Entrevista a Michel Sidibé

michel_sidaEl 1 de diciembre de 2008, Día Mundial del Sida, Michel Sidibé fue nombrado director ejecutivo del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA), un organismo creado en 1994 para dirigir una respuesta coordinada mundial frente a la pandemia del sida. Sidibé ostenta también el cargo de Subsecretario General de Naciones Unidas (ONU) y es la segunda persona que ha dirigido ONUSIDA [Peter Piot, en la actualidad director de la Facultad de Higiene y Medicina Tropical de Londres, fue la primera]. Desde su nombramiento, Sidibé ha puesto sobre la mesa una agenda ambiciosa, que incluye la eliminación de la transmisión del VIH de madre a hijo y la reducción a la mitad del número de fallecimientos relacionados con la tuberculosis entre las personas infectadas por VIH para 2015.

Recientemente, hizo un llamamiento para la creación de una comisión de alto nivel de la ONU sobre prevención del VIH y de una iniciativa de colaboración entre científicos, activistas del sida, países y laboratorios farmacéuticos para encontrar un enfoque integral y sostenible en el tema de la administración de antirretrovirales en los países en vías de desarrollo, un esfuerzo conocido como Tratamiento 2.0.

Las tres décadas de experiencia con que cuenta Sidibé en salud pública y desarrollo internacionales incluyen 23 años de trabajo en la ONU, los últimos nueve en ONUSIDA. El nuevo director ejecutivo del organismo nació en 1952, es un ciudadano de Mali (un país del occidente africano) y espera que su equipo favorito, Ghana, llegue a la final del Mundial de fútbol.

¿Qué aspectos de la prevención del VIH considera que son algunos de los más importantes?
En primer lugar, hay 1,2 millones de personas jóvenes que necesitan recibir educación sexual y que precisan formación sobre la prevención del VIH. Ciertamente, esto constituye un objetivo. El segundo objetivo, desde mi punto de vista, es asegurarse de que se continuará insistiendo en la búsqueda de una curación y una vacuna para el VIH.

Si dejamos que este punto caiga de la agenda, nos vamos a arrepentir, puesto que necesitamos un mecanismo que nos ayude a reducir los costes que supone el VIH a largo plazo. El mejor modo de lograr esto, a largo plazo, es encontrar una vacuna o una curación. Mientras tanto, nos enfrentamos a un gran problema con el tratamiento. Hay en torno a cinco millones de personas en tratamiento y otros 10 millones esperándolo, y la terapia desempeña un papel muy importante como respaldo de la prevención.

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Fuente: ONUSIDA