Salud, una propuesta de acciones con el propósito de brindar apoyo psicológico a toda la población y a los grupos de riesgo, en consecuencia con lo expresado en el documento enviado al Ministerio de Salud Pública donde se manifiesta la disposición de los psicólogos cubanos a ayudar en la contienda contra el COVID 19, tanto en la población general, como en grupos de riesgo y trabajadores de la salud, siempre dentro de las indicaciones de nuestro Ministerio con fines preventivos.
- Identificar las vías posibles (telefónica, por correo electrónico o presenciales, cara a cara, si fuese imprescindible) para que los profesionales de la salud que se encuentran vinculados a la atención directa a enfermos en los centros de hospitalización designados, reciban apoyo psicológico para disminuir signos de fatiga emocional y desgaste.
- Los psicólogos de los centros de APS, policlínicos y centros comunitarios de salud mental deben brindar apoyo psicológico a los familiares de los profesionales de la salud que se encuentran en la atención directa a los enfermos.
- Brindar la posibilidad de apoyo psicológico a las personas que están en centros de aislamiento.
- Los psicólogos de la salud deberán, y de hecho en muchos territorios, provincias y municipios así lo están haciendo, utilizar las redes sociales para comunicar mensajes de apoyo psicológico y brindar ayuda a través de la vía telefónica y el correo electrónico.
A continuación, se proponen mensajes cortos para ser utilizados en diferentes formas de comunicación social:
- Evitar la sobre-información. Solo atender a fuentes confiables y oficiales no más de 3 veces al día.
- Identificar y reconocer las emociones negativas que puedan presentarse. Es normal sentir miedo, ansiedad y frustración. Reconocerlo es el primer paso para ejercer control sobre ellas.
- No permita que el día le sorprenda sin tener un plan de actividades o rutinas para hacer en casa. Haga su plan.
- Ocupe su tiempo en actividades y tareas aplazadas durante mucho tiempo. Aproveche esta oportunidad que ha lamentado antes no tener. Ocuparse ayuda a preocuparse menos.
- Dormir bien, comer sano y realizar ejercicios contribuye a mantener su mente sana.
- Busque maneras divertidas de ocupar su tiempo en casa: juegue, lea, dibuje, disfrute de una comedia, converse de asuntos agradables.
- Responsabilidad es hacerse cargo de nuestros propios actos, entraña seriedad, compromiso y sentido del deber. Seamos responsables ante el COVID 19.
- Qué podremos enseñar a nuestros niños en esta situación de epidemia? Sólo medidas de protección e higiene personal? No!!! Este es el momento de mostrar el valor de la solidaridad, de la unidad familiar, de la confianza y el optimismo para ser resilientes. Aprovechemos esta oportunidad.
A continuación, se proponen mensajes más largos y elaborados para ser utilizados en otras formas de comunicación social, más masivas y que podrán adecuarse según la vía que se utilice:
Qué es la COVID 19 y cómo puede prevenirse?
La enfermedad COVID-19 es de naturaleza viral, altamente contagiosa, y seguirá afectando por algún tiempo a la población de muchos países, en numerosos lugares del mundo. Pero las personas pueden contribuir a reducir los riesgos a nivel individual, familiar, comunitario y social. Para ello hay que cumplir las medidas que se orientan: aislamiento o distanciamiento social, no estornudar ni toser arriba de otra persona sino tapándose con el codo del brazo o con una servilleta que deberá desecharse y con un buen y continuado lavado de manos con agua y jabón y usando el hipoclorito de socio o algún gel desinfectante que contenga alcohol.
Quiénes son los afectados por COVID-19 y cómo tratar con ellos?
El coronavirus puede adquirirlo cualquier persona. No se asocia con ningún grupo étnico ni nacionalidad, ni tiene en cuenta otras diferencias. Debe demostrarse empatía hacia todas las personas afectadas, son personas que no han hecho nada malo, no tienen culpa y merecen apoyo, compasión y amabilidad. No debemos discriminarlas. En el trato coloquial con ellos no debemos referirnos de manera despersonalizada a “casos con COVID-19” o “víctimas de la enfermedad” o, peor aún “el caso de la cama 16”. Se trata de “personas que tienen COVID-19”, “personas que están en tratamiento para COVID-19”, “personas que se están recuperando de COVID-19” y que, una vez superada la enfermedad, seguirán adelante con su vida, su trabajo, su familia y sus seres queridos. Afortunadamente, la mayor parte de estas personas se recuperan. Es importante no identificar a las personas por la tenencia de la enfermedad para reducir la estigmatización y la discriminación que puedan sufrir. También es necesario no esconder los síntomas ni enfermedades crónicas precedentes, que pueden llegar a complicar la infección, los profesionales de la salud deben estar al tanto de ellas.
