Hypertension: Should thiazides be used for hypertension in obese patients?
Por: Susan J. Allison. Nature Reviews Cardiology 10, 62 (February 2013).
Previous studies of hypertensive patients at high risk of cardiovascular events have reported paradoxically higher event rates in normal-weight patients than in obese individuals. A subanalysis of ACCOMPLISH trial data suggests that this paradox might reflect the differential effects of antihypertensive treatment types, rather than the effect of body size, per se.
The ACCOMPLISH trial aimed to compare the effects of benazepril plus amlodipine versus benazepril plus a thiazide diuretic (hydrochlorothiazide) in hypertensive patients at high risk of cardiovascular events. As a prespecified subanalysis, Michael Weber and colleagues have now assessed patient outcomes on the basis of BMI, by categorizing participants as either obese (BMI ≥30 kg/m2; n = 5,709), overweight (BMI ≥25 to <30 kg/m2; n = 4,157) or normal weight (BMI <25 kg/m2; n = 1,616). [Actualizado: 15 de marzo 2013].
Esta sección mostrará algunos trabajos que puedan ser útiles a nuestros facultativos por su interés práctico o teórico.
Adiponectin and Hypertension in Normal-Weight and Obese Children
Por: Paolo Brambilla, Laura Antolini, Maria E. Street, Marco Giussani, Sara Galbiati, Maria Grazia Valsecchi, Andrea Stella, Gian Vincenzo Zuccotti, Sergio Bernasconi y Simonetta Genovesi. Oxford Journals Medicine American Journal of Hypertension Volume 26, Issue 2, Pp. 257-264.
Adiponectin (AD) reduces the risk of hypertension because of its anti-inflammatory, antiatherogenic, and insulin-sensitizing properties. The study described here was done to evaluate the interrelationships of AD, blood pressure (BP), obesity, body-fat distribution, puberty, and insulin resistance in a selected group of children. In childhood, serum levels of AD are inversely related to hypertension. This relationship is partly independent of obesity, fat distribution, and insulin resistance. Low values of AD in both OB and NW children are associated with a higher probability of hypertension. [actualiazada: 4 de febrero de 2013]
Población obesa sube de 16 a 60% en quince años en Dominicana
El 60 por ciento de la población dominicana presenta actualmente problemas de obesidad lo que representa un alto riesgo para desarrollar diabetes.
La advertencia fue hecha ayer por el cardiólogo Rafael Pichardo, director de investigación del Instituto de Cardiología; la directora del Seguro Nacional de Salud (SENASA), Altagracia Guzmán Marcelino; y la presidenta de la Sociedad Dominicana de Endocrinología, Yanet Velez, durante una rueda de prensa.
Guzmán Marcelino dijo que a principios de este año SENASA presentó los resultados del estudio “Factores de Riesgo Cardiovascular y Síndrome Metabólico en la Republica Dominicana (EFRICARD II), realizado por la Dirección de Instituto de Cardiología.
El estudio reveló que 29 de cada 100 mujeres y 21 de cada 100 hombres dominicanos padecen de obesidad general, obesidad visceral, grasa en la sangre y colesterol malo, debido a una alimentación inadecuada.
En la actividad también se anunció la realización de una caminata, organizada por SENASA, por motivo del Día Mundial de Lucha contra la Diabetes, que se celebrara el 14 del presente mes.
La marcha se realizará el próximo domingo en el Jardín Botánico Nacional, a las 9:00 de la mañana, y participarán actores del Sistema Dominicano de Seguridad Social, autoridades del Ministerio de Salud Publica, las sociedades dominicanas de Endocrinología y Diabetología, el Instituto de Cardiología, además de deportistas y comunicadores.
(Fuente: página listindiario.com.do – publicada el 09 de noviembre 2012)
Esta sección mostrará algunos trabajos que puedan ser útiles a nuestros facultativos por su interés práctico o teórico.
Por: Helen L. MacLaughlin, Pantelis A. Sarafidis, Sharlene A. Greenwood, Katrina L. Campbell, Wendy L. Hall y Iain C. Macdougall.
La eficacia de los programas basados en el estilo de vida de pérdida de peso en pacientes obesos con enfermedad crónica no ha sido ampliamente estudiada. Este estudio examinó la efectividad de un programa de control de peso (WMP), y trató de determinar los factores asociados con la pérdida de peso con éxito en pacientes obesos con enfermedad renal crónica (ERC).
