Cuando los pulmones fallan a causa de patologías como la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica, (EPOC), enfermedad causada por el tabaquismo o por respirar aire contaminado, existen escasas posibilidades terapéuticas salvo un trasplante. La página web de la OMS afirma que la EPOC afecta a 65 millones de personas en todo el mundo, de las cuales 3 millones mueren cada año, 18.000 de ellas en España. Por otra parte, la demanda de pulmones es mucho mayor que la cantidad disponible. Según datos de la Clínica Universitaria de Navarra, numerosos pacientes en lista de espera fallecen antes de poder recibir un trasplante.
¿Pulmones Bio-artificiales?
Científicos del Hospital General de Massachusetts (Boston, EE.UU) están experimentando con la posibilidad de crear pulmones “bio-artificiales”. Planean “insertar” células madre en una estructura de soporte o “andamio” hecho de proteínas, haciendo a continuación que estas células se diferencien en los diversos tipos de células que componen un pulmón, reconstruyendo así tejido funcional. Otra posibilidad sería usar como estructura de soporte el pulmón de un donante, despojándolo células y material genético para a continuación “insertar” células madre del receptor del trasplante. En la actualidad, están elaborando un protocolo para extraer las células de pulmones donados que no pueden ser empleados en un trasplante directo.
Los pulmones bio-artificiales ofrecen una gran ventaja. Al ser construidos a base de las células madre del propio paciente, las posibilidades de rechazo son, en teoría, mucho menores que cuando se implanta un pulmón procedente de otra persona, con lo que el paciente trasplantando no deberá tomar de por vida fármacos inmunodepresores contra el rechazo que incrementan el riesgo de padecer cáncer y otras patologías.
Los investigadores del Hospital General de Massachusetts han creado pulmones bio-artificiales funcionales e insertarlos con éxito en ratones de laboratorio vivos: el siguiente paso, será probar con pulmones humanos. No obstante, advierten los científicos, todavía quedan muchos problemas por resolver, y probablemente aún faltan dos décadas para que podamos crear pulmones bio-artificiales en laboratorio.
Pulmones artificiales y tecnología de Micro fluidos.
Durante los diez últimos años, se ha estado empleando en Europa y en otros países un “pulmón artificial” denominado interventional Lung Assist (iLA). Este aparato extrae sangre del muslo de un paciente, la oxigena y la vuelve a inyectar en la arteria femoral. Este sistema puede sustituir la función del pulmón durante un período máximo de un mes, y se ha estado empleando como solución provisional en casos graves en espera de un trasplante de pulmón. Algunos expertos están comenzando a plantearse si no podría emplearse esta tecnología en fases más tempranas de la enfermedad o incluso para crear un “pulmón artificial” portátil.
En la práctica clínica actual, las crisis de insuficiencia respiratoria son tratadas por medio de máscaras de oxígeno o aparatos de ventilación mecánica: una persona que padece EPOC moderada o grave suele tener de tres a seis crisis respiratorias al año. La ventilación mecánica requiere entubar a los pacientes y tiene efectos secundarios, mientras que emplear algún tipo de “pulmón artificial” permitiría a los pulmones originales recuperarse y sanar en lugar de “ser forzados” a funcionar por medio de la ventilación mecánica. No obstante, otros científicos apuntan a que los sistemas de oxigenación de la sangre también tienen problemas: tendencia a atascarse cuando la sangre entra y sale del aparato, posibilidad de formación de trombo embolismos, entre otros. Para solucionar este problema, plantean la posibilidad de mejorar el diseño original recurriendo a la ciencia de los volúmenes muy pequeños: la ciencia de micro fluidos.
El empleo de la tecnología de micro fluidos mejoraría la eficacia del mecanismo de oxigenación de la sangre, lo que permitiría reducir su tamaño y funcionar a partir de aire normal, no de oxígeno (el iLA empleado hasta ahora necesita un tanque de oxígeno puro). Ya se ha diseñado un prototipo que procesa con aire normal, aunque para que sea funcional deberá avanzarse en su miniaturización para llegar algún día a permitir a un paciente de EPOC poder realizar una vida normal.
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