Nueva guía para el control de la hipertensión arterial en personas mayores
Los cambios de estilo de vida y el uso de antihipertensivos ayudan a reducir los problemas de salud en personas mayores de 80 años.
Los estadounidenses de edad avanzada están en alto riesgo de presión arterial alta, problemas de salud y de muerte, pero los cambios en el estilo de vida y el uso adecuado de medicamentos pueden reducir estos riesgos, según una guía clínica dada a conocer el lunes por la American Heart Association (AHA) y el Colegio Estadounidense de Cardiología (American College of Cardiology).
“A medida que envejecemos, la presión arterial alta suele formar parte de ese proceso”, señaló una experta, la Dra. Suzanne Steinbaum, cardióloga de prevención del Hospital Lenox Hill en la ciudad de Nueva York. “De hecho, el 78 por ciento de las mujeres y el 64 por ciento de los hombres mayores de 65 años tienen presión arterial alta, lo que puede conducir potencialmente a enfermedades devastadoras como ataques cardiacos, accidentes cerebrovasculares, insuficiencia cardiaca y fibrilación auricular”, señaló.
Según la AHA, entre las personas de 80 años o más, sólo un tercio de los hombres y un cuarto de las mujeres controlan de forma adecuada su presión arterial.
El control de la presión arterial en pacientes de edad avanzada es mucho más rentable que el tratamiento de los problemas cardiacos que se derivan de la hipertensión sin controlar. Sin embargo, muchos médicos no tratan la hipertensión en estos pacientes debido a que les preocupa, que al hacerlo, puedan aumentar su riesgo de muerte, explicó el copresidente del comité de redacción del Colegio Estadounidense de Cardiología y la American Heart Association, el Dr. Wilbert S. Aronow, profesor clínico de medicina del Centro Médico de Westchester y el Colegio Médico de Nueva York.
“El tratamiento de la hipertensión en las personas mayores es particularmente difícil porque en general suelen tener varios problemas de salud y una mayor prevalencia de factores de riesgo cardiovasculares y de eventos cardiacos”, apuntó Aronow en el comunicado de prensa del ACC y la AHA. “También existe la necesidad de una mayor vigilancia para evitar los efectos secundarios relacionados con el tratamiento, tales como alteraciones electrolíticas, insuficiencia renal e hipotensión ortostática (un descenso de la presión arterial).
La finalidad de esta guía clínica es ayudar a los médicos a manejar de manera segura y eficaz la hipertensión en pacientes de edad avanzada. La decisión de redactar esta guía se basó en los resultados publicados en 2008 por el Ensayo sobre hipertensión en personas de edad muy avanzada. Este ensayo de gran tamaño encontró que el tratamiento de la presión arterial alta en personas de 80 años o mayores condujo a un 30 por ciento menos accidentes cerebrovasculares, 23 por ciento menos muertes cardiacas, 64 por ciento menos casos de insuficiencia cardiaca, y un descenso de 21 por ciento en la mortalidad por todas las causas.
Entre las recomendaciones de la guía clínica se encuentran:
•El monitoreo rutinario de la presión arterial, incluida la lectura de la presión arterial mientras el paciente está de pie.
•Los objetivos terapéuticos adecuados son niveles de presión arterial inferiores a 140/90 mm Hg en personas de 65 a 79 años, y una presión arterial sistólica (la cifra superior en una lectura de presión arterial) entre 140 y 145 mm Hg en personas de 80 años o más si lo pueden tolerar.
•El uso de medicamentos, cuando sea apropiado, debe basarse en la eficacia, la tolerancia, la presencia de otros problemas de salud y el costo.
•Al iniciar el tratamiento de medicamentos antihipertensivos, los médicos deben comenzar en general con la dosis más baja y aumentarla gradualmente según la tolerancia del paciente.
•También se debe animar a los pacientes a realizar cambios en el estilo de vida para prevenir y tratar la presión arterial alta.
Steinbaum estuvo de de acuerdo sobre todo con el último punto.
“El estilo de vida podría ser útil en la gestión de la presión arterial alta, mediante ejercicio, un consumo moderado de alcohol, no fumar y el seguimiento de una dieta baja en sal”, señaló.
Los autores del comunicado también señalaron que el alto costo de los medicamentos antihipertensivos es un factor en las bajas tasas de control de la presión arterial en las personas mayores, y los médicos deben hablar sobre esta cuestión con los pacientes.
La declaración, que aparece en los sitios web del ACC y la AHA, se publicará el 17 de mayo en la revista Journal of the American College of Cardiology.
(FUENTE: Suzanne Steinbaum, MD, preventive cardiologist, Lenox Hill HOspital, New York City; American College of Cardiology/American Heart Association, news release, April 25, 2012)
Ethnic differences in genetic predisposition to hypertension
Por: Norihiro Kato. Hypertension Research (2012) 35, 574–581.
Genetic, environmental and demographic factors and their interaction determine an individual’s risk for hypertension. Despite considerable efforts to investigate the genetic basis of hypertension, or elevated blood pressure (BP) levels, the inherently complex nature hampered progress in the elucidation of the genes involved and yielded little success until 2009 when two consortia-based meta-analyses of genome-wide association (GWA) studies involving 30?000–40?000 samples in the discovery stage identified a total of 13 independent loci significantly associated with BP in populations of European descent.
Por: Natacha Levi-Marpillat, Isabelle Macquin-Mavier, Anne-Isabelle Tropeano, Gianfranco Parati y Patrick Maison. Hypertension Research (2014) 37, 585–590.
