Tratamiento de la azoospermia
Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo», dijo Arquímedes para explicar que una palanca sería capaz de levantar cualquier peso. En terapia celular se podría hacer casi el mismo juego de palabras. «Dadme un pedazo de piel y regeneraré cualquier tejido». Desde que el japonés Shinya Yamanaka demostró que las células de la piel podrían reprogramarse y convertirse en neuronas, células del corazón, del páncreas o de cualquier órgano se abrió una nueva era en la que se aspira a fabricar células de repuesto a la medida de cada paciente. Y, poco a poco, se están logrando resultados en los laboratorios.
El último experimento con reprogramación celular se publica en la revista«Cell» y demuestra que sería posible generar nuevos espermatozoides a partir de una muestra de piel de un varón.
El avance de la Universidad de Montana (EE.UU.) es el primer paso para devolver la fertilidad a hombres estériles, con azoospermia, la forma más grave de infertilidad. Los varones que tienen azoospermia son incapaces de fabricar espermatozoides o si lo hacen apenas consiguen unos pocos.Para concebir de forma natural se necesita una concentración de más de 20 millones por mililitro.
Inyectado en testículos de ratón:
Los investigadores del Instituto de Medicina Regenerativa de Montana recurrieron a la estrategia que le mereció el nobel al japonés Yamanaka. Así fabricaron células germinales, las precursoras de los espermatozoides . Esta estrategia consiste en tomar una muestra de la piel, aislar sus células y transformarlas en una iPS, una célula pluripotente similar a la embrionaria. Lo hicieron con cinco varones. Tres de ellos tenían un problema genético, una mutación en su cromosoma Y, que les impide fabricar espermatozoides. Los otros dos eran fértiles.
En el experimento, las células iPS de los cinco pacientes se trasplantaron a los testículos de ratones estériles. Una vez inyectadas, las iPS fueron convirtiéndose sin ninguna manipulación en células espermatogénicas o germinales, las precursoras de los espermatozoides. Solo bastó con depositarlas en su ambiente natural. Estas células dejaron de evolucionar antes de convertirse en espermatozoides maduros, probablemente según explican los investigadores, por las diferencias entre los procesos reproductivos entre los seres humanos y los ratones.
La maduración se interrumpió con independencia de que las células procedieran de los voluntarios estériles o fértiles. Sí se comprobó que las iPS de los varones infértiles produjeron menos precursoras de espermatozoides que los voluntarios sanos.
Una técnica eficiente:
Pese a los inconvenientes, los investigadores declaran sentirse «sorprendidos por la eficiencia» de la técnica. «Podría ser posible trasplantar células germinales derivadas de células madre directamente dentro de los testículos de hombres con problemas para fabricar espermatozoides», aventuró Renee Reijo, una de las investigadores del Instituto de Medicina Regenerativa involucrada en este trabajo.
Reijo cree que la técnica podría ayudar tanto a varones con azoospermia de origen genético como a hombres estériles por tratamientos del cáncer.
El artículo publicado en «Cell» da esperanzas para pensar que en un futuro la azoospermia no será un freno para ser padre. Y, de momento, ofrece nuevas pistas para entender el proceso de generación de espermatozoides, a contar con un modelo de estudio. «Nuestro sueño es utilizar este modelo para fabricar un mapa genético de diferenciación de células germinales humanas, incluidas algunas en unos estadíos muy tempranos», asegura la investigadora.
Un tratamiento diferente:
Quizá la solución a la esterilidad masculina no sea repetir el proceso ideado para los ratones, sino encontrar un tratamiento eficaz con lo que se aprenda de estos experimentos.
De momento, la reproducción asistida con sus tratamientos de fecundación «in vitro» ofrece alguna solución, no siempre definitiva cuando el problema de infertilidad es masculino. En algunos casos de azoospermia, la ausencia de espermatozoides no es total y se pueden rescatar algunos del testículo para intentar inyectar directamente uno de ellos en el óvulo y fecundarlo. Este proceso se llama microinyección espermática o ICSI.
¿Cuántos espermatozoides se necesitan para que un varón sea fértil?
Cantidad y calidad: En la capacidad de fertilizante del espermatozoide influyen muchos factores. No cuenta solo el número. El semen debe tener nutrientes apropiados para alimentar a los espermatozoides que flotan en él y estos deben moverse y contar con una morfología normal.
Volumen de eyaculado: de 1,5 a 5 ml.
Número de espermatozoides: Más de 20 millones por mililitro.
Morfología: al menos el 35% debe tener un aspecto ser normal.
Movimiento: Debe ser mayor del 60%.
Capacidad de avance: Como mínimo +2, en una escala del 1 al 4.
Glóbulos blancos: menos de 1 millón por mililitro de semen.