Volcán de Fuego guatemalteco con cambios en comportamiento

Guatemala, 12 ene (PL) La actividad del volcán de Fuego guatemalteco es hoy reflejo de los cambios en su comportamiento durante las últimas semanas, evidenciados en el aumento en número y energía de las explosiones, ocurridas en períodos irregulares.

Pero en los tres días más recientes las etapas de estallidos, mayormente moderados, expulsan columnas de ceniza de hasta mil metros sobre el cráter del coloso, cuya altura es de 3 763 metros sobre el nivel del mar.

Esas nubes permanecen en la atmósfera por varias horas, principalmente hacia el sur y suroeste, y alcanzan longitudes hasta de 25 kilómetros a partir del edificio volcánico.

De tal manera describe esa actividad la Unidad de Investigación y Servicios Geofísicos del Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Isivumeh).

El comportamiento en las explosiones, indica, podría generar flujos piroclásticos que descenderían por los canales formados en las faldas.

Sin embargo, agrega ese ente, en el patrón de las explosiones no se ha notado mayor incremento en los valores de amplitud del movimiento del suelo. La Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres recomendó a la Dirección General de Aeronáutica Civil evitar los vuelos sobre el flanco sur y suroeste del volcán a una distancia de 25 kilómetros, señala el parte.

Ese organismo y el Insivumeh mantienen el monitoreo constante a la actividad del coloso y recomiendan a la población estar atenta a sus indicaciones.

Fuego es un estratovolcán situado entre los departamentos de Sacatepéquez, Escuintla y Chimaltenango, en el centrosur de Guatemala, considerado uno de los más impresionantes de Centroamérica porque sus erupciones son violentas.

El 27 de mayo pasado el Pacaya, cercano a aquel, tuvo un potente estallido producto del cual la ceniza cubrió tres departamentos, incluida esta urbe, donde el aeropuerto internacional la Aurora permaneció cerrado durante cinco días.

Aquella erupción ocasionó una muerte, miles de damnificados y pérdidas materiales por el equivalente a unos 500 millones de dólares.