El chikungunya puede afectar al sistema nervioso central
Un estudio a cargo de un equipo internacional de investigadores demostró que esta enfermedad viral puede causar infecciones neurológicas. El riesgo de muerte durante las fases agudas y subagudas fue mayor en pacientes con diabetes y en jóvenes adultos.
Un estudio a cargo de un equipo internacional de científicos que contó con el apoyo de la Fundación de Apoyo a la Investigación Científica del Estado de São Paulo – FAPESP revela que la infección provocada por el virus del chikungunya puede tener manifestaciones aún más graves que los síntomas característicos de esta enfermedad, tales como fiebre aguda, cefalea, erupciones cutáneas e intensos dolores articulares y musculares.
Este análisis, realizado por 38 investigadores de instituciones de Brasil (la Universidad Federal del Ceará, UFC, la Universidad de São Paulo, USP y el Ministerio de Salud) y del Reino Unido (el Imperial College London y la Universidad de Oxford), muestra que el patógeno puede infectar también al sistema nervioso central y comprometer las principales funciones motoras.
“Este estudio aportó una nueva e importante comprensión sobre la enfermedad y sobre el virus del chikungunya. Aparte de la posibilidad de que el virus infecte al sistema nervioso central, detectamos también que la letalidad de la enfermedad es mayor entre adultos jóvenes y no entre niños o ancianos, tal como se suele preverlo en los brotes. La investigación muestra a su vez que los pacientes diabéticos parecen morir con una frecuencia siete veces mayor durante la fase aguda y la subaguda de la enfermedad [entre 20 y 90 días después de contraer la infección] que las personas sin esta comorbilidad”, dice William Marciel de Souza, investigador de la Facultad de Medicina de Ribeirão Preto (FMRP) de la USP y coautor del artículo publicado en la revista Clinical Infectious Diseases.
La investigación tuvo lugar en el ámbito del Centro Conjunto Brasil-Reino Unido para el Descubrimiento, el Diagnóstico, la Genómica y la Epidemiología de Arbovirus (CADDE). También es fruto del proyecto posdoctoral de Marciel de Souza, realizado en parte en la Universidad de Oxford, en el Reino Unido, con una beca de pasantía en el exterior de la FAPESP. El proyecto a cargo de científicos de diversas instituciones contó también con el aporte del Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (CNPq) de Brasil.
El mayor brote de América
Este trabajo tuvo como base una amplia gama de datos clínicos y epidemiológicos, y muestras de laboratorio pertenecientes a pacientes que murieron durante el mayor brote de la enfermedad en el continente americano, que se produjo en el estado brasileño de Ceará en 2017, año en que se registraron 105 mil casos sospechosos y 68 muertes.
La documentación de los datos recabados durante la epidemia estuvo a cargo del Servicio de Verificación de Defunciones de la Secretaría de Salud del Estado de Ceará. Con base en esa información, los investigadores pudieron avanzar en las investigaciones, realizando un estudio sumamente completo sobre el brote. Se sometieron muestras de sangre y del líquido cefalorraquídeo de los infectados a análisis genómicos, con métodos tales como el RT-PCR (reacción en cadena de la polimerasa con transcriptasa inversa), (el test aplicado para identificar el material genético del virus) y MinION (una tecnología que permite secuenciar rápidamente el genoma viral). También se realizaron análisis de inmunohistoquímica (para evaluar muestras de tejidos) y exámenes para detectar la presencia de anticuerpos contra el virus del chikungunya.
El patógeno es transmitido a través de la picadura de las hembras de mosquitos de las especies Aedes aegypti y Aedes albopictus. La enfermedad se cursa en la mayoría de los casos en su forma aguda, con fiebre alta y dolores de cabeza, en las articulaciones y en los músculos, aparte de náuseas, fatiga y erupciones en la piel durante tres semanas después de ocurrida la infección. Tras ese período, algunos pacientes pueden evolucionar hacia la fase subaguda, con la persistencia de esos síntomas. En algunos casos, el dolor en las articulaciones puede persistir durante más de tres meses, lo cual apunta la transición hacia el estadio crónico, que puede extenderse durante años.