Increased blood pressure variability (BPV) contributes to end-organ damage, cardiovascular events and mortality associated with hypertension. In a cohort of 2780 hypertensive patients treated by either calcium channel blockers (CCBs), diuretics, angiotensin-converting enzyme inhibitors (ACEIs), angiotensin receptor blockers (ARBs) or ß-blockers alone or in combination, we compared indices of short-term BPV according to the different treatments. Short-term BPV was calculated as the standard deviation (s.d.) of 24?h, daytime or nighttime systolic blood pressure and diastolic blood pressure (SBP and DBP).
Por: Kunihiko Matsui, Shokei Kim-Mitsuyama, Hisao Ogawa, Tomio Jinnouchi, Hideaki Jinnouchi y Kikuo Arakawa for the OlmeSartan Calcium Antagonists Randomized (OSCAR) Study Group. Hypertension Research (2014) 37, 526–532.
Essential hypertension is a common comorbid condition and risk factor for cardiovascular events; in addition to lifestyle modification, drug therapy is the main treatment strategy. Although there are indications for specific classes of antihypertensive drugs for particular patients, such as diuretics for hypertensive African Americans,1 there is no uniform agreement on the type of drug(s) that should be used when physicians choose an antihypertensive drug for newly diagnosed patients without specific indications for those drugs. Recently, many evidence-based clinical practice guidelines from various clinical fields have been published to improve the quality of patient care.
Relation of raw and cooked vegetable consumption to blood pressure: the INTERMAP Study
Por: Q Chan, J Stamler, I J Brown1, M L Daviglus, L Van Horn, A R Dyer, L M Oude Griep, K Miura, H Ueshima, L Zhao, J K Nicholson, E Holmes y P Elliott1 for the INTERMAP Research Group. Journal of Human Hypertension (2014) 28, 353–359.
Inverse associations have been reported of overall vegetable intake to blood pressure (BP); whether such relations prevail for both raw and cooked vegetables has not been examined. Here we report cross-sectional associations of vegetable intakes with BP for 2195 Americans ages 40–59 in the International Study of Macro/Micronutrients and Blood Pressure (INTERMAP) using four standardized multi-pass 24-h dietary recalls and eight BP measurements. Relations to BP of raw and cooked vegetables consumption, and main individual constituents were assessed by multiple linear regression.
La sal favorece la hipertensión arterial y es un importante factor de riesgo de las enfermedades cardiacas y cerebrovasculares, ambas entre las tres primeras causas de muerte en Cuba.
La reducción de su consumo contribuye de manera importante a disminuir la presión arterial y la mortalidad por accidentes cerebrovasculares y por enfermedad cardiaca isquémica
En Inglaterra fueron implementados efectivos programas para reducir el consumo de sal por la población en 2003, cuandoel 80 por ciento de la ingesta de la sustancia provenía de alimentos procesados.
Como resultado, entre 2003 y 2011, se redujo la cantidad de sal de las dietas en un 15 por ciento y los fallecidos por enfermedades del corazón y accidentes cerebrovasculares disminuyeron 40 y 42 por ciento, respectivamente, según investigó el Instituto Wolfson de Medicina Preventiva en Londres y publicó la revista BMJ Open.
Para vivir una vida de mayor calidad también es importante aumentar el consumo de frutas y vegetales, abandonar el tabaquismo, mantener un peso adecuado y practicar regularmente actividades físicas, de acuerdo con la edad y el estado de salud.
Aunque estos factores se tuvieron en cuenta en la investigación mencionada, el mayor impacto lo tuvo la disminución del consumo de sal, también influyente en la disminución de la presión arterial y del colesterol sanguíneo.
CONOCIENDO EL PELIGRO
La sal de mesa está constituida por cloro y sodio, de ahí su nombre técnico de cloruro de sodio.
Para el funcionamiento normal del cuerpo humano son necesarias determinadas cantidades, pues la sal colabora en la función de nervios y músculos, y mantiene un adecuado equilibrio de los líquidos corporales.
Una forma sana de alimentarse consiste en revisar las etiquetas de los alimentos procesados y seleccionar aquellos bajos en contenido de sal y sodio. Es más que probable que el común de las personas consuma más sodio del necesario en su alimentación diaria.
Son los riñones quienes controlan y equilibran la cantidad de sodio en el cuerpo. Cuando su cantidad es excesiva se acumula en sangre y los riñones no pueden eliminarlo adecuadamente. Eso puede causar presión arterial elevada, importante factor de riesgo para la salud.
Se necesita el esfuerzo sostenido y mancomunado de toda la sociedad para influir en las personas de cualquier edad, a fin de reducir la ingestión de sal, incluida la de los alimentos procesados, con el objetivo de disminuir la hipertensión arterial, las enfermedades cardiacas y los accidentes cerebrovasculares. Con menos sal, todos tendremos más salud.
(Fuente: Cubahora.cu)
Yet Another Study Reports Poor Control of Elevated Blood Pressure
Por: Lewis H. Kuller. American Journal of Hypertension Volume 27, Issue 6, Pp. 773-774.
The article by Sorlie et al. (this issue) provides estimates of the prevalence of hypertension and of awareness, treatment, and control among the Hispanic community. Previous publications from this study have described the study design and recruitment and baseline measurements and the distribution of risk factors and prevalent cardiovascular disease. The reports documented very substantial variability in the prevalence of hypertension by specific Hispanic groups and communities.
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