Cuba dispondrá de otro medicamento contra la hipertensión.
El Centro de Investigación y Desarrollo de Medicamentos (CIDEM), de conjunto con los Laboratorios NOVATEC, en La Habana, desarrollan un nuevo fármaco cubano denominado Valsartán tableta, para el tratamiento de la hipertensión arterial.
La jefa del proyecto de investigación, la Máster Iverlis Díaz, aseveró a Radio Reloj que la administración del medicamento, en pacientes con hipertensión, produce la disminución de la presión arterial, sin afectar la frecuencia cardiaca.
Destacó que Valsartán tableta mejora la calidad de vida del paciente, al ser el producto efectivo luego del tratamiento indicado, y presentar reacciones secundarias y adversas leves y pasajeras.
La investigadora, Iverlis Díaz, resaltó que se estima que el nuevo medicamento anti-hipertensivo para Cuba estará a disposición del mercado nacional e internacional, a partir del venidero año 2013.
(Fuente: Radio Reloj)
Tratamiento de la HTA en 2011: lo que hay que saber
Estudios y Premio Extraordinario en Medicina UCM (01). Residencia Cirugía Cardiaca (Hospital Puerta de Hierro, 02-04). Residencia Cardiología, Hospital Clínico San Carlos. Premio Extraordinario de Doctorado UAM-UCM (09). Adjunto a la Unidad de Imagen Cardiovascular Hospital Clínico San Carlos (2010). Actualmente, Coordinador Unidad Coronaria (2011-).Instituto Cardiovascular. Servicio de Cardiología. Hospital Universitario Clínico San Carlos. Madrid.
La elevación de la tensión arterial (TA) resulta de una interacción entre múltiples factores (ambientales y genéticos). Dicha complejidad interviene en la respuesta individual a los fármacos antihipertensivos. No obstante, la alteración subyacente, que es hemodinámica, suele basarse en un aumento de las resistencias vasculares sistémicas. Esto ha justificado el desarrollo de fármacos con dianas terapéuticas complejas y refinadas, muchos de ellos con actividad vasodilatadora.
El artículo que comentamos en esta ocasión es una excelente revisión, que de manera sucinta, repasa los últimos datos sobre los tratamientos disponibles para la hipertensión arterial (HTA). Inicialmente incluye una breve historia de los diferentes medicamentos para la HTA y da una visión general del problema del mal control de la TA, algo muy frecuente con monoterapia sola.
Con esa idea en mente plantea la pregunta de qué hacer si tras unas semanas de tratamiento nuestro paciente no alcanza los objetivos terapéuticos deseados: subir dosis, combinarlo con otro o cambiar de fármaco.
Subir dosis solo es razonable si se ha documentado una eficacia antihipertensiva adecuada y el coste no es prohibitivo. De hecho, la mayoría de los medicamentos tienen una curva dosis-respuesta bastante plana, por ejemplo los inhibidores del sistema renina angiotensina, al doblar la dosis, solo alcanzan un mínimo incremento en su capacidad hipotensora. Algo diferente sería el amlodipino que logra un incremento significativo al pasar de 5 a 10 mg, pero a costa de aumentar de manera dosis dependiente el edema pedal. En resumen, se sabe que se pueden conseguir mayores caídas de la TA combinando fármacos antihipertensivos de clases diferentes; alrededor de 5 veces más que si doblamos la dosis de uno dado. Así, desde el punto de vista puramente de la eficacia, la combinación se prefiere a la subida de dosis en monoterapia.
Cambiar de fármaco es solo razonable si no se aprecia efecto hipotensor a una dosis adecuada, como ocurre con IECAs o betabloqueantes en los pacientes negros (su HTA es bastante independiente del sistema renina angiotensina), o si hay efectos secundarios intolerables, como el angioedema. Afortunadamente la mayoría de los medicamentos antihipertensivos modernos son bien tolerados y tienen una baja tasa de efectos secundarios.
Probablemente, antes de sustituir un fármaco por falta de eficacia, convenga combinarlo con otro que pueda desenmascarar su actividad hipotensora. Por ejemplo, la adicción de una tiazida a un paciente que toma un bloqueante del sistema renina angiotensina sin efecto, podría lograr un efecto aditivo superior al de la suma de los 2 medicamentos por separado.
El artículo repasa brevemente las razones para la terapia combinada, desde el punto de vista de las guías y presenta un escueto resumen de los ensayos clínicos más significativos al respecto (LIFE, ASCOT, ACCOMPLISH y VALUE).
