El curry sirve para bajar presión arterial en ratas
Investigadores médicos indios anunciaron que han experimentado con éxito una mezcla de especias a base de curry que hizo bajar la presión arterial en ratas de laboratorio, despertando esperanzas de hallar medicamentos naturales y baratos para tratar esta enfermedad crónica.
S. Thanikachalam, un experto cardiólogo que dirigió la investigación, dijo que su equipo ha probado en roedores una mezcla de jengibre, cardamomo, comino y pimienta, ingredientes comunes en la cocina india, junto con pétalos de loto blanco y otros.
“Vimos enormes cambios positivos en ratas con una alta presión arterial inducida durante nuestros experimentos en laboratorio”, dijo Thanikachalam, jefe del departamento de cardiología en la Universidad Sri Ramachandra de la sureña ciudad de Madrás.
“La droga fue muy eficaz para bajar la presión arterial y disminuir el estrés oxidativo en ratas”, dijo a la AFP.
El estudio señala que las especias contribuyeron a reducir la hipertensión renovascular, una forma secundaria de la presión arterial alta causada por un estrechamiento de las arterias de los riñones.
Los indios están genéticamente predispuestos a la hipertensión. Uno de cada cuatro sufre de ese mal en las ciudades, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
No es la primera vez que el curry ha sido asociado con beneficios para la salud. Los resultados del estudio fueron publicados en la edición de junio de la publicación médica “Experimental Biology and Medicine”.
(Fuente: Bolentín Aldía – Boletín de Prensa Latina)
Factores de riesgo para la enfermedad renal crónica se presentan décadas antes del diagnóstico
Un equipo estadounidense de investigadores liderado por el Instituto Nacional del Corazón, el Pulmón y la Sangre en Boston ( EE UU) afirma que los factores de riesgo de la enfermedad renal crónica (ERC), como la obesidad, presión arterial alta, niveles altos de triglicéridos y la diabetes, están presentes y son identificables tres décadas antes de su diagnóstico.
El estudio se publica en el Journal of the American Society of Nephrology.(doi: 10.1681/ASN.2013070750)
índiceLa enfermedad renal crónica, asociada a una reducción en la tasa de filtrado de los riñones, es un problema de salud pública que afecta aproximadamente al 10-15 % de los adultos en los Estados Unidos y a 60 millones de personas en todo el mundo. Suele ser asintomática al inicio de la enfermedad y, como resultado, la conciencia de esta patología sigue siendo baja entre la población.
Los factores de riesgo identificados en los estudios prospectivos sobre esta enfermedad son la edad, la hipertensión, la etnia, la diabetes, el tabaquismo, presión arterial baja, la proteinuria y la obesidad. Sin embargo, la mayoría de los estudios han evaluado los factores de riesgo cerca del momento del diagnóstico de la ERC cuando ya es demasiado tarde para prevenir la patología.
“Una de las ventajas de nuestro centro de investigación es que llevamos a cabo un seguimiento largo de los enfermos. Como resultado, somos capaces de mirar hacia atrás en el tiempo antes de que los individuos desarrollasen una enfermedad para examinar sus factores de riesgo”, explica Caroline S. Fox, investigadora principal del estudio.
Según los autores, los resultados del nuevo trabajo pueden ayudar a la detección y el tratamiento de las dolencias relacionadas a la ERC. Para ello, los investigadores analizaron la carga de factores de riesgo que padecieron los enfermos hasta 30 años antes de ser diagnosticados.
Durante el estudio, los científicos identificaron 441 nuevos casos de enfermedad renal crónica entre los participantes y 882 que no desarrollaron ERC. Los datos mostraron que las personas que desarrollaron la enfermedad eran un 76 % más propensos a haber tenido hipertensión, tenían un 71 % más probabilidades de haber sido obesos y un 43 % más de haber tenido los niveles de triglicéridos altos y casi tres veces más de probabilidades de haber tenido diabetes 20 años antes del diagnóstico de esta patología crónica.
Gearoid M. McMahon, coautor del estudio concluye: “Esta investigación demuestra que los factores de riesgo están presentes mucho antes de que se diagnostique la enfermedad. Esto es importante porque sugiere que deberíamos abordar estos factores de riesgo tempranos para prevenir enfermedades futuras”.
(Fuente: Noticias Aldia -SNIC)
En esta sección les exponemos algunos artículos publicados sobre la hipertensión arterial.
De varias Revistas
Por: Ljiljana Lukic , Nebojsa M. Lalic, Natasa Rajkovic, Aleksandra Jotic, Katarina Lalic, Tanja Milicic, Jelena P. Seferovic, Marija Macesic y Jelena Stanarcic Gajovic. Int. J. Environ. Res. Public Health 2014, 11(4), 3586-3598.
Decreased renal function in hypertensive emergencies
Por: U Derhaschnig, C Testori, E Riedmueller, E L Hobl, F B Mayr y B Jilma. Journal of Human Hypertension (2014) 28, 427–431.
