Nace en España el primer bebé tras un trasplante de útero
Este caso no es el primero. Actualmente ya hay más de medio centenar como él en el mundo. En 2013 el equipo del doctor Mats Brännström, del Hospital Universitario Sahlgrenska de la Universidad de Gotemburgo (Suecia), realizó el primer trasplante de útero que culminó con el nacimiento de un bebé en 2014.
Desde entonces ha habido un alza de casos por todo el mundo que atestiguan el éxito de este procedimiento, tanto con el útero de una donante viva como de donante cadáver.
Esta vez se trata de una mujer que carecía del órgano por un problema congénito y recibió la matriz de su hermana en 2020. Con la llegada al mundo del bebé, concluye el primer éxito de un estudio del Hospital Clínic de Barcelona para validar la viabilidad de esta cirugía, no exenta de dilemas éticos.
El trasplante de Tamara Franco fue parte de un estudio del Clínic, que fijaba como requisito principal que las candidatas tuviesen el síndrome de Rokitansky, un trastorno congénito del aparato reproductor femenino que afecta a una de cada 5.000 mujeres en el mundo y que supone nacer ya sin útero ni trompas de Falopio.
Para el estudio experimental del hospital barcelonés, los investigadores recibieron más de un centenar de mujeres pero, por ahora, solo se han hecho dos trasplantes (uno de ellos, el de Franco) y hay otras dos mujeres en proceso de estudio “avanzado”.
El procedimiento quirúrgico es también de alta complejidad y no exento de riesgos. Como exlplicara el Dr. Antonio Alcaraz, jefe del servicio de Urología y especialista en trasplantes, a El País, el útero en fase no gestante recibe muy poca sangre, las arterias uterinas son de dos milímetros y las venas, de dos o tres. Eso lo hace difícilmente trasplantable pues hay que ir buscando vasos mayores y en el drenaje venoso, buscar venas que tengan más flujo sanguíneo. Tampoco, agregó, se puede sacrificar la vascularización de órganos adyacentes, como la vejiga. Y a eso se añade que el uréter siempre está por el medio y es una dificultad extra no tocarlo en todo el proceso.
Pero también el proceso para lograr un embarazo con éxito fue complejo, con problemas añadidos que dificultaron y retrasaron todo el procedimiento, como un aborto o la covid que contrajo la paciente. No consiguieron implantarle un embrión y llevar adelante la gestación hasta el pasado septiembre. Durante el embarazo, además, la mujer desarrolló preeclampsia y se programó una cesárea a los siete meses, el 10 de marzo. El pequeño Jesús nació con 1,1 kilos de peso y, aunque tuvo que recibir ayuda ventilatoria y alimentación parenteral los primeros días, los médicos aseguran que su evolución es favorable: ahora mismo, el pequeño pesa ya 3.200 gramos y su estado de salud ha mejorado. Solo necesita apoyo de oxígeno ocasionalmente para ayudar a sus pulmones a ventilar correctamente.
Por su parte, Franco ya ha sido sometida a una histerectomía para extraerle el útero. Es el procedimiento habitual cuando la madre confirma que ya ha cumplido su deseo gestacional. El órgano ya no es necesario y se le retira para que la mujer no tenga que seguir sometida a tratamientos inmunosupresores que evitan el rechazo del órgano.
Las dudas éticas sobre la pertinencia de implementar esta técnica han acompañado a este procedimiento desde que Brännström y su equipo pusieron la primera piedra. En la balanza, el riesgo-beneficio de estas intervenciones tan complejas para receptora y donante nunca ha estado claro: además de los problemas que pueden acompañar a las cirugías, los fármacos inmunosupresores para evitar el rechazo tras el trasplante pueden tener impactos indeseados y los embarazos son de alto riesgo.
También levanta suspicacias que se trate de un trasplante para cumplir un deseo, no para salvar una vida, aunque las voces favorables argumentan que esta técnica aborda un tipo de infertilidad antes intratable y que hay otras técnicas de reproducción asistida para tratar otra clase de infertilidades que sí se aceptan como práctica médica convencional.
Vea la noticia completa en: El País. Salud y bienestar – 22 mayo 2023
Haga un comentario.