Activación de troncales neuronales en epilepsia
El incremento de la activación de las células madre en el hipocampo juega un papel en la epilepsia, según resultados presentados en el simposio Fronteras en Investigación de la Glía, que se ha celebrado en Barcelona.
La neurogénesis adulta se produce en el hipocampo y en el bulbo olfatorio y es un proceso con un gran potencial terapéutico que ha propiciado un gran esfuerzo de investigación en los últimos años. “El caso del hipocampo es interesante para los humanos, porque es una estructura que está implicada en la creación de nuevas memorias, en el aprendizaje y también en el control del estado de ánimo”, ha explicado Juan Manuel Encinas, profesor de Investigación Ikerbasque y profesor visitante de la UPV.
Sin embargo, la población de células madre neurales tiene un potencial limitado y está mayoritariamente silente, de manera que se activa lentamente, con el problema añadido de que, una vez que las células comienzan a hacerlo, se dividen y se transforman en otro tipo celular. “Lo que ocurre es que, con la edad y de una manera natural, la población de células madre del hipocampo disminuye y, a su vez, se reduce la capacidad de generar nuevas neuronas, aunque es cierto que se generan nuevas neuronas en el giro dentado del hipocampo durante toda la vida, pero no al mismo nivel que cuando se es joven. Estamos viendo que es un proceso que se desarrolla de manera natural, tal y como publiqué el año pasado en Cell Stem Cell y ahora hemos observado que si se incrementa la activación de las células madre se produce un agotamiento acelerado”, ha descrito.
Proceso en epilepsia
Uno de los ejemplos en los que se produce este proceso es en la epilepsia, en concreto la epilepsia del lóbulo temporal. Pese a que comienza a investigarse este aspecto, se apunta a que la actividad neuronal participa o es responsable, al menos en parte, de la activación de las células madre, de manera que, si se incrementa esa actividad, se obtiene mayor activación y agotamiento.
“Estamos trabajando con las bases de que en epilepsia la neurogénesis en el hipocampo aumenta al principio y luego decrece, con un incremento de astrogliogénesis y otros parámetros. Y, con estos datos, estamos utilizando un modelo de epilepsia temporal en animales para comprobar si se da esta mayor activación de células madre y su mayor agotamiento, que conduce a un nivel reducido de creación de nuevas neuronas”.
Este aspecto es doblemente importante en epilepsia por la pérdida de neurogénesis del hipocampo y por la del potencial regenerativo, con lo que existe la posibilidad de regenerar ese tejido, con neuronas que ocupen el lugar de las que han muerto.
“Un dato que suele pasarse por alto es que, de todas las nuevas células que se generan, apenas un 10-20 % se terminan incorporando a los circuitos como nuevas neuronas, ya que la mayoría desaparecen en el camino. Hasta ahora no sabíamos lo que sucedía: si los trazadores se diluían y dejábamos de verlas o si, efectivamente, dejábamos de verlas”, ha añadido Amanda Sierra, profesora de Investigación Ikerbasque y profesora visitante de la UPV.
Su investigación ha demostrado que el 80-90 % de las nuevas células entran en un programa de apoptosis y no mueren porque no puedan incorporarse correctamente a los circuitos en la tercera o cuarta semana de vida de la célula, en contra de lo que se asumía en la literatura científica. “Hemos descubierto que la mayor parte de las células que se mueren -entre el 60 y el 70 %- lo hace mucho más temprano, unos pocos días después de haber nacido. Es una información un poco chocante, porque es difícil explicar que se generen tantas células y se mueran unos pocos días después, antes incluso de haber empezado a diferenciarse como neuronas”.
Diferentes teorías
Las hipótesis son diversas, ya que durante el desarrollo los mecanismos moleculares que median la división celular y la apoptosis están relacionados con lo que “es posible que sea solo un fallo de programación o que se deba a que las células que están en esos nichos y proliferan tan rápido tengan que competir unas con otras por nutrientes”.
Para Sierra, es una información “interesante, porque abre muchas vías de investigación para controlar la neurogénesis, no mediante el incremento de proliferación de las células madre -que puede ser peligroso por el riesgo de cáncer-, sino mediante el control de la supervivencia de estas células que ya se han producido”.
julio 16/2012 (Diario Médico)
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