Los ensayos del Hospital Universitario La Paz con células procedentes de la grasa del propio paciente permitirán, a partir de 2011, la comercialización del primer medicamento con células madre desarrollado, íntegramente, en la Unión Europea.
El tratamiento, en última fase de investigación (fase III), se ha aplicado con éxito en fístulas intestinales.
La Paz ha desarrollado una medicación, con respuesta positiva en el 70 por ciento de pacientes, para la cicatrización de las heridas a partir de células madre adiposas, por tanto, no embrionarias. El medicamento se ha aplicado en fístulas intestinales, principalmente a pacientes con la enfermedad de Crohn, afectados por inflamaciones crónicas del intestino. Sin embargo, los investigadores aseguran que la misma técnica servirá para madurarlo en otros campos. De hecho, el hospital ya está inmerso en ensayos, todavía incipientes, para la cicatrización de otros cuatro tipos de fístulas; así como usos en cardiología, traumatología y oftalmología.
Células adiposas
Los ensayos comenzaron en 2002, a partir de la idea de buscar células madre adultas -con capacidad para dividirse sin perder sus propiedades- en la grasa del propio paciente. Entonces y todavía ahora, la mayoría de las investigaciones están centradas en la obtención de este tipo de células en la médula ósea, menos abundante y de más difícil extracción, pero más versátiles.
La investigación se encuentra en la última de las tres fases de pruebas. Los resultados positivos en pacientes humanos hacen presumir a los responsables la superación del último listón este mismo año para poderlo comercializar. Para el desarrollo del medicamento ha sido imprescindible la participación de la industria farmacéutica.
El tratamiento, destinado a la cicatrización de tejidos, consiste en la inyección de un cultivo de células madre del propio paciente. El equipo de La Paz, dirigido por el doctor Damián García Olmo, está coordinando en la actualidad ensayos en 49 hospitales de nueve países de la UE. «Con el correspondiente visto bueno de cada uno de los comités médicos y bioéticos», destaca García Olmo, para resaltar la aceptación del tratamiento no sólo entre la comunidad científica, sino ante la legislación sanitaria.
«No hemos tenido prisa en salir: empezamos en 2002 y terminaremos en 2011. Conocíamos los resultados desde 2007, pero queríamos huir de la espectacularidad. Antes de presentarlo queríamos comprobar que era seguro, y obtener una aprobación científica. Verlo validado y publicado», explica el director del proyecto. La prestigiosa revista «Diseases of the colon and rectum», recogió la investigación este mismo año.
Procedimiento
Las páginas de la publicación editada por la American Society of Colon and Rectal recogían detalladamente el proceso técnico, validado por científicos ajenos a la investigación. El proceso consiste en una liposucción de 100 centímetros cúbicos de grasa del paciente, realizada por cirujanos plásticos. Después las células se aislan y se cultivan en laboratorio.
Una vez extraídas las células adiposas del paciente, se realiza la intervención quirúrgica de la fístula mediante los procedimientos habituales. La novedad de la investigación se aplica en este momento: una inyección de 20 millones de células en diferentes puntos de la fístula. En caso de no resultar efectiva, se procede a una nueva inyección de 40 millones de células.
Revolución médica
García Olmo asegura que la cicatrización era «la revolución pendiente en la cirugía». «Todos los fracasos en la cirugía actual se deben a la cicatrización. Hasta ahora no teníamos ningún control en la reparación del ser humano. Teníamos que mantenernos a la expectativa».
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