El grupo, encabezado por Ibrahim Domian, del Centro de Investigaciones Cardiovasculares del Hospital General de Massachusetts, usó “etiquetas” rojas y verdes de identificación de las células.
Según el estudio publicado en la revista Science, el sistema permitió a los científicos aislar las células madre o progenitoras que exclusivamente se convierten en músculo ventricular y que fueron usadas luego para crear el tejido del “latido cardíaco” en los ratones.
Kenneth R. Chien, director del Centro de Investigaciones Cardiovasculares de Massachusetts, autor principal del estudio, señaló que este es un importante paso de la biología de las células madre del corazón a la medicina cardiovascular regenerativa.
“Esta combinación de tejido creado especialmente y la biología de las células madre haría posible que se aislen las células progenitoras de un paciente para una enfermedad específica”, señalaron los científicos en su informe.
Según explicaron, el corazón de un mamífero está formado por una gran variedad de células musculares y no musculares que se desarrollan a partir de dos conjuntos diferentes de células progenitoras.
La identificación precisa de estas células y el proceso que las lleva a desarrollar los ventrículos es crucial para entender cómo se desarrolla el corazón, añaden.
Eso sería importante en el desarrollo de terapias regenerativas, como por ejemplo un infarto de miocardio.
En el estudio, los científicos identificaron mediante las etiquetas de color los grupos celulares que se diferenciaban en el desarrollo embrionario.
Ese tipo de identificación permitiría impulsar las células para que formen un músculo cardíaco fuerte que, hipotéticamente, podría funcionar en un corazón enfermo, explicaron.
Para otros científicos que no participaron en el estudio la investigación constituye un importante paso en los esfuerzos por conseguir lo que califican como “células funcionales” para su uso en la terapia cardíaca.
“En los últimos cinco años hemos logrado un importante paso para guiar a las células madre a convertirse en el tipo de células que se desee”, indico Deepak Srivastava, director del Instituto Gladstone de Enfermedades Cardiovasculares de la Universidad de California.
Este nuevo trabajo ha iniciado la tarea de crear nuevas células para el corazón y “aunque todavía estamos muy lejos de eso, es un pequeño primer paso hacia ese objetivo”, añadió.
No obstante, Srivastava advirtió que son muchos los problemas que hay que resolver antes de pensar en la terapia regenerativa basada en las células madre cardíacas.
“No sólo se necesitarán células suficientes para reparar el tejido. También habrá que aplicarlas a un paciente de forma que se integran al músculo cardíaco, contrayéndose al mismo tiempo y contribuyendo al trabajo del corazón”, indicó.
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