Neurotoxoplasmosis: Presentación de un caso

Se realizó un estudio de caso de una paciente de 45 años de edad y con antecedentes de ser seropositiva al VIH, que había comenzado hacía 10 días con agitación y un aumento de volumen de los miembros inferiores, adenopatías y fiebre diaria; todo esto unido a un decaimiento marcado. Después de varios días de ingresada comenzó con vómitos. Se le realizaron los exámenes complementarios, que en su mayoría fueron normales, sólo presentó la hemoglobina ligeramente baja (10,5g/L), leucopenia a predominio de polimorfos, y al examen físico, dolor a la palpación y movilización tanto activa como pasiva, así como un edema de ambos miembros inferiores; también se apreció gran irritabilidad. Se le realizó una tomografía axial computarizada conluyendo se trataba de una neurotoxoplasmosis.

La neurotoxoplasmosis aumenta su incidencia, muy estrechamente ligado al alza de casos con VIH, y sobre todo los que están en fase SIDA, que constituyen el grupo de más riesgo a padecerla, por lo que se debe diagnosticar a tiempo y realizar un tratamiento oportuno, ya que la letalidad en este grupo es elevada.1,2

Esta es la infección oportunista más frecuente del SNC en los pacientes infectados por el HIV (21% de las encefalitis asociadas al VIH). Clínicamente se trata de un cuadro de instauración subaguda o aguda, se inicia con diversos tipos de focalidad neurológica (traduciendo la existencia de lesiones en parénquima cerebral, ganglios basales, cerebelo o tronco encefálico), cefalea y fiebre. Ante la sospecha de una encefalitis toxoplásmica debe practicarse una tomografía axial computarizada (TAC) cerebral, que en general, pone de manifiesto la existencia de una o con mayor frecuencia, múltiples lesiones hipodensas que captan el contraste en forma de anillo (sobre todo si se administra doble dosis de contraste), aunque en ocasiones la captación es nodular y raramente está ausente.

En los pacientes infectados por el HIV, la profilaxis primaria de algunas infecciones oportunistas es una práctica habitual y muy efectiva desde hace años. En el caso de la toxoplasmosis, se aconseja administrar una pauta de profilaxis a los pacientes con serología antitoxoplasma positiva y CD4 por debajo de 100 células/mL. El fármaco de elección es cotrimoxazol, y dapsona, sola o asociada a pirimetamina, la alternativa. Ambas pautas son también eficaces en la profilaxis de la neumonía por Pneumocystis carinii.1

En la actualidad no se dispone de una vacuna eficaz contra la toxoplasmosis, de ahí la importancia de la profilaxis y la pesquisa activa en los grupos de riesgo.

Vea la presentación del caso.

Fuente: Revista de Ciencias Médicas de Pinar del Río. Septiembre-octubre, 2012; 16(5)