Aparte de la comprobación de laboratorio, los investigadores también verificaron las historias clínicas y observaron que la gran mayoría de los infectados que murieron durante el brote en Ceará padecieron un síndrome neurológico: lesiones en el sistema nervioso central que pueden ser altamente incapacitantes, pues comprometen las principales funciones motoras.
“Los dolores articulares se conocen bien y están relacionados con la denominación de la enfermedad, que en el idioma makonde significa “aquel que se dobla” [de dolor]. Sin embargo, detectamos también graves problemas en el sistema nervioso ocasionados por el chikungunya”, dice Marciel de Souza.
De las 36 muestras de tejido cerebral de individuos que fallecieron, en cuatro ( el 11 %) se encontraba presente el microorganismo. “La presencia del virus dentro del cerebro de los infectados significa una caracterización bien clara de que el mismo logra atravesar la barrera hematoencefálica, que protege al sistema nervioso central y que posee la capacidad de causar una infección en el cerebro y en la médula espinal”, explica Marciel de Souza.
Más vulnerables
Más allá de las nuevas características de la infección, los investigadores detectaron también que el riesgo de muerte en las fases agudas y subagudas era siete veces mayor en pacientes con diabetes. Los investigadores realizaron un análisis patológico y los resultados indican en los casos de fallecimiento la infección causada por el virus del chikungunya activa en trastornos en la circulación sanguínea y en el equilibrio hídrico en el cerebro, el corazón, los pulmones, los riñones, el bazo y el hígado.
“Este trabajo confirma algunas observaciones clínicas previas a la muerte por chikungunya y también pone en evidencia nuevos aspectos de la enfermedad y su letalidad. Esta nueva información, obtenida a través del estudio minucioso del brote ocurrido en Ceará, aportará al reconocimiento de los factores causantes de la gravedad, y ayudará también en el futuro en el tratamiento basado en nuevos estudios”, dice Luiz Tadeu Moraes Figueiredo, docente de la Facultad de Medicina de Ribeirão Preto de la USP y coautor del estudio.
Moraes Figueiredo lleva adelante una investigación con el apoyo de la FAPESP sobre secuenciadores de alto rendimiento para la identificación y la caracterización de virus, sin necesidad de aislamiento y cultivo celular. Este método, que es más eficiente y más barato, se emplea con la plataforma MinION, que efectúa la lectura del ADN y del ARN en tiempo real. De esta forma, se obtiene la secuenciación genética del virus en una sola etapa.
A partir del estudio, los investigadores revelaron patrones inesperados para epidemias de arbovirosis, como el hecho de que los ancianos y los niños no constituyen los grupos etarios con mayor riesgo de muerte. Al contrario: entre los muertos en el brote de 2017, la mayoría eran adultos (de 40 años o más).
El descubrimiento se concretó partiendo del análisis de 100 casos de muertes presuntamente causadas por arbovirosis (entre 2016 y 2017) en el referido estado. Con base en análisis de RT-PCR, los investigadores lograron detectar la presencia del virus del chikungunya y confirmar la causa de la muerte de esas personas. “Normalmente relacionamos ese virus con las internaciones y las muertes de pacientes más ancianos o de niños. Pero lo que se observó fue que la mayoría [más del 60 %] de las personas infectadas con el chikungunya en las cuales se detectó la infección del sistema nervioso central y murieron eran adultos”, informa Marciel Souza. El investigador hace hincapié en que había una gran variación etaria entre los pacientes que murieron: desde niños con 3 días de existencia hasta personas de 85 años.
De acuerdo con Marciel de Souza, este hallazgo refuerza la idea de que, en un brote como el que se registró en el estado de Ceará, el grupo de mayor riesgo no necesariamente se ubica entre las personas con el sistema inmunológico suprimido o deficiente. “Eran adultos jóvenes y sanos que no padecían comorbilidades relacionadas en la mayoría de los casos. Esto le agrega un estrato más a la enfermedad y puede constituir una información de suma importancia en lo que concierne a la práctica clínica, que deberá redoblar la atención referente a ese grupo etario, pues la probabilidad de que los casos evolucionen hacia la muerte es más alta”, dice.
Referencia
Telmos Silva de Lima SH. Et al: Fatal outcome of chikungunya virus infection in Brazil. Clinical Infectious Diseases, ciaa1038, 2020. doi.org/10.1093/cid/ciaa1038