Presentación de casos

La enfermedad de Chagas, cuyo agente etiológico es Trypanosoma cruzi, es endémica en Argentina. La infección transcurre en dos fases: aguda y crónica.En pacientes seropositivos al virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), T. cruzi afecta a aquellos con inmunodeficiencia severa, se localiza principalmente en el sistema nervioso central y menos frecuentemente en el miocardio.

La miocarditis por T. cruzi, es infrecuente como manifestación única en pacientes seropositivos al VIH. La distinción entre miocarditis aguda y reactivación de la infección crónica, no es sencilla. El bajo recuento de linfocitos T CD4+ es un factor predictivo positivo de reactivación.

En estos enfermos los resultados negativos de las pruebas serológicas no excluyen el diagnóstico de enfermedad de Chagas, cuyo diagnóstico se confirma por la aplicación de métodos directos en sangre o líquido cefalorraquídeo.

Se presenta el caso de un paciente infectado por el VIH, adquirido por transmisión vertical, con inmunodeficiencia severa, miocarditis aguda y compromiso del SNC. La parasitemia y parasitorraquia positivas para T. cruzi, establecieron la asociación de estos síntomas con la enfermedad de Chagas. La serología específica, fue sólo transitoriamente positiva por la técnica de inmunofluorescencia indirecta, presentando en lo sucesivo, resultados reiteradamente negativos.

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Fuente: Rev. Cub. Med. Tropical Vol 66 No.3 (2014)

ectopico_figura_01Las principales causas para el aumento de la incidencia de embarazo ectópico, corresponde a la enfermedad inflamatoria pélvica (EIP), infecciones ginecológicas por gérmenes comola Chlamydia tracomatis o la Neisseria gonorrhoeae (gonococo), y en general otras enfermedades de transmisión sexual; técnicas de reproducción asistida como inducción o fertilización in vitro.

Actualmente la incidencia de embarazo ectópico intersticial en el mundo ha aumentado considerablemente se estima que puede llegar hasta el 4%. Siendo esta la razón de ser considerado muy temido debido a estar asociado a hemorragias intra abdominales con una mortalidad del 2-5%, por lo que la histerectomía, según el caso lo amerite, sigue siendo el tratamiento convencional para resguardar la vida de la paciente.

Paciente de 23 años de edad, primigesta, referida del Hospital de Tiquipaya. Ingresa a nuestro servicio, con el antecedente de sangrado transvaginal intermitente de color rojo claro en escasa cantidad, acompañado de leve dolor tipo espasmódico en hipogástrico, irradiado a fosa ilíaca derecha, náuseas y vómitos en dos oportunidades, desde hace tres días. Al momento del ingreso la pacientes está consciente, lúcida, hidratada y afebril con signos hemodinámicos normales.
Con una presión arterial de 110/60 mmHg y frecuencia cardíaca de 90 por minuto.

A la exploración física, presenta las mucosas húmedas y rosadas. La auscultacion pulmonar y cardíaca no mostró alteraciones; el abdomen está doloroso a la palpación profunda, con signos de Blumberg y Giordano positivos.

En el examen especular se observa la vagina de paredes violáceas, con cérvix posterior puntiforme, evidenciando escaso sangrado rojo rutilante proveniente de cavidad uterina. Al tacto bimanual, se palpa al útero aumentado de tamaño en anteversoflexión de más o menos 10 x 6 cm, con anexos de difícil valoración por dolor abdominal. Al tacto vaginal se evidencia: vagina de paredes elásticas, cérvix posterior cerrado reblandecido.

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Fuente: Gac Med Bol v.35 n.1 Cochabamba  2012

La región vulvovaginal es una zona muy compleja por todos los elementos que la conforma y puede ser origen de un gran número de tumores benignos y en menor frecuencia de tumores malignos. En las últimas décadas, los tumores vulvovaginales han tenido un avance significativo en cuanto a su diagnóstico y tratamiento, dado por las aportaciones de la biología celular y molecular. El presente artículo pretende ser una referencia práctica para el diagnóstico clínico e histopatológico de estos tumores benignos así como en el tratamiento ambulatorio de algunos de ellos y su vigilancia.

tumor_vulvaLos tumores benignos de vulvas son poco frecuentes, y de ellos el más frecuente es el acrocordón. La similitud de las características macroscópicas del acrocordón con otros diagnósticos diferenciales nos motivó a realizar esta revisión. Se trata de tenerlos en mente al momento de hallar una tumoración como la de este caso, en virtud a la importancia que tienen sobre la recurrencia y/o posibilidad a malignización, así como su posible asociación a patologías comorbidas (diabetes, obesidad, intolerancia a la glucosa) o en estados de alteraciones hormonales (gravidez o menopausia).

