Episodios de gota: no todos los antihipertensivos son iguales
Se estima que tres de cada cuatro pacientes con episodios de gota son hipertensos. El riesgo de sufrir ataques de gota esta asociado a la hipertensión a través de una disminución del flujo
renal con un incremento de la resistencia renal y periférica así como una disminución de la excreción renal de uratos.
Algunos fármacos antihipertensivos aumentan los niveles séricos de acido úrico contribuyendo a aumentar el riesgo de sufrir ataques de gota, siendo bien conocido el incremento de los niveles
de acido úrico y episodios de gota inducidos por los diuréticos. El uso de betabloqueantes se ha relacionado igualmente con aumento de los niveles de acido úrico en ensayos de corta duración,
mientras que los calcioantagonistas y losartan se han relacionado con disminución de los niveles de ácido úrico.
Sin embargo, hasta la fecha no se había llevado a cabo ningún estudio que relacione el riesgo de sufrir ataques de gota para las diferentes familias de fármacos antihipertensivos.
Para responder esta cuestión, se ha publicado en BMJ un estudio de casos y controles anidados realizado por Choi y colaboradores, con la colaboración del Centro Español de
Investigación Farmacoepidemiológica. Al inicio del mismo, los pacientes debían estar libres de padecer gota y cáncer. La muestra se seleccionó a partir de una base de datos de Reino Unido
con unos cuatro millones de registros entre enero de 2000 y diciembre de 2007. Finalmente el estudio incluyó 24.768 pacientes con nuevo diagnostico de gota y 50.000 controles.
Los autores encontraron un menor riesgo de sufrir ataques de gota en pacientes hipertensos en tratamiento con calcioantagonistas (RR: 0.87, IC95%: 0.82-0.93) y losartan (RR: 0.81, IC95%:
0.70-0.94). La diferencia absoluta de riesgo fue de 60 y 86 casos por 100.000 personas año.
El uso de diuréticos (RR: 2.36, IC95%: 2.21-2.52), de betabloqueantes (RR: 1.48, IC95%: 1.40-1.57), de IECAs (RR:1.24, IC 95%: 1.17-1.32) y de ARA2 excluido losartan (RR: 1,29,
IC95%: 1.16-1.43) se asoció a un mayor riesgo de ataques de gota. La diferencia absoluta de riesgo fue respectivamente de 572, 218, 109 y 132 casos por 100.000 personas año.
Respecto a las terapias combinadas, la magnitud y dirección de la asociación en el riesgo relativo fue coincidente con el observado en monoterapia. En terapia dual con diuréticos el riesgo
fue mayor con betabloqueantes (RR: 3.33, IC95%: 3.03-3.66) y con IECAs (RR:3.17, IC95%: 2.90-3.47) que con calcioantagnistas (RR: 2.11, IC95: 1.87-2.38). En utilización combinada con
betabloqueantes el riesgo relativo fue mayor con IECAs (RR:1.70, IC95%:1.48-1.96) que con calcioantagonistas (RR:1.24, IC95%: 1.7-1.96), mientras que no fue significativo en el caso de la
combinación de IECAs y calcioantagonistas (RR:1.13, IC95%: 0.96-1.32).
Los autores indican que los resultados del estudio podrían tener implicaciones prácticas en el manejo de los pacientes hipertensos, particularmente entre los de mayor riesgo de sufrir ataques
de gota.
El editorial que acompaña al trabajo finaliza diciendo que, además de reducir los ataques de gota, un descenso en los niveles de ácido úrico puede mejorar el pronóstico renal y
cardiovascular en los pacientes con hipertensión.
(Fuente: Hemos.es)
http://www.hemosleido.es/?p=1214
Se estima que tres de cada cuatro pacientes con episodios de gota son hipertensos. El riesgo de sufrir ataques de gota esta asociado a la hipertensión a través de una disminución del flujo
renal con un incremento de la resistencia renal y periférica así como una disminución de la excreción renal de uratos.
Algunos fármacos antihipertensivos aumentan los niveles séricos de acido úrico contribuyendo a aumentar el riesgo de sufrir ataques de gota, siendo bien conocido el incremento de los niveles
de acido úrico y episodios de gota inducidos por los diuréticos. El uso de betabloqueantes se ha relacionado igualmente con aumento de los niveles de acido úrico en ensayos de corta duración,
mientras que los calcioantagonistas y losartan se han relacionado con disminución de los niveles de ácido úrico.
Sin embargo, hasta la fecha no se había llevado a cabo ningún estudio que relacione el riesgo de sufrir ataques de gota para las diferentes familias de fármacos antihipertensivos.
Para responder esta cuestión, se ha publicado en BMJ un estudio de casos y controles anidados realizado por Choi y colaboradores, con la colaboración del Centro Español de
Investigación Farmacoepidemiológica. Al inicio del mismo, los pacientes debían estar libres de padecer gota y cáncer. La muestra se seleccionó a partir de una base de datos de Reino Unido
con unos cuatro millones de registros entre enero de 2000 y diciembre de 2007. Finalmente el estudio incluyó 24.768 pacientes con nuevo diagnostico de gota y 50.000 controles.