Cómo disminuir el estrés que ha causado esta enfermedad?
Hay que minimizar el tiempo que dedica a mirar, leer o escuchar noticias que le causen ansiedad o angustia, buscar información únicamente de fuentes confiables y principalmente sobre medidas prácticas que le ayuden a hacer planes de protección para cada persona y sus seres queridos. Es recomendable buscar la información una o dos veces al día, a horas específicas. El flujo repentino y casi constante de noticias acerca de un brote epidémico puede hacer que cualquiera se sienta preocupado. Infórmese sobre lo que en realidad está sucediendo, sin escuchar los rumores, las falsas noticias y la información errónea. Recopilar información a intervalos regulares de fuentes confiables puede ayudar a distinguir los hechos de los rumores. Conocer las informaciones confiables minimiza el miedo. Escuchar constantemente noticias acerca de un brote puede llevar a que una persona se sienta ansiosa o angustiada. No se trata de que no se mantenga informado, sino que ponga límites a la información que desborda las emociones negativas.
Como ayudar a personas en aislamiento?
Estas personas deben seguir conectados a sus redes de relaciones sociales usando modalidades adecuadas y que le protejan, mantener sus rutinas personales diarias o crear otras nuevas. Ante situaciones o períodos de estrés intenso, debe prestarse atención a sus propias necesidades y sentimientos, sin evadirlas o avergonzarse por ello. Priorizar ocupaciones saludables que le gusten y que encuentre relajantes: ejercicios físicos regulares, mantener ritmos habituales de sueño, consumir alimentos saludables. Y tratar de pedir o recibir apoyo o atención más especializada, cuando resulte pertinente.
Como mantener relaciones sociales en tiempos de distanciamiento?
Al protegerse a sí mismo cada persona brinda apoyo a otras personas y esto es beneficioso para todos, para quien ofrece el apoyo y para quien lo recibe. Llamar por teléfono a sus vecinos o a las personas cercanas o de su comunidad que puedan necesitar asistencia adicional es útil. Se recomienda buscar vías alternativas, a distancia, para comunicarse por correo electrónico o por las redes sociales. Trabajar juntos, con unidad y solidaridad puede ayudar a combatir el COVID-19. Hay que buscar oportunidades de amplificar las historias e imágenes positivas y alentadoras de personas que tuvieron COVID-19 y se recuperaron. Y reconocer la importancia de las personas que cuidan a otros y de los trabajadores de salud que se están ocupando de las personas con COVID-19, agradeciendo asimismo el papel que desempeñan para salvar vidas y mantener seguros a sus seres queridos.
Cómo cuidar a los trabajadores de la salud
En el caso de los trabajadores de salud, sentirse bajo presión es una experiencia normal en la situación actual. El estrés y las emociones que lo acompañan no son reflejo, de ninguna manera, de que ellos no puedan hacer su trabajo o de que sean débiles. Atender la salud mental y el bienestar psicosocial de los trabajadores de la salud en estos momentos es tan importante como cuidar su salud física y corresponde a todos, a sus jefes y directivos, a sus compañeros de labor, a todas las personas de la comunidad que reciben sus servicios y, por supuesto, a ellos mismos, que deben cuidarse mucho para evitar la fatiga física y emocional y el desgaste por su trabajo.
Es conveniente implementar estrategias útiles, como descansar y hacer pausas durante el trabajo o entre turnos, alimentarse saludablemente y en cantidad suficiente, realizar actividad física, y mantenerse en contacto con la familia y los amigos. No deben adoptarse estrategias inadecuadas como el consumo de tabaco, alcohol y otros medicamentos, que a largo plazo pueden empeorar el bienestar físico y mental. Atender a personas enfermas o sospechosas de COVID 19 es una situación única y sin precedentes para muchos, en especial si nunca antes habían participado en respuestas similares. Las modalidades que en otras ocasiones han ayudado a manejar el estrés pueden ser útiles en este momento. Hay que tener en cuenta que esta no es una carrera de velocidad, sino de resistencia, a largo plazo.