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Fuente: Medwave 2014;14(1):e5886 doi: 10.5867/medwave.2014.01.5886

Se presenta el caso clínico de un paciente de 19 años de edad, quien había sido ingresado en la provincia de Cienfuegos bajo el diagnóstico de derrame pleural paraneumónico. Se le administraron antibióticos de amplio espectro que le produjeron una ligera mejoría clínica, de modo que fue egresado. Debido a la persistencia de los síntomas respiratorios y el derrame pleural – observado a través del estudio radiográfico — fue admitido en el Servicio de Neumología del Hospital General Docente Dr. Juan Bruno Zayas Alfonso de Santiago de Cuba, y allí se determinó que el afectado presentaba coinfección de tuberculosis pleural con el virus de inmunodeficiencia humana/sida, para lo cual se le indicó la categoría 1 del tratamiento establecido a los efectos.

La tuberculosis pleural es la complicación más frecuente de la tuberculosis del adulto, especialmente en niños mayores, adolescentes y adultos jóvenes, aunque puede ocurrir en cualquier edad. Como complicación de una primoinfección suele presentarse en personas de cualquier grupo etario y puede ser contralateral al complejo primario. En ocasiones es la única manifestación de una tuberculosis o la expresión de una diseminación hematógena, en cuyo caso puede ser bilateral.

Examen físico

  • Mucosas: normocoloreadas y húmedas.
  • Tejido celular subcutáneo: no infiltrado.
  • Aparato respiratorio: expansibilidad torácica disminuida en el hemitórax derecho. No se percibió tiraje. Murmullo vesicular abolido en el tercio inferior del campo pulmonar derecho y crepitantes por encima de este. Frecuencia respiratoria de 22 respiraciones por minuto.
  • Auscultación cardíaca: ruidos cardíacos rítmicos y no se percibían soplos. Frecuencia cardíaca de 89 latidos por minuto.
  • Abdomen: blando depresible y no doloroso a la palpación. Sin tumoración palpable, ni visceromegalias. Presentaba ruidos hidroaéreos, que eran normales.
  • Sistema nervioso central: sin alteraciones.
  • Peso: 64 kg.
  • Talla: 170 cm..

Exámenes complementarios

Hemoglobina: 108 g/L
Hematócrito: 0,33 L/L
Eritrosedimentación: 27 mm/L
Leucocitos: 8,6 x 109/L Polimorfonucleares: 0,60 Linfocitos: 0,40
Bilirrubina total: 9,6 U/L Directa: 1,0 U/L Indirecta: 8,6 U/L
Transaminasa glutámicopirúvica: 17 U/L
Transaminasa glutámicooxalacética: 87 U/L
Fosfatasa alcalina: 300 U/L
Creatinina: 11 U/L
Proteínas totales: 81 g/ L
Albúmina: 32 g/L
Globulina: 49 g/L
Fósforo: 1,0 mm/L
Glucemia: 4,3 mmol/L
Inmunoglobulina G: 28,7 mg/dL
Inmunoglobulina M: 2,11 mg/dL
Inmunoglobulina A: 2,20 mg/dL
Proteína C reactiva: 3
Conteo de eosinófilos: 0,5 x 109/L
Conteo de neutrófilos: 7,1 x 109/L
Factor reumatoideo: negativo.
Antígeno de superficie: negativo.
Electroforesis de proteínas: aumento notable de la zona alfa, con aspecto policlonal.
Prueba de la tuberculina: 16 mm.
Inmunocomplejo circulante: 0,199.
Serología: no reactiva.
Carga viral: 6 990 000.
Virus de la inmunodeficiencia humana: positivo.
Líquido pleural: no se observaron bacilos ácidoalcohol resistentes (BAAR) ni se obtuvo crecimiento bacteriano.
Examen citoquímico de orina: ligeramente turbio y de color amarillo.
Prueba de Rivalta: positiva.
Conteo de células: 42 x 106/L (predominio de linfocitos).
Glucosa: 5,5 mmol/L
Proteínas: 64,5 g/L
Estudio radiográfico

  • Rayos X de tórax (vista anteroposterior): radiopacidad homogénea en la base izquierda, con aspecto de derrame pleural de moderada cuantía. Cisuritis interlobar derecha. Acentuación de la trama hilio-basal derecha.
  • Ecografía de bases pulmonares: derrame pleural de moderada cuantía (700 cc de líquido) en la base pulmonar izquierda.
  • Ecografía abdominal: hígado, vesícula, vías biliares y páncreas de aspectos normales. Ambos riñones con buena relación seno-parénquima, sin dilatación ni imagen sugestiva de litiasis. Próstata con medida de 26 x 25 x 22 mm. Aumento del patrón gaseoso en el epigastrio, por lo que no se definieron adenomegalias.
  • Rayos X luego de realizar toracocentesis: imagen de sol naciente en la base derecha, con lesiones inflamatorias asociadas.
  • Tomografía axial computarizada (TAC) de tórax: no alteraciones mediastinales. Elevación del hemidiafragma derecho: derrame pleural derecho de pequeña cuantía. En la base pulmonar derecha se observaron imágenes hiperdensas lineales, como secuela de un proceso inflamatorio antiguo.
  • Las muestras de esputo para la búsqueda de BAAR I y II (directo y con cultivo) resultaron negativas.

