¿Mercaderes de sangre o donantes?

donación de sangreAquella mañana, durante el pase de visita médico, Maritza, una genetista de Güira de Melena recientemente trasplantada de hígado, mostraba gran locuacidad. El diálogo paciente-doctor versaba sobre cuántas personas desconocidas concurrieron en su operación, y en especial la obra altruista de los donantes —anónimos— de órganos y tejidos.

Aunque sabía que no fue necesario transfundirle mucho más de dos bolsas de sangre durante la compleja intervención, Maritza se asombró al conocer que para ello se requiere contar con importantes cantidades de hemoderivados (glóbulos, plasma y plaquetas). Y para alcanzar esos volúmenes, se estima un promedio de más de 30 donantes. Treinta personas desconocidas que la ayudaron a evadir la muerte prematura.

Este es uno de los numerosos ejemplos que pudieran tomarse de la vida diaria. Sin embargo, como sucede con cualquier avance de la medicina moderna, siempre acecha una pérfida corriente mercantilista en este mundo. Y aunque parezca inverosímil, hay quienes llegan a objetar la noble razón de donar.

La sangre es un recurso muy especial, insustituible por el momento. Sin ella nadie puede vivir. Las transfusiones son tratamientos ineludibles para algunas condiciones médicas graves. Entonces, ¿quién se cree con la autoridad divina de ponerle el precio? ¿Sobre qué parámetros?

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¿Mercaderes de sangre o donantes? Juventud Rebelde – 13 junio 2012