mitocondria

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En la fecundación, el óvulo y el espermatozoide aportan sus núcleos en igualdad de condiciones, pero el resto del material lo pone sólo el óvulo. Como las mitocondrias están fuera del núcleo y tienen ADN, hay una parte del genoma que sólo se transmite por vía materna. Sus mutaciones, que causan 150 enfermedades hereditarias incurables, podrán limpiarse de los óvulos si la técnica presentada hoy en monos puede extrapolarse a nuestra especie. Sería la primera vez que se cambia un lote completo de genes (todos los que forman el ADN mitocondrial) con el resultado de evitar patologías.

Las mutaciones del ADN mitocondrial se asocian al cáncer y el parkinson

Las pruebas en mujeres pueden tener más trabas legales que técnicas

El método consiste en tomar el núcleo del óvulo enfermo y transferirlo a un óvulo sano del que, previamente, se ha eliminado su propio núcleo. Este paso es parecido al comienzo de un proceso de llamada clonación terapéutica, pero no conceptualmente: el resultado no es un embrión, sino un óvulo que debe ser fecundado para ser viable, como en cualquier fertilización in vitro. De aplicarse a humanos, el óvulo sano provendría de una donante. Y también el ADN mitocondrial.

En el experimento con macacos rhesus, los óvulos de una hembra portadora de la enfermedad mitocondrial recibieron el tratamiento de limpieza, fueron fecundados in vitro e implantados de forma convencional, y han dado lugar a cuatro monitos. Dos de ellos son gemelos -Mito y Tracker-, y todos están libres de la enfermedad de su madre. Shoukhrat Mitalipov y sus colegas del Centro Nacional de Investigación con Primates y la Universidad de Beaverton, ambos en Oregón, presentan hoy el trabajo en Nature.

“La investigación reciente indica que las afecciones mitocondriales están implicadas en mayor o menor medida en muchas enfermedades humanas”, dice Duane Alexander, director del Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo (NICHD), que ha financiado el estudio. Las mutaciones en el ADN mitocondrial se han asociado a formas de diabetes, cáncer, infertilidad y enfermedades neurológicas como el párkinson y el Huntington.

Las mitocondrias son una parte esencial de todas las células animales. Son verdaderas plantas energéticas donde los nutrientes se queman (se combinan con el oxígeno) para generar energía química útil para toda la célula. Provienen de antiguas bacterias, y por eso tienen su propio ADN: el antiguo genoma bacteriano.

Cada célula tiene un millar de mitocondrias, y cada mitocondria tiene hasta 10 copias de su ADN. Ésta es la razón de que el ADN mitocondrial domine la genética forense: que hay 10.000 copias por cada una del genoma nuclear, y por tanto es mucho más fácil leerlo en muestras deterioradas.

La estimación actual es que las mutaciones del ADN mitocondrial afectan a una de cada 3.500-6.000 personas. No hay tratamientos para las 150 enfermedades asociadas a ellas. Hay pruebas de detección que pueden usarse en diagnóstico preimplantacional -esto es, para descartar parte de los embriones de una fecundación in vitro-, pero incluso así el riesgo genético es difícil de predecir.

Pero la aplicación de la técnica a mujeres no es inmediata, y los obstáculos pueden ser más legales que técnicos. Probar la seguridad del método en humanos implica crear embriones sólo para investigar, algo que está expresamente prohibido por la ley de reproducción asistida española. Salvo que, usando la terminología de la legislación, se los considere “preembriones” -que es el truco legal que se ha usado en la ley de investigación biomédica para permitir esta técnica, siempre con la condición de que el resultado no se vaya a implantar nunca en un útero y se destruya antes de los 14 días de desarrollo, para evitar la clonación-. Claro que en este caso no se trata de obtener de ellos células madre (lo que sí es legal), sino un ser vivo, lo que podría chocar con los que criticaron este método para obtener células madre embrionarias. Por eso tampoco el NICHD podría haber financiado estos experimentos con óvulos humanos.

La técnica también volvería a traer a primer plano las fronteras éticas de la donación de óvulos. Que una mujer ceda sus óvulos para que los use otra anónimamente no está prohibido en España, pero sí lo está que diga para quién van a ser sus células (incluso en matrimonios de lesbianas). Además, se tendría un niño con dos madres biológicas (una cede el núcleo de su óvulo y lleva a cabo la gestación; la otra aporta el citoplasma y sus mitocondrias). Podrían llegar a ser hasta tres progenitoras biológicas, si aparte de la transferencia nuclear, el embrión se implantara en una tercera.

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