Haití necesita recuperar la sonrisa infantil entre tanta destrucción

La Habana, 7 ene (PL) Los niños son hoy el sector de la población haitiana más golpeado por las emergencias climatológica y sanitaria que afectan este país caribeño desde 2010.

Casi un año después del terremoto del pasado 12 de enero, al menos 380 000 infantes viven en los campamentos improvisados que ocuparon los 1,3 millones de daminificados por el sismo.

Según un reporte del Fondo Mundial de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), el hacinamiento y la falta de condiciones sanitarias adecuadas son los principales problemas de esas personas, que habitan bajo carpas en lugares públicos.

El informe denominado Los niños y niñas de Haití: un año después, confirma que más de la mitad de los cuatro millones de niños haitianos no acude a los centros escolares.

Datos ofrecidos por oficinas gubernamentales constataron que ocho de cada 10 escuelas quedaron completamente destruidas por el sismo.

La desnutrición, otro de los flagelos arraigados en ese país caribeño, también se agudizó luego del terremoto.

Anteriormente, uno de cada tres menores sufría de malnutrición crónica y uno de cada 20 desnutrición aguda, de acuerdo con estudios médicos.

Los reportes recientes ubican en al menos 5 000, el estimado de infantes que padecen ese mal.

En medio de las alarmantes cifras, también se vislumbran algunos avances como la confirmación de que en 2010 no hubo aumento en los niveles de desnutrición aguda en menores de 5 años.

Otro fenómeno derivado del terremoto fue el tráfico ilegal de niños, sobre todo aquellos que perdieron sus padres durante el fenómeno natural.

A 17 días del sismo  misioneros estadounidenses fueron detenidos mientras intentaban trasladar a 33 menores desde Puerto Príncipe hacia República Dominicana bajo el pretexto de que eran huérfanos y estaban desamparados.

Sin embargo, poco después se comprobó que la mayoría tenían a sus padres vivos.

En este sentido Unicef hizo un registro y logró inscribir 4 948 niños separados de sus familiares por el desastre y a reunir junto a sus familiares a 1 265.

La extrema situación infantil también se resintió tras el brote de cólera detectado el pasado 19 de octubre y que hasta inicios de este año cobró más de 3 300 vidas.

Nuevamente ese sector es el más vulnerable y según estadísticas, seis de cada 10 contagiados son menores de edad.

De forma general los problemas fundamentales que enfrentan son el escaso acceso a servicios básicos como el agua, el saneamiento, la salud y la educación.

Ante tanta carencia, Unicef y el gobierno haitiano se empeñan en trabajar para recuperar la sonrisa infantil, casi perdida ante tanto destrozo y el limitado nivel de reconstrucción nacional.