Previendo también en Haití
Leticia Martínez Hernández
Puerto Príncipe, Haití, may 24- La hipotética cercanía de un huracán de gran intensidad a las tierras haitianas, motivó este domingo la realización del ejercicio Meteoro 2010 en el departamento de L’ Artibonite, especialmente en la ciudad de Gonaive calificada de alto riesgo por la frecuente ocurrencia allí de peligrosas inundaciones, que cada año cobran la vida de muchos haitianos. Quizás nunca antes fue más propicio el entrenamiento del centenar de cubanos que sanan en esa trágica urbe, pues las autoridades haitianas habían decretado alerta naranja por la real inminencia de lluvias que podrían causar inundaciones y deslizamientos de tierra.
La pobreza de Gonaive y su deforestación crónica la hacen en extremo vulnerable a las inundaciones.
Y es que la tragedia de Haití parece no tener fin. Ahora cuando suman más de un millón las personas sin casas, comienza una temida temporada de lluvia, que podría llevar a límites insostenibles la catástrofe que desde el 12 de enero, vive este país. El agua que tantos auguraban comenzó a caer. Todas las tardes terminan aquí en infernales aguaceros que empapan lo poco que les quedó a los sobrevivientes del sismo, y comienza a correr río abajo por aquellas riveras que escogieron muchos para armar sus quimbos. Recorrer las plazas que mal refugian a miles de desplazados cuando la lluvia arrecia es asistir al infierno de los tantos que se juntan bajo techos menos endebles mientras suplican porque amaine el temporal. De tantas ausencias que sufre esta pobre gente, no contar con planes de evacuación parece entonces una más.
Cuando llega esta época, para los cubanos que colaboran aquí es tiempo también de ajustarse el cinto, de desengavetar los planes de reducción de desastre y hacer letra diaria la palabra prevenir. Nadie olvida los malos ratos sufridos en Gonaive en septiembre del 2008, cuando las inundaciones ahogaron la ciudad y el barro sepultó a miles de cuerpos. Entonces algunos compatriotas pasaron más de 18 horas encima de techos, mientras otros tantos hacían lo indecible para socorrer en los lugares más altos a las víctimas de una de las peores inundaciones de la historia de Haití. Con los aciertos y desaciertos de aquella catástrofe que vio como el agua subió hasta más de dos metros de altura comenzó el ejercicio Meteoro, que esta vez traspasó las fronteras patrias para hacerse efectivo en un país que ha vivido todas las desgracias naturales posibles, y está considerado entre los más vulnerables del mundo.
Con estos precedentes, los colaboradores cubanos de la ciudad de Gonaive ejercitaron la evacuación de equipos, medicinas y personal médico del hospital comunitario de referencia de Raboteau, además de la limpieza de tragantes, el aseguramiento de ventanas y la colocación de sacos de arenas para impedir la entrada del agua en las casas donde viven. El puesto de dirección del departamento, también puso en práctica la fiabilidad de las comunicaciones con cada una de las comunas del territorio. Y hubo tiempo para debatir también sobre las vulnerabilidades locales, esas que podrían convertir una inundación aquí en una tragedia de magnitudes indescifrables. Entre ellas, los médicos cubanos especificaron un cuadro higiénico epidemiológico muy deteriorado, la insalubridad de los inmensos vertederos, la ausencia de un sistema de acueducto y de alcantarillado, y la incorrecta disposición de los desechos, que en caso de inundación podrían desatar grandes epidemias.
Hasta el más mínimo detalle se tuvo en cuenta este domingo en Gonaive. Desde lo imprescindible de la reserva de agua, alimento y combustible que podrían ser la tabla salvadora de nuestros médicos durante las horas más difíciles, hasta el lugar donde montar la sala de partos cuando las aguas invadan los salones convencionales, o la instalación de un nuevo teléfono satelital. De esa forma se engranaba el entrenamiento previo al ejercicio mayor que del 22 al 25 de junio se realizará en la totalidad de los departamentos con todos los colaboradores de la misión estatal cubana en Haití.
Así, mientras por el momento sea imposible reforestar las montañas que circundan este lugar por donde bajan temibles aluviones, o aliviar tantos años de pobreza acumulada, los médicos cubanos se alistan para reducir riesgos, al tiempo que brindan una atención de excelencia. Prever en Haití va siendo parte de su cotidianidad.
Fuente: http://www.granma.cubaweb.cu/secciones/haiti/de_nuestros_reporteros/noticia-80.html
may 24th, 2010. En: Noticias.