Los autores encontraron un menor riesgo de sufrir ataques de gota en pacientes hipertensos en tratamiento con calcioantagonistas (RR: 0.87, IC95%: 0.82-0.93) y losartan (RR: 0.81, IC95%:
0.70-0.94). La diferencia absoluta de riesgo fue de 60 y 86 casos por 100.000 personas año.
El uso de diuréticos (RR: 2.36, IC95%: 2.21-2.52), de betabloqueantes (RR: 1.48, IC95%: 1.40-1.57), de IECAs (RR:1.24, IC 95%: 1.17-1.32) y de ARA2 excluido losartan (RR: 1,29,
IC95%: 1.16-1.43) se asoció a un mayor riesgo de ataques de gota. La diferencia absoluta de riesgo fue respectivamente de 572, 218, 109 y 132 casos por 100.000 personas año.
Respecto a las terapias combinadas, la magnitud y dirección de la asociación en el riesgo relativo fue coincidente con el observado en monoterapia. En terapia dual con diuréticos el riesgo
fue mayor con betabloqueantes (RR: 3.33, IC95%: 3.03-3.66) y con IECAs (RR:3.17, IC95%: 2.90-3.47) que con calcioantagnistas (RR: 2.11, IC95: 1.87-2.38). En utilización combinada con
betabloqueantes el riesgo relativo fue mayor con IECAs (RR:1.70, IC95%:1.48-1.96) que con calcioantagonistas (RR:1.24, IC95%: 1.7-1.96), mientras que no fue significativo en el caso de la
combinación de IECAs y calcioantagonistas (RR:1.13, IC95%: 0.96-1.32).
Los autores indican que los resultados del estudio podrían tener implicaciones prácticas en el manejo de los pacientes hipertensos, particularmente entre los de mayor riesgo de sufrir ataques
de gota.
El editorial que acompaña al trabajo finaliza diciendo que, además de reducir los ataques de gota, un descenso en los niveles de ácido úrico puede mejorar el pronóstico renal y
cardiovascular en los pacientes con hipertensión.
(Fuente: Hemos.es)
Prevención y tratamiento de la hipertensión arterial refractaria
En los últimos tiempos, uno de los aspectos que más preocupan a los especialistas en hipertensión arterial (HTA) es el abordaje de la HTA refractaria o resistente, que se define como aquella que no desciende a niveles de presión aceptables (por debajo de 140/90 mmHg) a pesar del tratamiento con dosis plenas de tres o más fármacos hipotensores pertenecientes a diferentes familias o grupos de antihipertensivos. Este ha sido el tema de la sesión plenaria “¿Es posible prevenir la HTA refractaria?”, celebrada en la 17ª Reunión de la Sociedad Española de Hipertensión – Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-LELHA), llevado a cabo en Madrid.
“La hipertensión arterial refractaria se podría prevenir si se dan varias condiciones: la primera, que el diagnostico sea temprano; la segunda, que se instaure el tratamiento adecuado tanto para la hipertensión como para los demás factores de riesgo; y la tercera, que el paciente tome adecuadamente la medicación y siga los hábitos y la dieta que el médico le prescriba”, explica la Dra. Nieves Martell, jefe de sección de la Unidad de Hipertensión Arterial del Hospital Clínico San Carlos de Madrid y presidenta de la SEH-LELHA.
Mejorar la hipertensión arterial en el paciente refractario pasa inevitablemente por mejorar la adherencia terapéutica. “Se trata de la barrera más importante que nos encontramos en hipertensión, ya que la falta de cumplimiento lleva a la falta de control y, por tanto, a un aumento del riesgo cardiovascular”, afirma el Dr. Josep Redón, jefe de servicio de Medicina Interna y coordinador de la Unidad de Hipertensión del Hospital Clínico Universitario de Valencia y actual presidente de la Sociedad Europea de Hipertensión (ESH).
El paciente refractario suele estar tratado con dos, tres y, en ocasiones, cuatro o más fármacos. Los estudios han demostrado que, a medida que aumenta el número de pastillas, el cumplimiento decrece. Ante esta situación toman especial importancia las combinaciones a dosis fijas de fármacos, que simplifican el tratamiento y favorecen el cumplimiento. “A medida que aumenta el número de fármacos, hay más posibilidades de que el paciente olvide alguno de ellos, lo que conlleva una cobertura inadecuada y que la presión arterial no esté bien controlada. Por tanto, si el paciente puede tomar 2 o 3 pastillas en una sola, las posibilidades de fallo se minimizan de forma importante”, resume la Dra. Martell. De la misma opinión es el Dr. Redón, que señala: “El uso de combinaciones simplifica el tratamiento y mejora el cumplimiento. La toma de un único comprimido diario facilita que el paciente cumpla con su medicación”.
“La aproximación integral al manejo de la hipertensión es la única vía que tenemos para reducir la posibilidad de que el paciente sufra un accidente cardiovascular. Por tanto, todas las iniciativas que ayuden a conseguir estos propósitos son loables y ayudan tanto al paciente como al médico a conseguir los objetivos”, concluye la Dra. Martell.
