células reprogramadas

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Investigadores, liderados por un español, descubrieron que un gen supresor del crecimiento tumoral, el p53, apodado guardián del genoma, no sólo tiene como función suprimir las células en vías de volverse cancerígenas, sino que puede además crear células madre sanas a partir de tejidos adultos.
Los trabajos de cinco equipos de investigación, dirigidos entre otros por el español Juan Carlos Izpisúa, publicados el domingo en la revista científica británica Nature, muestran que suprimir el gen p53, hace posible reprogramar con éxito las células adultas.
Las células madre embrionarias pueden diferenciarse para producir todos los tipos de células humanas (sanguíneas, nerviosas, musculares…) y desempeñan el papel esencial de medicina regeneradora para que en el futuro se reparen el corazón y otros órganos. Pero su utilización levanta interrogantes éticos.
Gracias a los trabajos pioneros, en el 2006 y luego en el 2007, del investigador japonés Shinya Yamanaka, por lo cuales se programaban células diferenciadas adultas para que fueran polivalentes; las células madre pluripotentes inducidas (iPS) son vistas como una alternativa a la utilización de las células madre embrionarias.
El gen p53, según las situaciones, puede detener la división de las células al mismo tiempo que repara alteraciones genéticas, o si no, cesar completamente la multiplicación de las células anormales y ordenarles su autodestrucción.
El experto en cáncer Geoffrey Wahl (Salk Institute, Estados Unidos) mostró junto a su colega Juan Carlos Izpisúa que al desactivar el gen p53 la reprogramación celular es “por lo menos diez veces más eficaz”.
Las células iPS obtenidas provocaron el nacimiento de ratones con buena salud, capaces de reproducirse, según el equipo.
El gen actúa como un muro cuando los investigadores intentan reprogramar una célula humana adulta para convertirla en una célula madre inducida (iPs). Cuando la acción del p53 se bloquea, la producción de iPs se multiplica.
Al igual que las células de un embrión, las iPs pueden convertirse en cualquier tejido del cuerpo.

Fuente: París, agosto  10/2009 (AFP)

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