Clamidia
La clamidia es una enfermedad bacteriana infecciosa común provocada por la bacteria Gram negativa clamidia trachomatis. La clamidia se contagia principalmente vía sexo vaginal, anal y oral, pero también se puede transmitir a un recién nacido en el parto vaginal.
Cuando la C. trachomatis ingresa al recto, orofaringe o tracto genital a través del contacto sexual, es absorbida por las vacuolas epiteliales. La bacteria sobrevive y se multiplica, evitando la destrucción de lisosomas, generalmente de manera asintomática. Con el tiempo, la infección se puede expandir a los tejidos y órganos circundantes. La inflamación y las lesiones relacionadas pueden tener consecuencias graves en la reproducción y salud genitourinaria.
Si la clamidia no se trata en mujeres, puede provocar enfermedad inflamatoria pélvica (EIP) y eventualmente infertilidad tubal, embarazo ectópico y dolor crónico. En embarazadas, la infección puede infectar al bebé y provocar el nacimiento prematuro. En hombres, la clamidia puede causar uretritis, epididimitis y prostatitis. Ciertos estudios sugieren una posible relación entre la infección por clamidia en hombres y la infertilidad, aunque esta conexión aún no está probada. El síndrome de Reiter, una complicación de la infección clamidial compuesta por artritis, uretritis y conjuntivitis, afecta a ambos sexos pero es más común en los hombres. La infección clamidial aumenta el riesgo de transmisión y contagio de VIH en ambos sexos.
El diagnóstico se basa en la presentación médica, los antecedentes del paciente y los resultados del cultivo bacteriano. Los distintos diagnósticos incluyen infecciones gonorreicas y uretritis no gonocócica. El tratamiento es curativo e incluye la ingesta de antibióticos. La educación sobre el cumplimiento del tratamiento y la práctica de sexo seguro son componentes fundamentales de salud pública del plan terapéutico.
Fuente: EBSCO