La pérdida significativa de peso se logró, lo que demuestra la eficacia de la leche entera en polvo y el cumplimiento de una pérdida de peso programa estructurado mejor y PA sistólica.
Obesidad e hipertensión arterial en la infancia.
La obesidad está alcanzando porcentajes epidémicos tanto en los países desarrollados como en los emergentes o en vías de desarrollo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de mil millones de individuos sufren sobrepeso en el mundo, de los cuales casi trescientos millones pueden ser considerados obesos.
En la actualidad la evidencia científica y epidemiológica demuestra e identifica al sobrepeso y la obesidad como factores de riesgo para el desarrollo de enfermedades crónicas denominadas “no transmisibles”, tales como la hipertensión arterial, la diabetes mellitus tipo II, la dislipemia, etc.
Un aspecto últimamente estudiado es la relación que cabe entre sobrepeso, obesidad e hipertensión arterial fundamentalmente en edades tempranas de la vida como la niñez y la adolescencia, donde la prevalencia de las mismas en este grupo etáreo en particular se incrementa progresiva y paralelamente al aumento de las puntuaciones del índice de masa corporal. Por lo tanto, la hipertensión arterial es ya una realidad constatable hasta en un 30% de los niños obesos.
Precisamente en los últimos años se demostró que la presencia de los factores de riesgo mencionados en la niñez ya se asocian a cambios ateroscleróticos en la pared de los vasos arteriales y en este sentido la OMS llamó la atención acerca de la importancia de la medición rutinaria de la presión arterial, la talla y el peso en niños y adolescentes para la detección temprana de la hipertensión arterial y la obesidad.
La clasificación del “Fourth Report on the Diagnosis, Evaluation, and Treatment of High Blood Pressure in Children and Adolescents” (considera presión arterial normal alta a lecturas reiteradas entre valores comprendidos en los percentilos 90 y 95 para edad y sexo, e hipertensión arterial a valores iguales o superiores al percentilo 95 en al menos tres visitas consecutivas.
Aunque la incidencia general de hipertensión arterial en niños es baja, en número creciente son hoy identificados como portadores de factores de riesgo genéticos ó metabólicos para desarrollar futura hipertensión arterial, lo que hace necesario que estos factores de riesgo sean conocidos y manejados por el médico a temprana edad, para aplicar medidas cuando todavía el niño está normotenso, previniendo la aparición de hipertensión arterial o finalmente retardándola lo más posible. Véase el trabajo publicado.
Resulta entonces de fundamental interés conocer la prevalencia de la misma como así también la relación con otros factores de riesgo cardiovascular en este grupo etáreo, para establecer una óptima estrategia preventiva y terapéutica tal como queda demostrado en el trabajo publicado en este volumen de la Revista de la Federación Argentina de Cardiología: “Hipertensión Arterial y su asociación con variables antropométricas en adolescentes escolarizados de la ciudad de Salta”, donde precisamente se describe la estrecha relación entre hipertensión arterial y la obesidad infantil.
(Fuente: Revista Argentina de Cardiología)
Sobre una báscula, la humanidad pesaría 287 millones de toneladas, de las que 15 millones son de sobrepeso. Lo afirma un estudio de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de la universidad de Londres. Es como si hubiera 242 millones de personas más en el mundo, anota el texto. Y también hay que alimentarlas.
La obesidad es una epidemia y el quinto factor de muerte en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud. Los kilos de más son una cuestión de salud, pero también social, dicen los investigadores. Las personas con sobrepeso necesitan más cantidad de energía para moverse. Eso significa más comida. “Todo el arroz, los cereales o la carne que EE UU emplea en alimentar su gordura podría sustentar a 22 millones de personas al día”, explica David Prieto-Merino, coautor del estudio junto a otros cinco expertos. El dato en todo el mundo asciende a 111 millones de personas que podrían comer de lo que ahora consumen de más los adultos con un índice de masa corporal superior a 25, para mantener (que no aumentar) su sobrepeso.
La investigación, con datos de 2005 —los más fiables disponibles, según los autores— y recién publicado, muestra que ese peso extra no está uniformemente repartido. Los países ricos son los más gordos, mientras que los pobres tienen serias dificultades para cubrir sus necesidades nutricionales. Según sus cálculos, 12 norteamericanos adultos pesan una tonelada (81 kilogramos de media), mientras que harían falta 17 asiáticos para llegar a esa cantidad (59 kilos).
