El uso de beta bloqueantes no influye en la reducción de accidentes cardiovasculares
Un estudio publicado en Journal of the American Medical Association (doi:10.1001/jama.2012.12559) concluye que la utilización de beta bloqueantes no está directamente asociada con una disminución del riesgo de infarto, ictus u otros accidentes cardiovasculares.
“El tratamiento con beta bloqueadores se aplica de forma efectiva para pacientes con enfermedades coronarias, especialmente cuando éstos han sufrido infartos de miocardio”. Estas conclusiones fueron obtenidas en estudios procedentes de pruebas con fallos cardiacos en su mayoría, anteriores a la actual praxis y ensayos clínicos actuales. Los investigadores extrapolaron los resultados a la totalidad de pacientes con enfermedades coronarias o con alto riesgo de sufrirlas.
La Facultad de Medicina de Nueva York realizó en 2009 un estudio para evaluar la relación entre el uso de beta bloqueantes y los resultados en enfermedades cardiovasculares a largo plazo. Seleccionaron para ello, una muestra de más de 44 000 pacientes de entre los cuales, el 31 % habían sufrido infarto de miocardio (MI), el 27 % tenían enfermedades arteriales coronarias y el 42 % mostraban riesgo de padecerlas.
Después de un seguimiento de 44 meses, los investigadores encontraron que, tanto en el grupo con infarto de miocardio, cómo en los dos restantes, la oscilación de la tasa de accidentes cardiovasculares y hospitalizaciones, entre los pacientes con los que se había usado beta bloqueantes y los que no, era muy baja aunque con ciertas variaciones. Sólo en los casos con infarto de miocardio muy reciente (un año o menos), la tasa de hospitalizaciónes era sustancialmente menor en los pacientes que recibieron beta bloqueantes.
Los investigadores concluyeron, por tanto, que entre los pacientes de la muestra, la utilización de los beta bloqueantes no va asociada a una disminución de la tasa de accidentes cardiovasculares en ninguno de los casos, ni tampoco en los casos con historial de infartos de miocardio. Posteriores estudios deberán de evaluar en qué pacientes y con qué duración de tratamiento, la efectividad de estos agentes es óptima.
octubre 3/2012 (Diario Médico)
Nota: Los lectores del dominio *sld.cu acceden al texto completo a través de Hinari.
(Fuente: JAMA. 2012;308(13):1340-1349. Tomado del Boletín al día)
El tratamiento de la prehipertensión reduce el riesgo de accidente cerebrovascular, según un estudio
El tratamiento de la prehipertensión reduce el riesgo de accidente cerebrovascular, según un estudio
Los medicamentos antihipertensivos ayudan incluso a aquellos que tienen presión arterial ligeramente alta
Un nuevo estudio halló que el riesgo de accidente cerebrovascular disminuyó un 22 por ciento en personas con prehipertensión que tomaban medicamentos para reducir la presión arterial.
Estas personas no tenían todavía presión arterial alta, pero aun así se beneficiaban de tomar los medicamentos, aunque no hubo una reducción significativa en la tasa de ataques cardíacos en personas que tomaban antihipertensivos.
“Sabemos que la relación entre la presión arterial y los accidentes cerebrovasculares es muy estrecha y que la presión arterial alta es un factor de riesgo de peso para el accidente cerebrovascular. “Creemos que si podemos reducir la presión arterial, podríamos disminuir el riesgo de accidente cerebrovascular”, señaló el autor principal, doctor Ilke Sipahi, profesor asistente de medicina en el Instituto Cardiovascular Harrington-McLaughlin de la Universidad Case Western Reserve y el Centro Médico Case de los Hospitales Universitarios en Cleveland.
“Encontramos una reducción estadíscamente significativa en el riesgo de accidente cerebrovascular de 22 por ciento con cualquiera de los antihipertensivos usados”, apuntó Sipahi.
Los resultados del metaanálisis aparecen en la edición en línea del 8 de diciembre y tienen previsto publicarse en la edición impresa de febrero de 2012 de Stroke.
La prehipertensión se define como la presión arterial que se encuentra entre 120 a 139 mm Hg sistólica (el número superior) y de 80 a 89 mm Hg diastólica, según la información de respaldo del estudio. Cualquier cifra que sea de 140/90 mm Hg o más se considera hipertensión. La prehipertensión es muy común y puede afectar a tanto como el 40 por ciento de los estadounidenses, de acuerdo con el estudio.
No todas las personas que tienen prehipertensión desarrollarán presión arterial alta, pero muchos lo harán. Y de acuerdo con el estudio, la prehipertensión por sí sola aumenta el riesgo de accidente cerebrovascular y ataque cardiaco.
Sin embargo, actualmente no hay directrices que recomienden tratar la prehipertensión con medicamentos. El tratamiento actual consiste en cambios en el estilo de vida, como dejar de fumar, perder peso y hacer actividad física regular. Sipahi señaló que hacer cambios en el estilo de vida puede ser efectivo cuando se introducen de forma consistente.
El presente metaanálisis se centró en el efecto que los medicamentos para reducir la presión arterial podrían tener sobre el riesgo de accidente cerebrovascular, ataque cardíaco y muerte cardiovascular.
Los investigadores encontraron 16 ensayos controlados aleatorios en el que participaron personas con prehipertensión que tomaban una forma de medicamentos para disminuir la presión arterial, como un inhibidor de la ECA, beta-bloqueador o bloqueador de los receptores de la angiotensina. Estos estudios tenían un número total de casi 71,000 personas inscritas.
Para las personas que recibieron tratamiento activo con antihipertensivo, el riesgo de accidente cerebrovascular descendió en 22 por ciento.
Los investigadores también encontraron que para prevenir un accidente cerebrovascular, 169 personas tenían que ser tratadas con un medicamento para la presión arterial durante un promedio de 4.3 años.
El riesgo de ataque cardíaco no se redujo, pero el investigador apuntó que había una tendencia hacia un menor número de muertes cardiovasculares, aunque no alcanzó una significación estadística.
“Ahora sabemos que el riesgo de accidente cerebrovascular se puede reducir, quizá necesitamos estratificar el riesgo. Si usted es alguien que tiene un riesgo particularmente alto, quizá necesitemos comenzar con un tratamiento temprano y no esperar hasta que alcance la cifra mágica de 140/90″, apuntó Sipahi. Señaló que se debe comenzar primero con cambios en el estilo de vida. Si esos cambios no dan resultado, se puede considerar entonces los medicamentos para reducir la presión arterial, destacó.
“Es un estudio de gran tamaño que se suma al argumento de pasar a la intervención temprana. Determinar el momento preciso para iniciar el tratamiento para una “pre” enfermedad es un reto, y se necesitan más estudios”, apuntó el doctor Robert Graham, internista del Hospital Lenox Hill en la ciudad de Nueva York.
“Todavía recomiendo a las personas que sigan trabajando en los factores de riesgo conocidos. No renuncie a los cambios en el estilo de vida”, agregó.
(Fuente:HealthDay News.)
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