células cardíacas

Se sabe que, en el embrión, algunas de las células que recubren el corazón migran al interior, dando lugar a las arterias coronarias y a buena parte de las células fibrosas del órgano.
JANO.es · 11 Octubre 2011 11:19

El grupo de investigación de Desarrollo Cardiovascular y Angiogénesis de la Universidad de Málaga (UMA) está estudiando si el epicardio, la capa de células que recubre el corazón, cuenta, más allá de su función protectora, con un papel destacado en la regeneración celular del corazón.
Los expertos de la UMA llevan más de quince años estudiando el desarrollo del epicardio desde el momento de la gestación del feto. Con esta investigación, llevada a cabo con peces, han descubierto que en el epicardio del embrión se generan células que migran al interior del corazón, dando lugar a las arterias coronarias y a buena parte de las células fibrosas del corazón.
Los investigadores desconocen aún los detalles del mecanismo de regeneración que se produce en el músculo cardíaco pero, en cambio, sí saben que se regenera, aunque de forma muy lenta, a partir de progenitores poco numerosos, una especie de células madre cardíacas.
“El corazón tiene siempre el mismo número de células porque se renuevan lentamente a partir de progenitores cuyo origen es poco conocido. Nosotros pensamos que el origen de los progenitores podría estar relacionado con esas células que en el embrión derivan del epicardio”, explica al Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC) el responsable de la investigación, Ramón Muñoz-Chápuli.
El proyecto persigue ahora conocer mejor las relaciones entre el miocardio, el tejido muscular del corazón, y el epicardio. Para ello, estudian los mecanismos que intervienen en el crecimiento y desarrollo del miocardio y cómo el epicardio está implicado en ellos.
En concreto, centran su estudio en el gen WT1, relacionado con distintos tipos de cáncer y que según los expertos resulta fundamental para comprender los fenómenos que ocurren en el desarrollo del corazón.
El estudio en ratones con la inactivación de este gen ha demostrado que los roedores mueren por insuficiencia cardíaca, ya que su epicardio no se desarrolla correctamente, y ahora buscan conocer el mecanismo de control de este gen y a qué otros genes afecta, para descubrir qué papel podría tener en el mantenimiento del epicardio adulto.

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La utilización de células madre procedentes de la médula ósea ya ha propiciado grandes avances en el tratamiento de los ataques al corazón y la miocardiopatía. Pero las perspectivas son aún más alentadoras gracias a una nueva técnica resultante de una investigación financiada en parte por el Séptimo Programa Marco .

Las enfermedades del corazón y del aparato circulatorio constituyen actualmente la causa principal de muerte en la UE, ya que se cobran cerca de dos millones de vidas cada año, y por ello hay en marcha una actividad investigadora frenética para dar con tratamientos nuevos y eficaces. Asimismo, las enfermedades cardiacas son la principal causa de muerte prematura antes de los 75 años de edad.

En todo el mundo se han efectuado ensayos clínicos para dilucidar el grado de eficacia de los tratamientos con células madre procedentes de la médula ósea para subsanar los síntomas de los infartos de miocardio y la miocardiopatía. Aunque dichos ensayos han certificado la seguridad de esta técnica, bien es cierto que hasta ahora se ha conseguido una mejora limitada en el bombeo de la sangre a todo el organismo.

En la actualidad la comunidad científica ha puesto sus miras en el uso de células madre procedentes del corazón del propio paciente, pues se cree que pueden dar lugar a células cardiacas dotadas de pulso. El profesor Michael Schneider y su equipo del Imperial College de Londres (Reino Unido) trabajan actualmente en técnicas orientadas a la identificación y posterior purificación de estas células para trasplantarlas posteriormente.

Estos investigadores ya han hallado una forma de reconocer las células más propicias en ratones y, si bien los marcadores distintivos son considerablemente diferentes en las células humanas, han logrado adaptar la técnica para su uso en seres humanos. Sus hallazgos fueron presentados el pasado 13 de julio con ocasión del congreso científico anual de la «Red Nacional para las Células Madre» del Reino Unido.

«Hemos desarrollado un método para reconocer células que posean tres características importantes», aseguró el profesor Schneider. «Son células madre sin lugar a dudas; están dotadas de la “maquinaria” molecular adecuada y activa para devenir en músculos cardiacos o bien vasos sanguíneos; y aún carecen de características propias de las células de los músculos cardiacos y los vasos sanguíneos tales como la producción de miosina cardiaca, una proteína importante en las células de los músculos del corazón.»

El paso que deben dar a continuación es desarrollar la técnica para poder aplicarla en toda la serie de mecanismos que deben producirse para reparar daños cardiacos: extracción, purificación y multiplicación en la clínica. Este equipo científico está empleando técnicas avanzadas de robótica y microscopía automática para dilucidar los métodos más eficaces para el cultivo de las células y su posterior conversión en músculo cardiaco.

Esta investigación cuenta con apoyo de la Unión Europea a través del proyecto CARDIOCELL («Desarrollo de una estrategia de sustitución de cardiomiocitos para entornos clínicos»), financiado por medio del tema de Salud del 7PM, y también por el Consejo Europeo de Investigación (CEI). También han realizado aportaciones la Fundación Británica del Corazón, la Fundación Leducq y el Consejo de Investigación Médica del Reino Unido.
Fuente: Cordis

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