“La lucha contra la gordura puede ser crucial para la seguridad alimentaria y la sostenibilidad ecológica”, escriben los autores. Tanto como el crecimiento poblacional, añaden. El pasado octubre la cantidad de habitantes sobre el planeta alcanzó los 7.000 millones. La ONU estima que en 2050 habrá 2.300 millones más. Lo que ha avivado el debate de si habrá recursos suficientes para sustentar a tanta gente. Los autores del informe apuntan la necesidad de considerar también la variable de la masa corporal cuando se estudian las implicaciones ecológicas del aumento de la población. El sobrepeso incrementa la demanda de alimentos. Si todo el mundo pesara lo mismo que la media norteamericana (81 kilos), sería como si hubiera 500 millones de personas más sobre la tierra en términos de consumo de comestibles. Y esa parece ser la tendencia. “Nuestro cuerpo está genéticamente programado para comer todo lo que podamos. Pero, con los avances tecnológicos, ahora no gastamos esa energía”, dice Prieto-Merino.
El experto añade: “Si dejáramos de consumir más de lo que necesitamos, esa comida podría ir a países donde no se cubren las necesidades alimenticias”. “La producción mundial de alimentos daría para comer a toda la población, pero el acceso es desigual”, añade Amador Gómez, director técnico de Acción Contra el Hambre. “Es un contrasentido que una parte del mundo se muera de sobrepeso y otra de desnutrición”, zanja.
Pero la solución no es fácil. “Haría falta una adaptación muy fuerte para vencer nuestra tendencia genética a comer todo lo que disponemos”, explica Prieto-Merino. Por eso propone un estilo de vida más activo, para quemar energía. Para Gómez, “la estrategia de fondo es la erradicación de la pobreza”, que mejoraría la posibilidad de acceso a los alimentos de las naciones que ahora no pueden competir en el mercado. La situación actual está lejos de alcanzar ese equilibro de fuerzas. “Si producimos demasiado lo tiramos antes que mandarlo a países pobres para que no bajen los precios. Es la perversión total”, denuncia Prieto-Merino. Un informe del Parlamento Europeo el pasado febrero confirma que el derroche de comida es una realidad: los europeos desperdiciamos 89 millones de toneladas al año de productos que serían comestibles. Aunque no lo relaciona con estrategias de mercado.
Los países ricos estamos más gordos y desperdiciamos más. El crecimiento descontrolado de la población es más propio de los países pobres. Todo amenaza la sostenibilidad del planeta. Por eso la comunidad científica ha querido llevar este tema a la Cumbre de Río+20. En un documento rubricado por Global Network of Science Academies (IAP), que engloba a 105 academias de todo el mundo, se alerta por primera vez de los riesgos del consumo voraz en el primer mundo y de la falta de control demográfico, sobre todo en las naciones en vías de desarrollo.
(Fuente: London School of Hygiene &Tropical Medicine-EL PAÍS)
OMS alerta sobre la hipertensión, la diabetes y la obesidad
Datos de salud difundidos el miércoles brindaron la evidencia más clara hasta la fecha de la expansión de dolencias crónicas como la diabetes y la enfermedad cardíaca desde las naciones desarrolladas hasta las regiones más pobres del mundo a medida que cambian los estilos de vida y la alimentación.
Información de Naciones Unidas mostró que uno de cada tres adultos de todo el mundo tiene presión arterial elevada, causa de alrededor de la mitad de todas las muertes por accidente cerebrovascular (ACV) y enfermedad cardíaca, y que la condición afecta casi a la mitad de la población adulta de algunos países de África.
En su reporte anual sobre salud global, la Organización Mundial de la Salud (OMS) también indicó que uno de cada 10 adultos de todo el mundo padece diabetes, una enfermedad que cuesta miles de millones de dólares en tratamiento y que pone a los pacientes en riesgo de ceguera, enfermedad cardíaca y renal.
Mientras que la prevalencia promedio global de diabetes es de alrededor del 10 por ciento, el informe indicó que hasta un tercio de la población de algunos países de las islas del Pacífico sufren la condición.
