28/11/2009
La Clínica Universidad de Navarra ha iniciado un ensayo clínico para valorar la eficacia de un tratamiento de inmunoterapia que consiste en la aplicación de vacunas personalizadas, producidas con células sanas y tumorales del propio paciente, dirigido a tratar glioblastomas, uno de los tumores cerebrales malignos “más agresivos y frecuentes”. La nueva terapia es combinada con el tratamiento estándar para tratar esta clase de tumores que consiste en la extirpación quirúrgica del tumor seguida de la administración de radioterapia y quimioterapia con temozolomida, según explicó en rueda de prensa uno de los especialistas encargados del estudio José Javier Aristu. Este nuevo tratamiento está dirigido a pacientes recién diagnosticados de glioblastoma o con sospecha de sufrirlo. El médico especializado en Oncología Radioterápica destacó que la Clínica Universidad de Navarra es actualmente el único centro español que realiza un estudio de estas características para el que ha recibido autorización de la Agencia del Medicamento del Ministerio de Sanidad. Según manifestó, a nivel mundial menos de 200 pacientes han sido tratados con estas vacunas, que tienen como objetivo “enseñar a los linfocitos a lucha contra los restos del tumor”. El neurocirujano Ricardo Díez Valle comentó que glioblastoma es un tipo de tumor cerebral “muy maligno” que “crece muy rápido”, y se detecta con “claridad”. Este tumor presenta una incidencia aproximada de 6 casos por cada 100 mil habitantes al año, lo que significa que en España al año hay más de 2400 nuevos afectados. Los especialistas encargados del ensayo destacaron que en la actualidad no existe un tratamiento eficaz para esta clase de tumores cerebrales, por lo que se convierte “en uno de los diez tumores causantes de mayor número de muertes al año”. Los pacientes que tienen un glioblastoma y han sido tratados mediante el procedimiento estándar presentan una media de supervivencia entre 12 y 15 meses. Sin embargo, sostuvieron, en alguno de los escasos estudios efectuados en el mundo, en los casos tratados con inmunoterapia “la media de supervivencia supera los 30 meses”. Así, defendieron que el sistema inmunológico de cada persona es “capaz de reconocer y destruir células tumorales”. El nuevo tratamiento que se ensaya actualmente intenta que las células dentríticas del propio paciente, que son las encargadas de dirigir y coordinar la inmunidad del organismo, “sean cargadas con parte del tumor extirpado” para que “activen a las células del sistema inmune y dirijan las defensas del organismo contra los restos de tumor en el momento en que las células tumorales son más escasas, es decir, tras la extirpación del tumor y la aplicación de radio-quimioterapia”. El objetivo es que, una vez extirpado el tumor, la vacuna elimine la masa tumoral restante, como máximo de un centímetro cúbico, y que el sistema inmunológico ataque a las células tumorales que se han dispersado en el cerebro y que podrían provocar recidivas, ya que, según precisaron los facultativos, “aproximadamente un 90% de los glioblastomas se reproducen una vez extirpada la masa tumoral, lo que precisa el desarrollo de nuevas estrategias complementarias a las tradicionales de quimio y radioterapia”. El ensayo se realizará a un total de 37 pacientes, de los cuales uno de ellos será operado quirúrgicamente el próximo viernes para extirparle el tumor. La Clínica Universidad de Navarra ha comenzado a aplicar ya esta vacuna a cinco pacientes. Los resultados del ensayo, explicaron los especialistas, se conocerán en un año y medio o dos años cuando previsiblemente se conocerán datos preliminares al ser tumores que se reproducen con facilidad. En total, por cada paciente se prevé la producción de unas doce vacunas celulares personalizadas elaboradas en el Laboratorio de Terapia Celular. Durante el tiempo que se prolongue el tratamiento, las vacunas se conservan congeladas en el propio laboratorio. El tratamiento habitual de estos tumores comprende la extirpación por cirugía, seguida de un tratamiento de radioterapia combinada con quimioterapia de cinco semanas de duración y a continuación entre seis y doce ciclos de quimioterapia (administrados cada cuatro semanas). Las vacunas celulares se administran por vía intradérmica simultáneamente con estos tratamientos, al principio una vez al mes, después cada dos meses y las últimas dosis, cada tres meses. Los especialistas aseguraron que se trata de un tratamiento seguro y destacaron que en los pocos pacientes tratados con esta vacuna no se ha registrado ninguna complicación grave. Según manifestaron, es un tratamiento con muy poco riesgo que tiene ventajas respecto a la otra línea que se investiga para tratar los tumores, la quimioterapia. Fuente: Pamplona, noviembre 25/2009 (Europa Press) |
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