La célula estromal puede tener tanto peso como la tumoral
La combinación de inhibidores marca el futuro
Las combinaciones de terapias antidiana son múltiples, aunque apenas han llegado a la clínica, según se ha apuntado en el congreso de la SEOM. La célula estromal, las vías de señalización, las células madre y el microARN se han convertido en nombres propios de la cita.
José A. Plaza – Viernes, 29 de Octubre de 2010 –
El papel de las células estromales ha sido reivindicado por Jesús García-Foncillas, de la Clínica Universidad de Navarra, en una sesión sobre terapias antidiana celebrada en el Simposio Nacional de la Sociedad Española de Oncología Médica. A su juicio, la vía del ciclo celular es una de las más relevantes, aunque es necesario tener en cuenta que “no en todas las regiones de esta vía existe una misma actividad enzimática”. Los inhibidores de la separasa están en el punto de mira. García-Foncillas cree que “la célula estromal debe ser considerada tan diana como la tumoral”, ya que es el estroma el causante de numerosas resistencias farmacológicas.
Hedgehog y Notch
También ha fijado su atención en la erradicación de células madre ligadas a recidivas tumorales, destacando que “es la célula estromal la que las mantiene vivas”. La implicación del estroma se ve particularmente en dos vías: Hedgehog y Notch.
El especialista solicita especial atención no sólo para la diana, sino también para su entorno: “Hay alteraciones que rodean a la diana que pueden modificar su abordaje”. Lo ideal sería inhibir de forma específica cada una de las variantes, pero son necesarias más respuestas. Igual sucede con la identificación de células madre tumorales circulantes, un logro “que facilitaría el seguimiento frente a la continua realización de biopsias”.
Por su parte, Nuria Rodríguez Salas, del Hospital Infanta Leonor, de Madrid, ha puesto sobre la mesa las casi incontables opciones terapéuticas en combinación.
mTOR, RAS, PI3K…
En el caso de los mecanismos de inhibición horizontal, destacan “los inhibidores de receptores de membrana, de multicinasa y de la angiogénesis”. El uso combinado de inhibidores de mTOR, RAS y PI3K es una de las opciones más evolucionadas. También ha destacado la posibilidad de una “superinhibición” que haga uso de varios fármacos contra una misma diana: los inhibidores de EGFR junto a inhibidores de la actividad cinasa en la porción intracelular son un buen ejemplo. Con respecto a la inhibición vertical, ha destacado los bloqueadores de EGFR junto a los inhibidores de mTOR.
Las combinaciones empíricas están lastradas por una falta de conocimiento sobre el mecanismo de acción farmacológica y los procesos de interacción, aunque son el futuro. Hay millones de posibilidades que están desvelando nuevas vías como la de la letalidad sintética, ámbito en el que destacan los inhibidores PARP (junto a quimioterapia en mama triple negativo) y los de Wnt (en pulmón p53 negativo).
Por el momento, las aplicaciones clínicas de las terapias antidiana combinadas son casi nulas, “a excepción de los inhibidores de receptores hormonales más los inhibidores de HER”. Pero hay numerosas opciones en la recámara.
Entre ellas, Rodríguez Salas ha citado el trastuzumab, al que se puede sumar lapatinib, pertuzumab o anastrozol en cáncer de mama, donde también puede ser útil letrozol más lapatinib. En pulmón prometen mejoras bevacizumab más erlotinib; en cáncer renal, bevacizumab más everolimus, y en tumores neuroendocrinos, sorafenib más bevacizumab. La lista podría seguir con algunos otros fármacos.
En: Noticias
Haga un comentario