Infecciones de transmisión sexual e infección por el virus de la inmunodeficiencia humana
Desde siempre, las ITS han acompañado a la humanidad, pero evidentemente su prevalencia y distribución ha ido cambiando en función del contexto socioeconómico, los patrones de conducta y la disponibilidad de herramientas diagnósticas y terapéuticas. Históricamente las ITS se han asociado a contextos de pobreza y los países de renta baja son los que tienen los mayores niveles de endemicidad.
Pero en las últimas décadas los países occidentales e industrializados han experimentado también un crecimiento exponencial en la incidencia de algunas ITS como la sífilis, la gonorrea, la clamidiosis, el herpes o el propio virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).
Pero la relevancia de estas patologías para la salud no solo viene dada por su alta prevalencia e incidencia, sino también por las graves secuelas de muchas de ellas, que incluyen la infertilidad (tanto femenina como masculina), el cáncer o las malformaciones y la muerte fetal, en el caso de ser transmitidas de madre a hijo durante el embarazo o el parto, como es el caso de la sífilis congénita. Ello explica que la salud sexual, o mejor dicho la falta de ella, ocupe el segundo y el noveno lugar como causa de carga de enfermedad en los países de renta baja y alta, respectivamente.
El concepto de salud sexual, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), incluye no solo las ITS, sino todos aquellos aspectos relacionados con el bienestar mental, físico y emocional relacionado con la sexualidad. La prevención y control de las ITS debe englobarse, pues, en el contexto de la promoción de la salud sexual y, por tanto, debe hacerse conjuntamente con la prevención, entre otros problemas, de los embarazos no deseados.
Finalmente, en escenarios y poblaciones con una prevalencia elevada del VIH, la relevancia de las ITS es aún mayor por las sinergias existentes entre estas infecciones; las personas infectadas por el VIH son más susceptibles a adquirir una ITS y, una vez adquirida, tienen más posibilidades de transmitir el VIH; inversamente, una persona con una ITS, especialmente si es ulcerativa, tiene más posibilidades de adquirir el VIH. La prevención y el control de las ITS es, pues, una medida más de prevención del VIH.
Vea el capítulo completo en ClinicalKey.
Capítulo: Infecciones de transmisión sexual e infección por el virus de la inmunodeficiencia humana. J. Casabona i Barbarà, M. Alberny Iglesias y M. Arando Lasagabaster
Atención primaria. En: Problemas de salud en la consulta de medicina de familia, 31, 848-877
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