Por: Celina Abud Tomado de DocSalud.com
Médicos del instituto FLENI y el CEMIC, junto a seis hospitales de Brasil, realizarán el primer ensayo clínico con células madre en pacientes que hayan sufrido un accidente cerebro vascular isquémico (ACV). Para el estudio, los centros participantes planean reclutar a 140 pacientes a los que se les trasplantarán las partículas, extraídas de sus propias médulas óseas.
Este protocolo es el primero de Neurología en haber sido autorizado por el INCUCAI (Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante) para el uso de células madre en humanos. Arrancará dentro de tres meses y pretenderá obtener los primeros resultados para 2015. Precisamente, buscará determinar si el uso de las partículas es efectivo para tratar las secuelas de un ACV, también conocido como stroke o ataque cerebral.
“Investigaciones previas en animales y estudios inciados en pocos voluntarios, más una buena base teórica, muestran que las células madre podrían ser una opción para tratar las secuelas de un ataque cerebral”, dijo a DocSalud.com el doctor Sebastián Ameriso, líder de la investigación y Jefe del Departamento de Neurología Vascular de FLENI.
Este es el primer ensayo argentino que evaluará la técnica. Pero tampoco existen investigaciones internacionales que hayan arrojado resultados concluyentes. Según detalló el neurólogo, apenas si hubo trabajos preliminares en grupos de no más de 20 pacientes en países como Brasil o el Reino Unido.
Participarán de este protocolo 20 expertos de todos los centros, incluidos también el equipo del CEMIC (Centro de Educación Médica e Investigaciones Clínicas “Norberto Quirno”), liderado por la doctora Marina Romano, Coordinadora de Enfermedades Cerebrovasculares de la Institución.
Los destinatarios
Para el protocolo, se reclutarán a personas “que sufrieron un ACV isquémico en forma muy reciente, precisamente entre las seis horas y los siete días”, es decir, “la forma aguda” de esta afección, indicó el experto para luego agregar que se incluirá a pacientes de todas las edades, a partir de los 18 años.
Existen dos tipo de strokes. En primer lugar, están los isquémicos, que “representan el 80% del total de estos episodios, tanto en Argentina como en el mundo”, confirmó Ameriso. Estos son los que se producen por trombosis, embolia o “taponamiento” de alguna arteria.
Por otra parte están los hemorrágicos, que ocurren con menor frecuencia. Son causados por la rotura de un vaso sanguíneo, suponen un riesgo mayor de mortalidad y no son candidatos para este estudio.
El accidente cerebrovascular isquémico agudo es una de las principales causas de morbi-mortalidad en el mundo y en la región y el primer motivo de discapacidad a nivel global. En el país se calcula que se producen 481 ACVs por cada 100.000 habitantes.
El procedimiento, paso por paso
El protocolo de investigación involucra principalmente cuatro disciplinas médicas: neurología; neurocirugía endovascular; hematología y anatomía patológica. Además contempla técnicos para los postoperatorios y radiólogos encargados de realizar el diagnóstico por imágenes.
“El neurólogo es el ‘director de orquesta’ de la investigación ya que es el que detecta el ACV y administra el tratamiento”, indicó Ameriso. La segunda intervención la realiza el hematólogo al ejecutar la punción de la médula ósea del propio paciente, un proceso de rutina para estos especialistas.
En tercer lugar el hematólogo junto con el anátomo patólogo preparan las células para insertárselas al voluntario. Por último, este procedimiento lo realiza el neurocirujano endovascular, “quien coloca un catéter para trasportarlas, que va desde la ingle hasta las arterias del cerebro donde el paciente sufrió el ACV”, indicó el experto de FLENI.
“Si bien se espera tener los primeros resultados dentro de dos años, se empezará a evaluar a los pacientes a partir de los tres meses del trasplante. El pronóstico y la evolución son individuales y pueden variar en cada caso”, agregó.
La investigación requerirá una inversión total de $ 2.400.000 aportados por el MINCyT, la Fundación Pérez Companc y la Fundación FLENI. Se realizará en el marco del Programa Binacional de Terapia Celular (PROBITEC), que tiene por objetivo realizar proyectos a cargo de investigadores argentinos y brasileños, en el campo de la terapia celular, los aspectos de conocimiento básico, investigación pre-clínica y clínica.
“Este es el primer ensayo que evaluará la eficacia y la seguridad del trasplante autólogo de células madre en pacientes con ACV en el país. Pero cabe aclarar que de ninguna manera se trata de una cura”, puntualizó Ameriso, en relación a la oferta de tratamientos de este tipo para distintas lesiones, en su mayoría en fase experimental.
El experto lamentó que algunas instituciones los ofrezcan con “promesas irrealizables de curación”, a pesar de que muchas de las prácticas ofrecidas no posee efectos terapéuticos comprobados ni siquiera en animales.
