Una nueva técnica promete producir abundantes células cardiacas a bajo coste en el laboratorio

MADRID, 29 May. (EUROPA PRESS) –

“Nuestro protocolo es más eficiente y robusto”, explica Sean Palecek, el autor principal del nuevo informe, y profesor de Ingeniería Química y Biológica. Palecek explica que “hemos sido capaces de generar, de forma fiable, más del 80 por ciento de los cardiomiocitos en la población final, mientras que otros métodos producen tan solo cerca del 30 por ciento”.

La capacidad de crear células del corazón a partir de células madre pluripotentes inducidas, que pueden provenir de los pacientes adultos con corazones enfermos, significa que los científicos podrán desarrollar, con más facilidad, modelos de estas enfermedades en el laboratorio -tales células contienen el perfil genético del paciente, y se pueden utilizar para recrear la enfermedad. Los cardiomiocitos son difíciles, o imposibles, de obtener directamente de los corazones de los pacientes y, cuando se obtienen, sólo sobreviven brevemente en el laboratorio.

Los científicos también tienen grandes esperanzas de que un día estas células del corazón puedan ser utilizadas para sustituir a los cardiomiocitos que mueren como resultado de enfermedades del corazón, la causa principal de muerte en los Estados Unidos.

“Muchas formas de enfermedad cardiaca se deben a la pérdida o muerte de los cardiomiocitos en funcionamiento, por lo que las estrategias para reemplazar las células del corazón en el corazón enfermo son de gran interés”, señala Tim Kamp, otro autor principal del nuevo informe, y profesor de cardiología en la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington.

“Estas células tienen muchas aplicaciones”, afirma el estudiante Xiaojun Lian, coautor del estudio. Lian y sus colaboradores observaron que la manipulación de una vía de señalización –conocida como Wnt– es suficiente para la diferenciación de células madre de manera eficiente.

“La mayor ventaja de nuestro método es que utiliza productos químicos de moléculas pequeñas, para regular las señales biológicas”, concluye Palecek, quien añade que “estas moléculas son mucho menos caras que los factores de crecimiento de proteínas