Debe mantenerse la comunicación con los seres queridos, aun cuando ellos eviten tenerlos presencialmente cerca debido al riesgo, al estigma o al temor. Pueden resultar útiles los medios digitales (correos, mensajes por móvil, llamadas) que ofrecen una buena forma de mantener el contacto. No hay que dudar en recurrir a los jefes, a los compañeros o, si resulta necesario, al psicólogo, al trabajador social o un especialista en salud mental, para buscar y recibir apoyo. Este apoyo social debe vincularse a los recursos disponibles. Al brindar apoyo a los trabajadores de la salud hay que identificar convenientemente cuál es el apoyo que se necesita y está buscando: apoyo informacional, instrumental con soluciones prácticas o apoyo emocional…
Si se está atendiendo a personas con discapacidades intelectuales, cognitivas o psicosociales, deben buscarse formas de intercambiar mensajes que sean apropiadas, no dependiendo exclusivamente de la información escrita.
Cómo ayudar a los directivos y jefes de los trabajadores de la salud?
Todos deben mantener una buena salud mental y lidiar con el estrés del personal que atiende personas sospechosas o confirmadas con COVID-19. Esto ayudará a que estén todos mejor preparados para cumplir sus funciones, manteniendo la capacidad funcional a largo plazo sin centrarse en respuestas ante crisis a corto plazo. La comunicación de todos debe ser apropiada, los directivos deben brindar actualizaciones precisas de información a todo el personal. Si es posible, debe intentar rotarse a los trabajadores ante tareas que crean un alto nivel de estrés y las que causan menos estrés. Los trabajadores de menor experiencia deben trabajar cerca de sus colegas más experimentados, velando por los procedimientos de seguridad. Deben promoverse pausas o breves descansos en el trabajo, estableciendo horarios flexibles para los trabajadores. Y favorecer el tiempo para que los colegas se den apoyo social entre ellos, si es posible, de manera virtual, sin abrazos ni besos. Los jefes y directivos también están expuestos a condiciones estresantes similares a la de su personal, y posiblemente, a una mayor presión por el nivel de responsabilidad a su cargo. El estrés, como el COVID 19, puede afectar a todos, sin distinguir cargos ni responsabilidades ni niveles de autoridad, no debe dudarse en buscar apoyo o en adoptarse estrategias de auto-cuidado que puedan servir de ejemplo a los demás.
Es importante considerar a todas las personas que prestan respuesta en la batalla contra el COVID 19, no solo los médicos, sino las enfermeras y otros profesionales de la salud, los conductores de ambulancias, los policías, los compañeros de mantenimiento de equipos de laboratorio, los asistentes sociales y de limpieza, los voluntarios y los estudiantes que realizan pesquisas, los líderes comunitarios. Los aplausos a una hora determinada, que se van haciendo tradicionales, constituyen una forma adecuada de expresar el agradecimiento a estos trabajadores por la actividad que realizan.
En los asilos y establecimientos hospitalarios o de cuidado a personas con problemas de salud mental y neurológica, debe tenerse en cuenta que puede haber trastornos psicóticos, confusión, ansiedad y depresión considerable, el personal por tanto deberá estar capacitado para brindar intervenciones básicas de apoyo ante estas circunstancias, velando porque no se interrumpa o discontinúen los trabamientos que estaban recibiendo.
Cómo atender a quienes tienen niños a su cuidado?
Debe ayudarse a los niños a encontrar maneras positivas de expresar emociones, como temor y tristeza. Actividades como jugar y dibujar no solo pueden ser distractoras sino que pueden disminuir su estrés si ellos encuentran canales de expresión de sus emociones negativas en un entorno seguro y de apoyo.
Los niños deben mantenerse cerca de sus padres y la familia, si se considera que esto es seguro y, en lo posible, evitar separarlos de las personas con las que viven. Si es necesario separar a un niño de su cuidador principal, hay que asegurarse de que haya un cuidado y seguimiento alternativo adecuado, con apoyo afectivo, tratando de mantener durante el período de separación, contacto regular en determinadas horas del día con sus padres y otros niños a través de llamadas telefónicas, videos u otras formas virtuales de comunicación. En la medida de lo posible, deben mantenerse las rutinas familiares en la vida cotidiana o crear nuevas rutinas, en especial si los niños tienen que permanecer en la casa, organizando actividades interesantes y apropiadas para la edad, incluidas las de aprendizaje. Al limitar el contacto social, debe alentarse a los niños a que sigan jugando y socializando con otros, aunque sea dentro de la familia o por modalidades virtuales.
