julio 2011 Archives

J. Colomé Campos,P. Romero Aroca, Ll. Quevedo Junyent, I. Martínez Salcedo. ARCH SOC ESP OFTALMOL. 2011;86(5):145 148

Dos son los oftalmólogos que sustentan los pilares del desarrollo de la actual cirugía de la catarata, Ridley en 1949 como precursor de las lentes intraoculares y Kelman en 1969 con el diseño de la primera máquina preparada para operar bajo la técnica de la miniincisión. Existen numerosas técnicas más o menos consensuadas para practicar la cirugía de la catarata, pero en lo que seguramente estaremos todos de acuerdo es que la cirugía de elección debe ser aquella que se practique de una forma rápida, poco traumática y que permita ubicar la lente intraocular (LIO) dentro del saco capsular. Este posicionamiento intracapsular nos ayuda a mantener la LIO centrada en ausencia de reacción inflamatoria. El devenir de los años nos ha enseñado que esta ubicación inicial de la LIO dentro del saco capsular puede ser dinámica, es decir, que puede cambiar en el transcurso del tiempo como consecuencia de un desequilibrio entre los vectores centrífugos y centrípetos de tracción que mantienen un saco capsular en una posición inicialmente estable.

 

R. Gallego Pinazoa, M. Díaz Llopisa. ARCH SOC ESP OFTALMOL. 2011;86(5):135 138

La miopía afecta a cerca de 1.600 millones de personas en todo elmundo, siendo su prevalencia estimada en España de un 20-30%. La miopía magna (MM) se define por la existencia de un equivalente esférico mayor de 6 dioptrías negativas y/o de una longitud axial del globo ocular mayor de 26,5mm. Es uno de los temas de creciente interés en el ámbito de la retina médica y constituye uno de los deberes pendientes de resolver por la oftalmología moderna. Clásicamente, las alteraciones oftalmoscópicas asociadas a la MM son las atrofias coriorretinianas parcheadas, la mancha de Förster-Fuchs y las estrías lacadas relativas a microrroturas en la membrana de Bruch. Todos estos signos se fundamental en la exploración funduscópica. Es bien sabida la dificultad que entraña ésta en pacientes afectados de MM por la peculiaridad del aspecto del tejido coriorretiniano en ellos.

 

V. de Juan, R. Martín, I. Pérez, J. M. Herreras. ARCH SOC ESP OFTALMOL. 2010;85(4):144-148
La catarata es una enfermedad crónica, frecuentemente asociada al proceso de envejecimiento ocular, que se caracteriza por una opacificación progresiva del cristalino, habitualmente bilateral pero asimétrica, que provoca en el sujeto una disminución de la agudeza visual, pérdida de sensibilidad al contraste, deslumbramiento y en ocasiones diplopía monocular. Aunque puede aparecer en sujetos de todas las edades, es más frecuente encontrarlo a partir de la sexta década de vida, por lo tanto se observa una incidencia creciente en grupos de avanzada edad. Además, el aumento paulatino de la esperanza de vida ha provocado un incremento sustancial de la prevalencia de cataratas que afecta a una proporción creciente de la población.

J. Benítez Herreros, C. Pérez-Rico, M.Á. Montes Mollón, Y. Gómez San Gil y M.Á. Teus Guezala.ARCH SOC ESP OFTALMOL. 2010;85(1):11-15

El pterigión es un proceso degenerativo caracterizado por un crecimiento fibrovascular de la conjuntiva hacia la córnea, que en casos graves puede ocasionar una pérdida significativa de visión. Es más prevalente en aquellas poblaciones que viven próximas al ecuador. Las principales indicaciones para la extirpación quirúrgica del pterigión son disminución de agudeza visual, molestias e irritación ocular que no ceden con lubricación, restricción de la motilidad ocular, crecimiento progresivo hacia el eje visual, problemas en el porte de lentes de contacto, cirugía refractiva y alteraciones estéticas.

 

Gaspar Casal Juliá nació en Gerona el año 1680 y murió en Madrid en 1759, pero se estableció y ejerció profesionalmente en Oviedo entre 1717 y 1751, primero como médico municipal y luego del cabildo catedralicio. En estos 34 años en Asturias logró un prestigio que le permitió trasladarse a Madrid en 1751, donde llegó a médico de cámara de Fernando VI. La obra científica de Casal fue publicada en 1762, a título póstumo, en el volumen Historia Natural y Médica del Principado de Asturias, gracias a José García Sevillano, discípulo y amigo suyo.

A. Sampedro, J.J. Barbón. Del mal de la rosa y la queratoconjuntivitis pelagrosa. ARCH SOC ESP OFTALMOL. 2010;85(5):190-192

 

M.J. Capella, E. Barraquer. ARCH SOC ESP OFTALMOL. 2010;85(8):268 273

Las técnicas utilizadas para la cirugía de extracción de la catarata han evolucionado de manera notable durante las últimas décadas, haciendo posible, entre otros muchos avances, disminuir el tamaño de la incisión a través de la cual se realiza la cirugía. Éste se ha ido reduciendo progresivamente desde los 10mm de la era intracapsular a los 7mm en la cirugía extracapsular. Con el advenimiento de la facoemulsificación y el desarrollo de las lentes intraoculares plegables, hemos alcanzado los 2,8mm y, desde hace unos años, la cirugía de catarata por microincisión ha permitido la extracción de la catarata a través de incisiones menores a 2mm. Esta disminución en el tamaño de la incisión se ha asociado a una disminución en la inflamación intraocular postoperatoria y en las complicaciones relacionadas con la herida quirúrgica, y ha comportado un menor astigmatismo inducido por la cirugía, un menor tiempo quirúrgico y una rehabilitación postoperatoria más corta.

J. Zarranz Ventura, J. Moreno Montañés, J. Caire y González Jáuregui, E. de Nova Fernández Yáñez y L.M. Sádaba Echarri. ARCH SOC ESP OFTALMOL. 2010;85(8):274 277

La cirugía de la catarata ha evolucionado en las últimas décadas hasta convertirse en una cirugía segura, confortable y con grandes resultados en la calidad visual de los pacientes. La facoemulsificación y el desarrollo de nuevos dispositivos han permitido acortar el procedimiento quirúrgico hasta reducirlo a unos pocos minutos, con una mínima agresión para el ojo del paciente y un cómodo postoperatorio. No obstante, este constante desarrollo de innovaciones y mejoras en la técnica ha ido acompañado de una mayor exigencia de resultados tanto por parte del paciente como del cirujano, en una permanente búsqueda de la excelencia en la calidad visual final del paciente intervenido de catarata.

Se ha descubierto recientemente que Rembrandt (1606-1669), uno de los más grandes maestros de la pintura, tenía un estrabismo divergente. El maestro holandés del siglo XVII se pinta y graba a lo largo de 40 años en múltiples autorretratos, desde sus inicios como pintor hasta sus últimos años de soledad y miseria, y no resulta difícil para una mirada experta de oculista detectar la exotropía.

J. J. Barbón García. El estrabismo de Rembrandt. ARCH SOC ESP OFTALMOL. 2010;85(5):193-194