septiembre 2010 Archivos

0

Los riñones de personas fallecidas por un paro cardíaco podrían acortar la lista de pacientes que requieren una donación de este órgano. Así lo dio a conocer esta semana un nuevo estudio de la Universidad de Cambridge, Reino Unido, publicado por la revista The Lancet. El buen desempeño de estos órganos se mantuvo durante el primero e incluso hasta cinco años después del trasplante en pacientes que habían recibido un trasplante por primera vez.
Las conclusiones de este estudio se derivan del análisis de una base de datos de 9.134 trasplantes de riñón desde el 2000 hasta el 2007 en 23 centros médicos del Reino Unido. De ellos, 845 eran de personas cuyo corazón dejó de latir después de una decisión de retirar el soporte vital, y el resto procedían de pacientes con muerte cerebral. Alejandra Vargas M (nación.com)