Agente causante de “mal de las vacas locas” se transmite por el aire

Zúrich/Tubinga (Alemania), 13 ene (dpa) La encefalopatía espongiforme bovina (BSE), conocida como mal de las vacas locas, y la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob son más contagiosas que lo supuesto hasta ahora, advierte un equipo de investigadores de Zúrich, en Suizal, y Tubinga, en Alemania, en la revista “PLoS Pathogens”.

Los agentes causantes de estas enfermedades, los priones, pueden transmitirse por el aire, por lo que los científicos recomiendan aplicar medidas preventivas más estrictas en laboratorios, mataderos y fábricas de producción de alimentos.

El equipo de expertos, encabezado por Adriano Aguzzi de la Universidad de Zúrich, expuso a ratones a un ambiente con un aire lleno de priones, tras lo cual los roedores resultaron infectados.

Sin embargo, en el propio equipo de investigadores hay dudas acerca de si los datos obtenidos en el laboratorio pueden ser extrapolables a las condiciones en los establos para vacas.

El estudio no demuestra que los pacientes con la enfermedad de Creutzfeld-Jacob exhalan priones.

Los priones son agentes infecciosos formados por una proteína, pero que carecen de genoma y ácidos nucleicos, y que causan en vacunos y humanos enfermedades de tipo neurodegenerativo.

Hasta ahora, los expertos sostenían que los priones se trasladaban en animales y humanos del intestino al cerebro.

Que estas proteínas también sean contagiosas a través del aire, enfrenta a la industria alimentaria a nuevos problemas, indicaron los especialistas.

Para su estudio, los científicos colocaron a los ratones en cámaras de inhalación especiales, en las que pulverizaron partículas diminutas de tejido cerebral infectado.

La inhalación de los priones en las cámaras condujo a una “infección eficiente alarmante”, dijo Aguzzi. “Una exposición de un minuto alcanzó para infectar con la enfermedad a un 100 por ciento de los animales de experimentación”.

Aparentemente, los priones pudieron llegar directamente de la nariz al cerebro a través de la vía nerviosa, explicó el microbiólogo alemán Lothar Stitz, del Instituto Friedrich Loeffler.

A diferencia de su colega suizo, Loeffler no cree que se deba revaluar la peligrosidad de los priones.

Una comparación con los virus de la gripe, por ejemplo, no es adecuada, según el especialista alemán.

En el caso de la gripe, la tasa de contagio es tan alta porque los seres humanos infectados dispersan los virus por el aire al estornudar.

En los animales con BSE no hay indicios de que los peligrosos priones se puedan transmitir al medio ambiente por la saliva.

Por este motivo, es prácticamente imposible que los priones lleguen al aire por vías naturales. “En un establo considero esto descartado”, dijo Stitz.

Sin embargo, sí puede existir un riesgo en los mataderos. Cuando se elabora allí la carne de vacunos contaminados con BSE y el lugar de trabajo es luego limpiado con un equipo de limpieza de alta presión, los priones podrían llegar al aire y ser inhalados por las personas.

No obstante, las medidas de seguridad en los mataderos son tan estrictas en la actualidad, que este peligro es muy reducido.

Aguzzi opina diferente. “Una protección contundente contra los aerosoles no forma parte hasta ahora de las medidas de prevención usuales contra infecciones con priones en laboratorios científicos, mataderos y la disposición final de desechos de los mataderos”, dijo.

“Es recomendable, tomar medidas para minimizar el riesgo de una infección así con priones en humanos y animales”.

Aguzzi subrayó al mismo tiempo que los resultados se refieren a la producción de partículas infecciosas finas en condiciones de laboratorio. “No significa que los pacientes con Creutzfeld-Jakob eliminen priones con el aire al exhalar”.

La BSE causó en todo el mundo la muerte de 280 000 vacunos, según los datos de los científicos, mientras que por la variante humana Creutzfeldt-Jakob perdieron la vida unas 300 personas.