Combinaciones específicas
Obviamente, existen tantos tipos de fármacos antihipertensivos que las combinaciones pueden ser muchísimas. El manuscrito las clasifica en 3 grupos, en función de los datos disponibles en la literatura, que justificarían esa distinción.
Combinaciones preferidas:
• IECA-diurético.
• ARA2-diurético.
• IECA-Calcioantagonista.
• ARA2-Calcioantagonista.
Combinaciones aceptables:
• Betabloqueante-diurético.
• Calcioantagonista (dihidropiridínico)-Betabloqueante.
• Calcioantagonista- diurético.
• Inhibidor de la renina-diurético.
• Inhibidor de la renina – calcioantagonista.
• Calcioantagonista (dihidropiridínico)- Calcioantagonista (no dihidropiridínico).
Combinaciones poco efectivas o inaceptables:
• IECA-ARA2.
• Inhibidor de la renina-ARA2.
• Inhibidor de la renina- IECA.
• Antialdosterónico-betabloqueante (Nota: obviamente citan esta combinación respecto a su efecto antiHTA solo, ya que se usa amplia y adecuadamentemente en pacientes con cardiopatía isquémica o insuficiencia cardiaca)
• Calcioantagonista (no dihidropiridínico)-betabloqueante.
• Agente inhibidor central (ej. Clonidina) -betabloqueante.
Por último, los autores dedican unos breves párrafos a repasar los problemas en la práctica clínica real y las razones para emplear dosis fijas (preparaciones con varios principios activos), entre las que destaca el mejor cumplimiento terapéutico (26% mejor).
Comentario
Interesantísimo artículo de revisión, sencillo de leer y que da un repaso muy estimable por los últimos estudios publicados, sin provocar desesperación en el lector por la maraña de porcentajes. Deja bien claras las ideas principales y presenta una visión muy actualizada y práctica. Tremendamente recomendable, por tanto.
En conclusión, y como mensaje para llevar a casa se puede decir que:
• Muchos, si no la tremenda mayoría, de los pacientes van a necesitar 2 o más fármacos antihipertensivos, de diferentes clases, para lograr alcanzar los objetivos tensionales deseados.
• El tratamiento combinado debe iniciarse si la TA del pacientes es >20/10 mmHg sobre el nivel diana a menos que el estado cardiovascular sea frágil (y no lo permita).
• Deberían emplearse ciertas combinaciones concretas (que el manuscrito califica de preferidas o al menos aceptables).
• En virtud de comodidad y coste se recomienda valorar la utilización de combinaciones de fármacos fijas, en vez de distintas preparaciones por separado.
Referencia: Hypertension Management 2011: Optimal Combination Therapy y Sever PS, y Messerli FH. Eur Heart J (2011) 32 (20): 2499-2506.
(Fuente: www.secardiologia.es)
Por: Daniel Piskorz, Gabriel Micali, Susana Pérez, et al.
En este registro multicéntrico basado en la práctica médica rutinaria, que incluyó pacientes hipertensos arteriales no controlados, se alcanzaron los objetivos terapéuticos en aproximadamente el 80% de los pacientes, siendo más frecuente en los sujetos no diabéticos, en quienes fue cercano al 90%, y menos exitoso en los diabéticos, con menos del 50% de los casos.
Los suplementos de vitamina D podrían mejorar la hipertensión.
La vitamina D3 podría funcionar como un inhibidor de la enzima conversiva de angiotensina (ECA) en pacientes obesos con hipertensión. Por tanto, el tratamiento crónico con vitamina D3 podría reducir el riesgo de nefropatía crónica en pacientes obesos al reducir la actividad del sistema renina-angiotensina (SRA).
El Dr. Anand Vaidya, MMSc, de la Harvard Medical School en Boston, Massachusetts, presentó la investigación en una sesión de carteles aquí en las Sesiones Científicas de 2012 de Arteriosclerosis, Trombosis y Biología vascular. Analizó el cartel con Medscape Medical News y explicó que este fue «un estudio de fisiología concebido como un ensayo de prueba de concepto».
En el cartel se describieron los resultados del primer estudio de intervención humana pensado para valorar si el tratamiento con vitamina D3 tiene un efecto sobre la actividad del SRA en los pacientes obesos. Tales pacientes fueron seleccionados porque tienen alto riesgo de nefropatía crónica. Se está llevando a cabo un estudio de seguimiento con pacientes que tienen un peso normal.