El presente y el futuro las terapias celulares
Existen solo dos de éstos tratamientos aprobados por los organismos de control debido a su eficacia terapéutica y seguridad: el transplante alogénico de células madre de médula ósea, sangre periférica y cordón umbilical; y el autotrasplante de células madre de médula ósea y sangre periférica para tratar enfermedades curables con trasplante de células progenitoras hematopoyéticas.
Son aquellos destinados a enfermedades que se curan con trasplante de médula ósea. Fuera de éstos, no existe evidencia clínica reproducible y contundente, ni tratamientos que hayan demostrado la eficacia del autotransplante de células madre para mejorar o curar enfermedades altamente discapacitantes como diabetes, Parkinson y Alzheimer, entre otras.
Sin embargo estas células se diferencian de otras por no ser “especializadas” y poder adaptarse a distintas áreas del cuerpo, además de ser capaces de renovarse ilimitadamente. Por eso surge la necesidad de generar ensayos clínicos para determinar si pueden ser usadas para curar enfermedades para las que hay pocos recursos terapéuticos.
Científicos canadienses de la Universidad de Columbia han comprobado desde 2003 y luego de sucesivas pruebas con ratones que la implantación de células madre en las personas calvas puede ayudar a hacer crecer el pelo. Se trata de una terapia innovadora.
Los resultados del hallazgo fueron presentados el viernes en Barcelona y, aseguran los expertos que han sido muy eficaces para el tratamiento de la calvicie común o también llamada alopecia androgénica. Sucede que las células madre permite la regeneración de tejidos permitiendo el crecimiento de cabello en aquellas zonas donde no hay tal regeneración.
El investigador canadiense implantó en la calva de diecinueve hombres las células madres de ellos mismos extraídas de su nuca, una zona hormonalmente privilegiada en la que siempre hay vello. En esta prueba se logró una regeneración máxima de la zona sin pelo del 19% y una media de la muestra fue del 6%.
A futuro y para mejorar los porcentajes, el doctor McElwee anunció la realización de nuevas pruebas. Centros de Barcelona podrían estar involucrados.
Para el investigador de la Universitat de Barcelona (UB) Ramon Grimalt, presidente del Grupo Español de Tricología, los resultados, aunque puedan parecer bajos, son “muy esperanzadores” para tratar eficazmente la calvicie.
La técnica de implantación de células madres, que apenas tiene efectos secundarios, podría suponer un giro definitivo ya que, a diferencia de los otros, este tratamiento ataca el problema de raíz.
Además, se ha observado en ratones a los que se les practicó el implante de células madre que el pelo no dejó de crecer hasta que fallecieron.
El problema de la alopecia androgénica no es que el cabello caiga, sino que se hace tan fino que acaba por desaparecer a raíz de un proceso hormonal en el que actúan un conjunto de genes y factores ambientales que la ciencia está investigando.
Sin embargo, cuando se observa que el pelo cae es porque las células madre continúan trabajando para regenerar el tejido, por lo que el cabello volverá a aparecer.
Investigadores japoneses aportan nuevas evidencias de la función inmunológica de los folículos capilares, que actúan como portales para dirigir las células de Langerhans hacia la epidermis.
Las células de Langerhans están asociadas a los folículos capilares, pero las razones de esta conexión no están demasiado claras. Un estudio que se publica en la edición en línea de Nature Immunology (DOI: 10.1038/ni.2353)aporta nuevos datos. Keisuke Nagao, de la Universidad de Keio, en Tokio, y su equipo han comprobado que los folículos pilosos actúan como portales para el reclutamiento de células de Langerhans hacia la epidermis.
Los folículos pilosos funcionan como reservorios de diversos tipos de células madre de la epidermis, y en esta capa es donde se distribuyen las células de Langerhans formando una densa red y se autorrenuevan en condiciones normales. Sin embargo, cuando surgen situaciones de estrés, la repoblación se lleva a cabo con células procedentes de la médula ósea.
Inflamación
En este sentido, los investigadores han constatado que, ante estímulos inflamatorios o de estrés, distintas regiones del folículo piloso secretan quimiocinas, que son capaces de dirigir la migración de los progenitores de células de Langerhans hacia la epidermis. Más concretamente, han apreciado que existen distintas subpoblaciones de queratinocitos que promueven o inhiben la repoblación con células de Langerhans a través de diferencias en la producción de quimiocinas.
Por otro lado, han visto que los precursores de células de Langerhans no pueden ser introducidos en la piel de ratones o humanos alopécicos, lo que demuestra que los folículos pilosos son los portales de dichas células.
De ahí que los individuos que padecen liquen plano pilar -enfermedad autoinmune que conduce a la destrucción de los folículos capilares- carezcan de células de Langerhans en su piel.
junio 25/2012 (Diario Médico)
Keisuke Nagao, Tetsuro Kobayashi, Kazuyo Moro, Manabu Ohyama, Takeya Adachi, Daniela Y Kitashima, et. al. Stress-induced production of chemokines by hair follicles regulates the trafficking of dendritic cells in skin. Nature Immunology, publicado junio 24/2012.
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