Suele considerarse que las dolencias crónicas como la diabetes, la enfermedad cardíaca y el cáncer afectan fundamentalmente a las personas de las naciones adineradas, donde las dietas con alto contenido graso, el consumo de alcohol y el tabaquismo son los principales riesgos para la salud.
Pero la OMS señala que actualmente casi el 80 por ciento de las muertes por este tipo de enfermedades se producen en países de bajos y medianos ingresos.
En África, el aumento del tabaquismo, el cambio hacia una alimentación de tipo occidental y menos ejercicio están haciendo proliferar rápidamente las enfermedades crónicas o no transmisibles, que se espera que sobrepasen a otras dolencias como las más letales para el 2020.
“Este informe aporta más evidencia del drástico aumento en las condiciones que disparan la enfermedad cardíaca y otras dolencias crónicas, particularmente en los países de bajos y medianos ingresos”, manifestó la directora general de la OMS, Margaret Chan, en un comunicado publicado junto con el reporte.
“En algunos países africanos, hasta la mitad de la población adulta tiene presión sanguínea alta”, agregó.
El reporte estadístico de la OMS de este año fue el primero en incluir datos de los 194 estados miembros sobre el porcentaje de hombres y mujeres con presión elevada, o hipertensión, y con niveles de azúcar en sangre altos, un síntoma de diabetes.
Este informe no examina las causas detrás de los números en alza o descenso, pero busca brindar un panorama sobre enfermedades importantes y riesgos para la salud que afectan a la población global.
BUENAS Y MALAS
En las naciones ricas, la expansión del diagnóstico y el tratamiento con medicamentos de bajo costo redujo significativamente las lecturas promedio de la presión arterial en sus poblaciones, y esto contribuyó a la disminución de las muertes por enfermedad cardíaca, señaló la OMS.
Pero en África, más del 40 por ciento -y en algunos lugares hasta el 50 por ciento- de los adultos de muchos países tendrían hipertensión.
La mayoría de las personas siguen sin un diagnóstico, según indica el informe, aunque muchas podrían ser tratadas con fármacos de muy bajo costo; una intervención que reduciría el riesgo de muerte y discapacidad por cardiopatías y ACV.
La obesidad es otro problema importante, manifestó la OMS, con datos que muestran que las tasas de la condición se duplicaron en todas las regiones del mundo entre 1980 y el 2008.
“Hoy, 500 millones de personas -o el 12 por ciento de la población mundial- son consideradas obesas”, dijo Ties Boerma, director de estadísticas de salud y sistemas de información de la OMS.
Los mayores niveles de obesidad se registran en el continente americano, donde el 26 por ciento de los adultos son obesos, y el menor en el sudeste de Asia, donde la cifra alcanza al 3 por ciento de los adultos.
El informe reveló que las mujeres de todas partes del mundo son más propensas que los hombres a ser obesas, y que por lo tanto corren más riesgo de desarrollar diabetes, enfermedad cardíaca y algunos cánceres.
El reporte Estadísticas de Salud Mundial de la OMS se publica anualmente y contiene datos de 194 países entre indicadores que incluyen la expectativa de vida, enfermedades y muertes por varias dolencias, servicios sanitarios, tratamientos y factores de riesgo o conductas que afectan a la salud.
Estadísticas de Salud Mundial 2012 está disponible en http://who.int/entity/gho/publications/world_health_statistics/2012/en/index.html.
Otras tendencias clave identificadas en el informe incluyen:
* Muertes maternas:
– En 20 años, la cantidad de muertes maternas se redujo de más de 540.000 en 1990 a menos de 290.000 en el 2010, lo que implica una disminución del 47 por ciento. Un tercio de esas muertes fueron en tan sólo dos países: India, con el 20 por ciento del total global, y Nigeria, con el 14 por ciento.
*Muertes infantiles:
– Los datos del 2000 al 2010 muestran que el mundo ha realizado un gran avance en la reducción de las muertes infantiles, recortándolas desde casi 10 millones de menores de 5 años en el 2000 a 7,6 millones en el 2010. Los descensos en las cifras de muertes por enfermedad diarreica y sarampión han sido particularmente impactantes, indicó la OMS.
*Registro de muertes:
– Sólo 34 países -que representan el 15 por ciento de la población global- producen datos de alta calidad sobre las causas de muerte. En las naciones de bajos y medianos ingresos, se registran menos del 10 por ciento de las muertes.
(Fuente: Reuters Health)
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