El estudio comprendió 14 individuos con obesidad patológica (índice de masa corporal: 36 kg/m²) con hipertensión, prediabetes, concentraciones de 25-hidroxivitamina D (25[OH]D) inferiores a 25 ng/ml, y una función renal normal. Los investigadores utilizaron un protocolo muy bien controlado que se ha demostrado que alcanza las medidas fiables del SRA. Para lograr esto, efectuaron el control con respecto a todos los posibles moduladores del SRA. Por ejemplo, dado que muchos fármacos pueden afectar al SRA, los individuos suspendieron todos los medicamentos durante tres meses.
La duración del tratamiento con vitamina D3 se restringió a un mes para minimizar la deserción de pacientes y los factores de confusión como pérdida de peso y cambios en la alimentación. Durante todo el mes los pacientes recibieron 15.000 UI de vitamina D3 al día. Su media de concentraciones plasmáticas de 25(OH)D aumentó de 18 mg/100 ml a 52 mg/100 ml.
Los individuos dormían en un nivel plano sobre sus espaldas durante la noche en el hospital previa a la determinación del flujo plasmático renal. Los investigadores determinaron que el tratamiento con dosis altas de vitamina D3 aumentaba 5% el flujo plasmático renal inicial y disminuía la presión arterial media en posición de decúbito supino.
Como es de esperar, las infusiones continuas de angiotensina II (AngII) reducían el flujo sanguíneo renal. La vitamina D3 aumentó la reactividad renal-vascular a una infusión continua de AngII. Esta estuvo representada por una mayor disminución del flujo plasmático renal (p < 0,05) después del tratamiento con vitamina D3. El Dr. Vaidya explicó que la magnitud del efecto fue pequeña, pero hizo notar que se observó el efecto sólo después de un mes de tratamiento con vitamina D.
La respuesta a AngII tiene una relación inversa con la concentración de SRA y los resultados indican una reducción de SRA renal-vascular en pacientes que reciben tratamiento con vitamina D. Los investigadores llegaron a la conclusión de que la vitamina D3 y los inhibidores de la ECA tienen el mismo mecanismo de acción.
El Dr. Tochi M. Okwuosa, de la Wayne State University en Detroit, Michigan, analizó el cartel con Medscape Medical News e hizo notar que la investigación «era muy interesante y extremadamente detallada».
Los hallazgos son compatibles con las observaciones transversales previas de investigadores que demuestran una sensibilidad vascular reducida a AngII en los pacientes obesos con hipertensión y concentraciones plasmáticas más bajas de 25(OH)D. En el estudio actual se determinó que el tratamiento con vitamina D3 puede «corregir» la reactividad del tejido a AngII, lo mismo que los inhibidores de la ECA. Esto indica que bajas concentraciones de vitamina D conllevan un aumento de la actividad de SRA en los tejidos.
En los pacientes obesos podría ser útil un mayor consumo de vitamina D
La obesidad y la hipertensión pronostican un riesgo más alto de nefropatía; se ha demostrado que el tratamiento con inhibidores de la ECA disminuye el riesgo. Por tanto, estos hallazgos podrían respaldar el mantenimiento de concentraciones más altas de 24(OH)D en pacientes obesos con hipertensión. Este enfoque de tratamiento de los pacientes podría reducir la actividad de SRA en los tejidos renales y vasculares y abolir la presentación de enfermedades vasculares y metabólicas relacionadas con estos trastornos.
El Dr. Vaidya señaló claramente que aún no se ha determinado el papel que desempeña el tratamiento con vitamina D en la abolición de la presentación de las enfermedades relacionadas con una actividad excesiva del SRA. Sin embargo, considera que este campo merece investigación.
Explicó que si no se comprende bien el mecanismo de acción inherente a la intervención, es difícil concebir un buen estudio.
Muchos estudios de intervención permiten a los pacientes mantenerse con sus inhibidores de ECA prescritos. Al Dr. Vaidya le inquieta que los efectos de la vitamina D sobre la inhibición del SRA se encubran por los efectos de inhibidores de ECA más potentes administrados.
El Dr. Vaidya hizo hincapié en que se debe tomar en cuenta la inhibición del SRA provocada por la vitamina D al diseñar futuros estudios de intervención que valoren la influencia del tratamiento con vitamina D3 sobre los criterios de valoración vascular. Explicó que «la comprensión del mecanismo puede influir en la forma en que estudiamos los resultados».
(Fuente: www.medcenter.com)







![Glosario: hipertensión [Hipertensión arterial en la atención primaria de salud. 2009]](http://temas.sld.cu/hipertension/files/2016/04/Glosario-e1541006177950.jpg)



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