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Coinfección de tuberculosis pleural con el virus de inmunodeficiencia humana y sida. Dr. Joaquín López González,MsC. Haidee Marrero Rodríguez, MsC. Ilena Silva Reyes, Dra. Marelis Veranes García y Dra. Liané Benítez Rodríguez. MEDISAN 2013; 17(11):8111

La sífilis maligna es una forma rara de presentación de lúes secundaria asociada a la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Se caracteriza por lesiones cutáneas atípicas, ulceradas, costrosas y diseminadas, asociadas con síntomas generales inespecíficos que pueden retrasar el diagnóstico correcto. Existen sólo escasas publicaciones en la literatura médica acerca de sífilis maligna en pacientes con infección por VIH.

La lúes maligna debe incluirse en el diagnóstico diferencial de los pacientes con VIH que consultan por fiebre y lesiones úlcero-costrosas diseminadas. En este artículo se describe el caso de un paciente con infección por VIH que desarrolló una sífilis maligna con confirmación diagnóstica a partir de los hallazgos histopatológicos y se realiza una revisión de la literatura científica sobre el tema.

Caso clínico:
Paciente varón, heterosexual, con diagnóstico de infección por VIH dos años antes, ocasión en que presentó una tuberculosis pulmonar. En ese momento, el VDRL era negativo y no refería antecedentes de otras infecciones de transmisión sexual. El paciente completó tratamiento antituberculoso con buena respuesta; al mes de iniciado el mismo, con una carga viral para VIH de 2.241 céls/ ml (log 3,35) y un recuento de linfocitos T CD4 de 354 céls/ml, comenzó con tratamiento anti-retroviral con zidovudina, lamivudina y efavirenz que abandonó un mes después.

Fue internado por presentar compromiso del estado general con fiebre intermitente, artralgias, mialgias y lesiones cutáneas diseminadas, pápulo-nodulares y algunas ulceradas, en el tronco, cara y extremidades y lesiones maculares palmo-plantares de tres semanas de evolución. Algunas lesiones se encontraban cubiertas de costras. El examen de la mucosa oral, genital y anal no evidenció lesiones; el examen oftalmológico y la evaluación neurológica fueron normales.

Los estudios de laboratorio iniciales mostraron: VHS 87 mm/primera hora, recuento de leucocitos 8.400/mm3 (neutrófilos 59% y linfocitos 29%), GOT 27 UI/l, GPT 25 UI/l, glicemia 114 mg/dl, uremia 15 mg/dl, creatininemia 0,70 mg/dl, VDRL 1:512 y microhemaglutinación para Treponema pallidum (MHA-TP) reactiva. El recuento de linfocitos T CD4 era de 267 céls/mm3 y la carga viral plasmática de 2.543 copias/ml (log 3.41). La escarificación de una de las lesiones cutáneas úlcero-costrosa mostró un infiltrado inflamatorio inespecífico, con tinciones de Gram, Ziehl-Neelsen y Giemsa negativas. Con diagnóstico de sífilis secundaria maligna se le efectuó una punción lumbar obteniéndose LCR con presión normal, transparente, proteínas 41 mg/dl; glucorraquia 55 mg/dl y 5 células mononucleares. Las tinciones con tinta china, Giemsa, Gram y Ziehl-Neelsen fueron negativas. El VDRL en el LCR resultó no reactivo.

Figura 1. Lesiones ápulosas y úlcero-costrosas ,distribuídas de forma difusa en todo el dorso

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Sífilis maligna en un paciente con infección por VIH: Presentación de un caso y revisión de la literatura. Corti Marcelo, Solari Rubén, De Carolis Luis, Figueiras Olga, Vittar Natalia, Maronna Esteban. Rev. chil. infectol. 2012; 29(6)

Las infecciones por Shigella spp en general, permanecen localizadas en el tracto digestivo y tienen una evolución autolimitada. La bacteriemia es una complicación potencialmente letal que ocurre en pacientes con algún tipo de inmunocompromiso. En este trabajo se presentan dos casos de bacteriemia causada por shigella en dos adultos con sida. En ambos pacientes, se recuperó Shigella flexneri en muestras de deposiciones y sangre. Ver más…