Ejemplos de combinaciones a dosis fijas para tratamiento de la hipertensión arterial refractaria: olmesartán y amlodipino, olmesartán, amlodipino e hidroclorotiazida y olmesartán e hidroclorotiazida, que permiten a los médicos adecuarse a las necesidades de tratamiento de cada tipo de paciente con hipertensión.
En España existen más de 10 millones de personas que padecen hipertensión arterial, lo que supone que el 35% de la población adulta padece esta enfermedad, cifra que se eleva a más del 60 % en los mayores de 60 años. Estos datos han convertido la hipertensión arterial en uno de los principales problemas de salud pública, pues si bien se trata de una enfermedad silente, es uno de los mayores factores de riesgo cardiovascular. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) comparte esta visión y sitúa la hipertensión arterial como la primera causa de mortalidad a nivel mundial, debido a que es la causa del 49 % de los casos de enfermedad coronaria y del 62 % de los ictus y demás accidentes cerebrovasculares.
(Fuente: Jano.es/Boletín Al día)
Pharmacotherapy for hypertension in the elderly
Por: Musini Vijaya M, Tejani Aaron M, Bassett Ken y Wright James M.
Cochrane Database of Systematic Reviews, Issue 01, 2012.
Treating healthy persons (60 years or older) with moderate to severe systolic and/or diastolic hypertension reduces all cause mortality and cardiovascular morbidity and mortality. The decrease in all cause mortality was limited to persons 60 to 80 years of age.
Guías de la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial 2011
Para el diagnóstico, estudio, tratamiento y seguimiento de la hipertensión arterial.
Reducir el colesterol en pacientes renales evitaría el 25% de las complicaciones cardiovasculares
Un especialista subraya la idoneidad de la combinación de ezetimiba y simvastatina.
Alrededor de una cuarta parte de las complicaciones cardiovasculares en personas con enfermedad renal crónica podrían evitarse si se redujeran los niveles de colesterol en la sangre, según el ‘Study of Heart and Renal Protection’ (SHARP), citado en la 17ª Reunión de la Sociedad Española de Hipertensión – Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-LELHA), celebrada en Madrid.
“Lo importante para evitar el riesgo cardiovascular en un enfermo renal crónico es que necesita forzosamente tomar un tratamiento para el colesterol”, ha subrayado el jefe de la Unidad de Hipertensión del Hospital 12 de Octubre de Madrid, el doctor Luis Miguel Ruilope.
Este experto ha explicado que la combinación de ezetimiba y simvastatina “tiene sentido porque baja el colesterol lo suficiente”, mientras que si se utiliza únicamente simvastatina u otras estatinas, a las dosis necesarias, “no serían tan bien toleradas”.
El 40% de la población española padece hipertensión (el 70% en mayores de 70 años). Ruilope ha culpado a la obesidad y al aumento de la esperanza de vida de este aumento. Además, “si eres obeso tienes un 90% de posibilidades de ser hipertenso”, ha apostillado.
(Fuente: Jano.es)
Aumenta incidencia de hipertensión arterial en adolescentes
La obesidad infantil está aumentando “de manera exponencial” en España en los últimos 20 años y, junto a ella, otros problemas asociados como la hipertensión arterial, que ya afecta a entre el 10 y el 15 % de los adolescentes, según datos de la Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-LELHA).
En este sentido el miembro de la Junta Directiva de SHE-LELHA, Francisco Morales, ha señalado cómo los cambios en los hábitos de consumo y alimentación están incidiendo de una manera muy negativa en la salud de la población.
De hecho, ha aclarado este experto, “la obesidad se ha convertido en el principal factor de riesgo cardiovascular, ya que la prevalencia de hipertensión arterial entre niños obesos puede superar el 30 %”.
Según ha añadido el doctor Alberto Gago, también de la SHE-LELHA, “la obesidad en la infancia y adolescencia ha sido asociada a un aumento de la hipertensión arterial, perfil lipídico anormal, diabetes mellitus tipo 2 y lesiones arteroscleróticas precoces, así como mayor riesgo de obesidad en época adulta con el aumento correspondiente de morbilidad y mortalidad precoz”.
“Ahora sabemos lo importante que es identificar los factores de riesgo desde edades tempranas, como hipertensión arterial y obesidad, porque suelen evolucionar hasta la edad adulta”. De hecho, “se estima que uno de cada cinco jóvenes sufrirá un evento cardiovascular en la edad adulta”, concluye el doctor Galgo.
Por ello, ambos expertos coinciden en la necesidad de integrar la actividad física como un hábito diario en su vida, junto a una educación alimentaria desde edades tempranas, encaminada a enseñar a los niños a comer bien.
En este sentido, el doctor Morales recomienda inculcar desde los años del colegio la práctica diaria del deporte, al menos durante media hora al día para adquirir el hábito de realizarlo de forma rutinaria.
(Fuente: JANO.es/Boletín Al dia)
Comentarios recientes