De la estructura a la inmunidad: cómo la piel influye en la vulnerabilidad a las infecciones por el virus chikungunya con la edad
Las enfermedades arbovirales están resurgiendo a nivel mundial, y el virus chikungunya (chikv) ha demostrado una preocupante capacidad para generar brotes a gran escala. En 2024, el chikv resurgió en la Isla Reunión, con 47 500 casos y 12 muertes reportadas hasta mayo de 2025. Cabe destacar que los bebés y los ancianos se vieron afectados de manera desproporcionada, dos grupos de edad con vulnerabilidades distintivas y poco exploradas en la defensa inmunitaria, particularmente en la piel.
Dado que la piel es el principal sitio de inoculación del chikv y una barrera inmunológica clave, los cambios en la piel relacionados con la edad probablemente influyan en los resultados de la infección. Sin embargo, sigue siendo un objetivo de intervención desatendido.
Esta revisión explora cómo las alteraciones asociadas al desarrollo y al envejecimiento en la estructura de la piel, la composición inmunitaria y el microbioma configuran la patogénesis de los arbovirus, con especial énfasis en el chikv, y orienta la investigación hacia intervenciones adaptadas a la edad para poblaciones vulnerables.
Aspectos claves del artículo:
- La piel, como principal sitio de inoculación de arbovirus, es un determinante crítico, aunque poco explorado, de la susceptibilidad a las infecciones con la edad.
- Los cambios en la estructura de la piel a lo largo de la vida, incluyendo diferencias en la composición de la matriz extracelular (MEC), la densidad vascular y el contenido lipídico, pueden influir en la entrada y diseminación de los arbovirus.
- Las células inmunitarias residentes en la piel, como los macrófagos, los mastocitos, las células dendríticas y los linfocitos T, modulan las respuestas antivirales cutáneas. Su maduración y envejecimiento influyen en los resultados de las infecciones específicas de la edad.
- El microbioma cutáneo desempeña un papel inmunomodulador en la defensa contra los arbovirus; los bebés y los ancianos presentan una diversidad y estabilidad microbianas reducidas, lo que compromete la integridad de la barrera y las defensas innatas.
- Los nuevos modelos cutáneos (p. ej., organoides cutáneos y piel en chip) ofrecen plataformas prometedoras para analizar las respuestas cutáneas específicas de la edad a los arbovirus.
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