El uso de los beta-bloqueadores y el Eighth Joint National Committee
Por: Alberto Morales Salinas. Revista Finlay de enfermedadades no transmisibles, vol. 4, núm. 1 (2014).
Blood pressure variability assessed by home measurements: a systematic review
Por: George S Stergiou, Angeliki Ntineri, Anastasios Kollias, Takayoshi Ohkubo, Yutaka Imai y Gianfranco Parati. Hypertension Research (2014) 37, 565–572.
Accumulating evidence suggests that day-by-day blood pressure (BP) variability assessed using self-measurements by patients at home (HBPV) provides useful information beyond that of average home BP. This systematic review summarizes the current evidence on day-by-day HBPV. A systematic literature search (PubMed) revealed 22 eligible articles. Independent prognostic value of day-by-day HBPV for cardiovascular events and total mortality was demonstrated in two outcome studies, whereas novel indices of variability had minimal or no independent prognostic ability.
La presión positiva continua en las vías respiratorias (CPAP), que es el tratamiento más prescrito en casos del síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS), resultó ser más útil en la reducción de la presión arterial que otros tratamientos como los suplementos de oxígeno nocturno o un tratamiento educativo de control, según un estudio realizado por el Hospital Brigham y de Mujeres de Boston (Estados Unidos) y publicado en “New England Journal of Medicine“.
“Otros estudios que se hicieron previamente demostraron que una disminución de la presión arterial de esta magnitud se asociaba con un 20 % menos de probabilidad de morir de ictus y una reducción del 15 % en mortalidad cardiovascular”, ha explicado Daniel Gottlieb, médico-científico en la Unidad de Trastornos del Sueño y Circadianos del Hospital Brigham y de Mujeres de Boston.
Los investigadores realizaron un ensayo clínico dirigido por cuatro centros médicos con financiación de la Ley de Recuperación y Reinversión estadounidense. Este equipo de científicos estudió a pacientes con enfermedades coronarias o con múltiples factores de riesgo de enfermedad coronaria por la apnea obstructiva del sueño, realizándoles cuestionarios y pruebas del sueño. Además, los investigadores midieron la presión arterial de los sujetos durante 24 horas antes y después del tratamiento, que duró 12 semanas.
En este ensayo participaron 318 pacientes con edades comprendidas entre los 45 y los 75 años, que padecían al menos una apnea obstructiva del sueño moderadamente grave y que habían recibido aleatoriamente educación sobre higiene del sueño y sobre un estilo de vida saludable y además de eso, un tratamiento con CPAP o un tratamiento nocturno con oxígeno.
La CPAP resultó más efectiva en la reducción de la presión arterial que el tratamiento nocturno de oxígeno complementario o el tratamiento educativo de control. Los efectos de la CPAP fueron mejores por la noche, y fueron mayores en la presión arterial diastólica que en la sistólica.
“Este estudio proporciona una oportunidad para desarrollar tratamientos alternativos individualizados”, ha señalado James Kiley, director de la Unidad de Enfermedades Pulmonares, perteneciente al conjunto de Institutos Nacionales de la Salud.
(Fuente:Diario Médico)
Por: Jiang He, MD, PhD; Yonghong Zhang, MD, PhD; Tan Xu, MD, PhD; Qi Zhao, MD, PhD; Dali Wang, MD; Chung-Shiuan Chen, MS; Weijun Tong, MD; Changjie Liu, MD; Tian Xu, MD; Zhong Ju, MD; Yanbo Peng, MD; et al. JAMA. 2014;311(5):479-489. doi:10.1001.
Stroke is the second leading cause of death and the leading cause of serious, long-term disability worldwide.1 Clinical trials have documented that lowering blood pressure reduces the risk of stroke in hypertensive and normotensive patients with a history of stroke or transient ischemic attack. Although the benefit of lowering blood pressure for primary and secondary prevention of stroke has been established, the effect of immediate antihypertensive treatment in patients with acute ischemic stroke and elevated blood pressure is uncertain. Elevated blood pressure is common during acute ischemic stroke.
Relation of raw and cooked vegetable consumption to blood pressure: the INTERMAP study
Por: J M Geleijnse. Journal of Human Hypertension (2014) 28, 343–344.
Elevated blood pressure (BP) is the leading cause of premature death and disability worldwide. Individuals are usually characterized as ‘normotensive’ or ‘hypertensive’ based on the cut-off level of 140/90mmHg; however, there is no such thing as a threshold for the effect of BP on disease risk. Already from systolic BP levels of 115?mm?Hg upward, there is a gradual increase in the risk for cardiovascular diseases (CVD) and mortality. Overall, in middle-aged populations, a 2-mm?Hg higher systolic BP is associated with a 6–8% higher risk of stroke and 4–5% higher risk of coronary heart disease.
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