Con ellos debe hablarse del COVID 19 en información franca y adecuada para la edad. Si los hijos tienen preocupaciones, abordarlas juntos podría disminuir la ansiedad. Debe tenerse en cuenta que los niños observan los comportamientos y expresiones emocionales de los adultos para buscar señales que les indiquen cómo manejar sus propias emociones en momentos difíciles. Por tanto, las acciones de cuidar a los niños deben hacerse con naturalidad, franqueza y transparencia, a la vez que se cuidan los propios padres y cuidadores alternativos del propio estrés que puede generar la atención a los niños. Ellos no deben hacer una excepción en su auto-cuidado psicosocial.
Cómo atender a adultos mayores, cuidadores y personas con trastornos de salud subyacentes?
Las personas mayores, en especial si están aisladas y tienen algún deterioro cognitivo o demencia, pueden volverse más ansiosas, enojadas, estresadas, agitadas y retraídas durante el brote o mientras están en cuarentena. Deben recibir apoyo práctico y emocional por parte de familiares, cuidadores y profesionales de la salud. Hay que transmitir datos sencillos acerca de la epidemia, suministrando información clara y concisa, de forma respetuosa y con paciencia, estimulando conductas protectoras para reducir el riesgo de contagio. Esta información debe repetirse cada vez que sea necesario, no debe olvidarse que los adultos mayores o personas con discapacidades pueden tener fallos en su memoria. Si es necesario, debe transmitirse información adicional por escrito o por medio de imágenes. Estimule a que otros miembros de la familia y otras redes de apoyo participen en aportar información a estas personas, ayudándoles a practicar medidas preventivas, como el lavado de manos. Practicar simples ejercicios físicos que puedan realizarse en casa o durante el aislamiento, puede mantener la capacidad funcional, reducir el aburrimiento y disminuir el estrés. No debe evitarse que mantengan contacto regular con otros seres queridos no presentes usando vías alternativas (teléfono, etc.).
Las acciones propuestas deben adaptarse a cada territorio, provincia, municipio e institución y no entran en contradicción con medidas creativas locales que se estén ejecutando o planeando, siempre que persigan los mismos fines y se mantengan las orientaciones e indicaciones de nuestro Ministerio.
Publicado: mar 20th, 2020. En: Actualidades
El mundo enfrenta hoy una grave situación de salud, con la extensión del COVID 19 a más de 160 países. La complejidad del control por la forma de propagación del virus pone a prueba la efectividad de las organizaciones e instituciones encargadas de implementar las medidas para la prevención y atención a enfermos de lo que ya es considerado por la Organización Mundial de la Salud, como una pandemia.
Ante tanta incertidumbre y angustia que vive la población, se asocian también las implicaciones que para muchos se derivan de las necesarias medidas de restricciones de las actividades cotidianas, trabajo, estudio, de la disminución de los contactos sociales.
Sin embargo, son estos momentos para estar unidos, para que el apoyo y la solidaridad llegue a todos. Si la cercanía física nos pone en peligro, la cercanía emocional y humana nos puede salvar.
Por tal motivo queremos desde la Asociación Latinoamericana de Psicología de la salud (ALAPSA), hacer un llamado a todos los psicólogos latinoamericanos y de cualquier parte del mundo, a utilizar nuestras herramientas para favorecer la conducta responsable, a través de las redes sociales y todas las vías posibles que ofrecen las tecnologías de la información y la comunicación. Contribuir con el cumplimiento de las medidas orientadas por la OMS y los gobiernos y autoridades de salud, socializando la información, aportando el enfoque psicosocial en los mensajes de salud, en las estrategias de prevención, evitando actitudes alarmistas, que lejos de motivar a la adopción de un comportamiento responsable, paraliza y desorganiza.
No demos lugar a la desesperanza ni al egoísmo. Potenciar los más altos valores humanos, será el mejor antídoto para este mal y para lograr el éxito de la ciencia y de la conciencia.
Olga Esther Infante Pedreira
Presidenta de la Asociación Latinoamericana de Psicología de la Salud
Publicado: mar 19th, 2020. En: Actualidades
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